Esta semana, todos los templos budistas en Japón celebran el Nehan-E, la conmemoración del Parinirvana del Buda Shakyamuni. Para muchas escuelas budistas, este día marca el momento en el que el Buda murió y pasó al Nirvana Final. Pero para la Tradición del Loto del Verdadero Budismo, el legado del Buda Eterno que se preserva en la escuela Tendai, este día marca solo el paso del cuerpo físico, la desaparición terrenal, del Buda de esta Tierra, pero no de su Espíritu, pues siempre se encuentra con nosotros.
Como es sabido, el Buda apareció en este mundo hace más de 2,500 años, naciendo en una famlia real en la India, donde fue llamado Siddhartha Gautama. Así, el jóven príncipe creció, se educó, y cumplió con todos sus deberes sociales, pero desde pequeño, siempre supo que había venido al mundo para un propósito mayor. Un día, tras años de ponderación, decidió embarcarse en una búsqueda espiritual para descubrir su propósito y misión en este mundo. Tras más de seis años de profunda instrospección y ascetismo, finalmente encontró las respuestas a las interrogantes más importantes de la humanidad, como qué somos, de dónde venimos, por qué estamos aquí, por qué hay tanto sufrimiento, y cuál es nuestra meta en la vida. En ese momento, dejó de ser Siddhartha Gautama y se convirtió en el "Buda" (el "Despierto"), y fue llamado el Buda Shakyamuni. ¿A qué despertó? El príncipe despertó a su Verdadera Naturaleza y a la Unidad Fundamental de la Existencia, y con ello, recordó la verdadera razón para su manifestación en este planeta. El nunca fue un príncipe - ni siquiera un ser humano - sino que él era una manifestación encarnada del Alma del Cosmos, quien se personificó y encarnó en este mundo para revelarnos el Dharma, sus Enseñanzas - las Leyes Universales - para ayudarnos a aliviar nuestro sufrimiento (creado por nuestra Ignorancia Fundamental a la Unidad de la Existencia) y mostrarnos el camino para descubrir y manifestar nuestra Naturaleza Búdica, para que podamos hacer de este mundo una Tierra Pura, un mundo ideal. Lejos de ser un ser humano mortal, el Buda es eterno, omnipresente, omnisciente, omnipotente. Esta era su Verdadera Naturaleza.
Si bien hemos leído y hablado sobre la vida y obra del Buda Shakyamuni en incontables ocasiones, algo que nos podemos preguntar de la narración descrita es: ¿conocía el Buda, antes de su Despertar, su Verdadera Naturaleza? Si estudiamos minusciosamente el Canon Budista, podemos ver que el Buda, sindo perfecto Buda y perfecto hombre, era una mezcla de Budeidad y carnalidad, de Infinito y finito, y por ello, para poder cumplir cabalmente su misión, tuvo que limitar inicialmente de forma parcial su Verdadera Naturaleza, por lo que fue en el momento de su Despertar que el Buda logró su transfiguración total de hombre a Buda. En la historia de la vida del Buda, y en la experiencia espiritual budista, el momento del Despertar del Buda en este mundo, la transfiguración iluminada, y la puesta en Giro de la Rueda del Dharma - su primer sermón en este mundo, el Sutra Avatamsaka -, se presenta como el punto donde la naturaleza humana se encuentra con la Budeidad: el lugar de encuentro de lo temporal y lo eterno, con el mismo Buda como punto de unión, actuando como puente, entre el Nirvana y la Tierra. Es por eso que el Sutra Avatamsaka se da fuera del espacio y el tiempo, en el Palacio del Dharmadhatu, como un monólogo entre los aspectos de la Budeidad. Esto es expandido en el Sutra Vajrasekhara, uno de los tres Sutras Esotéricos principales de la escuela Tendai.
En el Sutra Vajrasekhara, vemos que en el momento justo del Despertar del Buda Shakyamuni bajo el Arbol Bodhi, el Buda se da cuenta de su Verdadera Naturaleza - él es el Nirmanakaya o Cuerpo Encarnado del Buda Cósmico Mahavairocana, quien vino a este mundo para revelarnos su Dharma y llevarnos al Despertar. El Buda Cósmico Mahavairocana es el Dharmakaya (Cuerpo del Dharma) mismo del cual emanan todos los Budas y que el Sutra nos dice que representa todos los cuerpos, palabras y mentes de todos los Budas en los tres tiempos. Este mundo es solo una flor de loto en el gran océano del Reino de la Tesorería del Loto, el Cosmos con sus múltiples universos y dimensiones, y en todos, el Buda Eterno se manifiesta para revelarse, predicar el Dharma, y llevar a los seres a la salvación. Este fue el verdadero propósito para la aparición del Buda en este mundo.
En el Sutra del Loto, la Revelación Máxima del Buda en el mundo, el Buda nos dice: "Los Budas, los Honrados por el Mundo, aparecen en el mundo por una sola gran razón ... para abrir la puerta de la sabiduría del Buda a todos los seres vivos, para permitirles alcanzar la pureza. Por eso aparecen en el mundo. Desean mostrar la sabiduría del Buda a los seres vivos y, por lo tanto, aparecen en el mundo. Desean hacer que los seres vivos despierten a la sabiduría del Buda y, por lo tanto, aparecen en el mundo. Desean inducir a los seres vivos a entrar en el camino de la sabiduría del Buda y, por lo tanto, aparecen en el mundo". Así, el Buda Shakyamuni revela que el propósito por el cual todos los Budas aparecen en los mundos es, mediante la predicación del Sutra del Loto, enseñar que todas las personas poseen originalmente en su interior la Naturaleza Búdica - que son uno con el Buda Eterno - y mostrarles la forma de cultivar y realizar el estado de vida de un Buda.
Tras más de cuarenta años de predicación por toda la India, revelándole a las personas gradualmente cómo pueden alcanzar el mismo estado espiritual del Despertar, el Buda supo que ya había logrado su cometido (después de todo, su nombre "Siddhartha" significa "Aquel que Logra su Cometido"). Sabiendo que ya su existencia no sería necesaria, sino, de hecho, un obstáculo en el desarrollo de las personas, el Buda se recostó entre dos árboles y fingió estar enfermo y a punto de morir. Dando su sermón final, guardado en el Sutra del Nirvana, el Buda finalmente dio la apariencia de pasar al Parinirvana. En el Sutra del Loto el Buda nos dice:
"Yo manifiesto apropiadamente el Parinirvana.Pero en realidad yo no paso a la tranquilidad inactiva o al Nirvana;
Sino que permanezco aquí, siempre predicando el Dharma.
Siempre estoy aquí,
Y usando el poder de las penetraciones espirituales,
Causo que los seres sintientes trastocados o perturbados,
Aunque estén cerca de mí, no me vean.
Las multitudes entienden que paso al Nirvana.
Ellos extensivamente hacen ofrendas a mis reliquias.
Todos me aprecian y anhelan ardientemente,
Y sus corazones me buscan sedientos.
Los seres vivientes, entonces, fieles y mansos,
Íntegros, con mentes obedientes
Persistentes y concentrados en una sola meta
Desean ver al Buda,
Sin importarles sus propias vidas.
En ese momento yo y la asamblea
Aparecimos todos en el Pico del Águila,
Donde le digo a los seres vivientes
Que yo siempre estoy aquí y nunca he cesado de estarlo.
Pero usando el poder de los medios hábiles,
Manifiesto la ‘cesación’ y la ‘no cesación’ del ser."
Igualmente, en el Sutra del Nirvana, su último sermón en este mundo, el Buda nos dice:
"Es como cuando las personas ven que la luna no aparece y dicen '¡La luna ha desaparecido!' Y piensan que ha desaparecido. Sin embargo, la naturaleza de la luna realmente no ha desaparecido. Cíclicamente aparece en lugares en otras direcciones, y los seres sintientes allí dicen 'La luna ha aparecido' ... La naturaleza lunar de constante surgimiento no ha aparecido o desaparecido. El Tathagata, el Arhat, el del conocimiento perfecto, también es así. Él aparece en el trichiliocosmo, o se manifiesta en Jambudvipa (la Tierra) teniendo un padre y una madre. Los seres sintientes dicen que él nació en Jambudvipa, o en Jambuvipa él muestra el Nirvana. Pero, la naturaleza del Tathagata realmente no tiene Nirvana. Sin embargo, todos los seres sintientes dicen que el Tathagata realmente entra en el Parinirvana".
El Buda, como vemos, realmente no murió ni pasó al Parinirvana, sino que su Espíritu siempre se encuentra con nosotros, y cada vez que tenemos un buen pensamiento, o decimos y hacemos algo positivo por nosotros y por otros, lo encarnamos y su Espíritu se manifiesta a través de nosotros. Igualmente, cuando meditamos o recitamos so Nombre ("Namu Shaka Butsu" o "Namah Samantha Buddhanam Bah"), comulgamos con el Buda Eterno y unimos nuestra Naturaleza Búdica a su Esencia. Entonces, somos partícipes de la Vida Eterna del Buda. Si haz llegado aquí y has escuchado este mensaje, es porque has generado el mérito suficiente y porque el has recibido la Gracia del Buda, quien siempre ha estado trabajando dinámicamente en tu vida, aunque nunca lo hayas visto, ni mucho menos aceptado y agradecido. Es porque en el pasado lejano hicistes un voto, y aunque lo hayas olvidado, e incluso le hayas dado la espalda, el Buda nunca lo olvidó ni se dio por vencido de ti.
Este es el verdadero significado de este día. El Cosmos mismo se personificó en la figura del Buda y apareció en este mundo para revelarnos su Dharma, sus Leyes Universales, y permitirnos vivir vidas más plenas y en armonía con el universo y con todos los seres sintientes. El Buda entonces no solo es el la Esencia y el Alma del Cosmos con nosotros, sino también esa misma Esencia en nosotros. El Universo viene a vivir en nosotros a través del Buda cuando comulgamos a través de la meditación y actuamos conforme a su Dharma. En el momento en que el Buda alcanzó su Despertar, tocando la carne en este mundo, se quedó para siempre con nosotros de una manera más profunda que nunca. El Cosmos tomó la forma de una persona para unir para siempre lo espiritual y lo físico, para cerrar la brecha que la Oscuridad de la Ignorancia había creado. Si deseas encontrar el Buda Eterno, solo cierra los ojos, y descúbrelo en el centro de tu corazón - tu Naturaleza Búdica. Cuando lo hayas percibido, junta las manos en Gassho (oración) y da gracias por las bendiciones recibidas y por siempre estar contigo a tu lado en todo momento.
Así, en este Nehan-E, espero que dejemos de ver al Buda como lo hacen las otras denominaciones - como una persona histórica que ha muerto y pasado a la historia - sino como una fuerza viva y activa en nuestras vidas, y que todos podamos reafirmar nuestro esfuerzo, como Hijos del Buda, de realizar nuestra misión iluminada en este mundo.