Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


domingo, 7 de agosto de 2022

Budismo, Política y Sociedad: Los Sutras para la Proteccón de la Nación y el Rol del Bodhisattva - Introducción al Ciclo de Lecturas sobre el Sutra de los Reyes Benevolentes

Hoy, comenzamos un nuevo Ciclo de Lecturas sobre uno de los tres Sutras para la protección de la nación, el Sutra de los Reyes Benevolentes. Este Sutra, junto con el Sutra del Loto y el Sutra de la Luz Dorada, han sido recitados en los templos japoneses para garantizar la paz y la prosperidad del país, desde el tiempo en que el emperador Shōmu estableció templos provinciales separados para sacerdotes y templos para monjas a mediados del Siglo VIII. Los 20 monjes que vivían allí recitaron estos tres Sutras en un horario fijo para proteger la nación. A medida que el Budismo evolucionó en Japón, la práctica gradualmente dejó de utilizarse y ya no continúa en la actualidad. No obstante, estos tres Sutras contienen importantes enseñanzas sobre cómo practicar el Budismo en la sociedad.

Contrario a la creencia popular, el Budismo siempre ha estado atado al estado. La Orden monástica vivían en monasterios financiados por los reyes y la clase alta (que tenía el dinero para donar la tierra y contruir monasterios). Es entendible el romance de la imágen de los ascetas errantes abandonando todo, lejos de la sociedad y del mundo, para llevar una vida comprmetida con el Dharma, pero es solo eso: una narrativa mítica. La realidad es que el Budismo, desde los tiempos del mismo Buda Shakyamuni hace más de 2,500 años, siempre estuvo atado a las ciudades (donde mendicaban) y al estado (que los financiaba y esparcía el Dharma). Veamos algunos ejemplos.

Jetavana fue uno de los monasterios budistas más famosos de la India. Fue el segundo monasterio donado al Buda Shakyamuni después del de Veluvana en Rajgir. Jetavana se encontraba a las afueras de la antigua ciudad de Srasvati. Sravasti fue la capital y el hogar del rey Prasenajit, uno delos patrones reales del Buda. También fue el hogar de Anathapindada, el donante temprano más rico del Buda, quien donó Jetavana. Jetavana fue el lugar donde Buda dio la mayoría de sus enseñanzas y discursos, habiendo pasado en Jetavana diecinueve de sus más de cuarenta años de predicación, más que en cualquier otro monasterio. Así, el rey Prasenajit le brindaba dinero y protección a la Orden budista o Sangha.

Igualmente, en la época del Buda, Vaishali, que visitó en muchas ocasiones, era una ciudad muy grande, rica y próspera, llena de gente y con abundante comida. Después de dejar su familia y su reino en Kapilavastu, el Príncipe Siddhartha fue primero a Vaishali y fue allí que emprendió su entrenamiento espiritual inicial con los diversos maestros renunciantes. Después de la Iluminación, el Buda visitó con frecuencia a Vaishali, llegando a organizar la Sangha según el patrón de la democracia vaishaliana. Fue aquí donde permitió por primera vez que las mujeres se unieran a la Sangha, iniciando a su tía materna Mahaprajapati Gautami en la orden. Finalmente, fue aquí que el Buda dio su último discurso antes de antrar en el Parinirvana.

Pero tal vez uno de los mejores ejemplos es Nalanda, un Mahavihara - un gran monasterio budista - en el antiguo reino de Magadha (actual Bihar) en la India. El sitio fue un centro de aprendizaje desde el Siglo V al 1200 EC. En su apogeo, la escuela atrajo a académicos y estudiantes de lugares cercanos y lejanos, algunos de los cuales viajaron desde el Tíbet, China, Corea y Asia Central. La evidencia arqueológica también señala el contacto con la dinastía Shailendra de Indonesia, uno de cuyos reyes construyó un monasterio en el complejo. Nalanda fue inicialmente un pueblo próspero por una importante ruta comercial que atravesaba la cercana ciudad de Rajagriha (el moderno Rajgir), que en ese momento era la capital de Magadha. 

Finalmente, no podemos dejar de mencionar al rey Ashoka (304 - 232 AEC), un emperador indio del Imperio Maurya, hijo de Bindusara, que gobernó casi todo el subcontinente indio desde el 268 al 232 AEC, que promovió la expansión del Budismo por todo Asia. Ashoka libró una guerra particularmente destructiva contra el estado de Kalinga, que conquistó alrededor del 260 AEC y que, según los registros históricos, resultó directamente en cientos de miles de muertes y deportaciones. Esto le hizo repensar su vida y su obra, lo que lo llevó a convertirse al Budismo. Hoy día, s le recuerda por erigir los Pilares de Ashoka y difundir sus Edictos, por enviar monjes budistas a todo Asia, y por establecer monumentos que marcan varios lugares importantes en la vida del Buda. Tras su conversión, Ashoka contruyó un imperio budista basado en el Dharma, construyó 84,000 templos, y creó un programa nacional de ayuda benéfica, incluyendo el establecimiento de instalaciones de tratamiento médico para personas y animales, la plantación de hierbas medicinales, y excavación de pozos y plantación de árboles a lo largo de los caminos. Durante su reinado, el reino mantuvo a la Sangha y la protegió en todo momento, enviando misiones por todo Asia. 

Esto muestra que en aquellas partes del mundo asiático donde el Budismo fue promovido por la clase alta o donde fue la religión de la mayoría, desempeñó y continúa desempeñando un papel prominente, no pocas veces con consecuencias para la política nacional. Debido a que el Budismo está tan estrechamente asociado con las normas culturales y las visiones del mundo, no puede ser aislado de la política y la sociedad, ya sea visto históricamente o con respecto a los acontecimientos actuales. El Budismo es un organismo vivo que se nutre de las circunstancias políticas de una cultura, un momento o un lugar en particular. Su historia refleja las tensiones de la adolescencia, la madurez y la vejez, y en ocasiones se ha metamorfizado para adaptarse a los cambios en su entorno. Como sabemos, la historia de síntesis y adaptación del Budismo lo llevó a dividirse en tres grandes ramas (Theravada, Mahayana y Vajrayana) y una gran cantidad de escuelas y movimientos. Al adaptarse a las circunstancias cambiantes a lo largo de la historia, el Budismo ha tratado de proteger y desarrollar su lugar en el mundo al que sirve, incluido el ámbito político.

La relación entre el Budismo y la política, entonces, ha sido y sigue siendo compleja, y varía considerablemente entre las diversas comunidades budistas de Asia. La política en los países de mayoría budista abarca desde la relativa libertad de expresión de Sri Lanka, Tailandia y Japón hasta las represiones impuestas a los ciudadanos de Myanmar, la República Popular de China y Corea del Norte. A pesar de la naturaleza apolítica de las enseñanzas del Buda Shakyamuni, y a pesar del estereotipo de un Dharma pasivista y no agresivo, se puede argumentar que las semillas de una cosmovisión política existen desde antes de la composición del Canon Pali. Más tarde, los textos Mahayana también tienen un significado político; el Sutra del Loto, por ejemplo, sirvió como texto clave para el Budismo japonés, mientras que el Sutra de la Luz Dorada y el Sutra de los Reyes Benevolentes expusieron los deberes de un rey justo.

Aunque las escrituras primarias del Budismo no establecen una filosofía política precisa, una lectura polisémica del Canon Pali revela un ideal político que complementa las enseñanzas soteriológicas del Buda. Esta soteriología se basa en el problema central del sufrimiento (dukkha), al cual el Budismo ofrece una solución práctica, centrada en la vida aquí y ahora. No hay dilema escatológico ni metas sobre el otro mundo que preocupen al Buda; más bien, sus enseñanzas se basan principalmente en ver los hechos de la vida tal como son y en erradicar la superstición y las prácticas sociales inútiles a través de la razón y el análisis. Sin embargo, más allá de esta base epistemológica, hay una dimensión social definida de las enseñanzas budistas: el Buda no solo pregunta cómo y qué sabemos, sino también qué debemos hacer, no solo por nosotros mismos sino por el bien común. El mensaje del Buda contra el anhelo y los síntomas emocionales de codicia, odio y engaño se aplican no solo al individuo, sino que también tienen implicaciones para el bienestar colectivo de la comunidad.

Históricamente, se considera que el Budismo se ha desarrollado más en concierto que en conflicto con el poder político. Los textos canónicos (Sutras) tratan el origen y desarrollo del estado y los derechos y deberes tanto del monarca como del ciudadano. La sociedad modelo y la política que presentan promueven una conducta ética y encarnan un ideal social fuerte, que luego guía los principales objetivos del estado: describen al gobernante ideal del mundo, el "Rey que Gira la Rueda del Dharma", que utiliza su autoridad civil para promover la justicia y la seguridad. En este y otros pasajes canónicos, las recomendaciones van más allá de la visión del mundo basada en la casta detrás de los códigos de leyes y leyes hindúes, instando a la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, simplemente como miembros de la humanidad, independientemente de su casta o raza. Igualmente, como recordaremos, el Buda se opuso al sistema rígido de castas que existía (y aun existe) en la India, rompiendo con los estereotipos y abriendo de par en par las puertas de la salvación a todas las personas, permitiendo que personas de todos los sectores y castas sociales pudieran entrar en u Orden monástica, llegando incluso a aceptar mujeres, quienes aun hoy día no tienen posiciones clericales en las ordenes religiosas de la India.

Pero el verdadero matiz social y político del Budismo se ve realmente en el Canon Mahayana. En los Sutras Mahayana, el Buda provee una amplia variedad de guías para poder vivir en una sociedad egalitaria, en paz y armonía. Los mismos nos muestran que todos los seres son iguales, pues todos poseen la Naturaleza Búdica, la capacidad de alcanzar el Despertar y convertirse en Budas. Nuestra misión es, entonces, no alcanzar el ideal del Arhat - el ideal del Budismo Primitivo, el cual cual fue enseñado como un medio hábil y luego fue descartado por el Buda - quien busca su salvación personal y la extinción final del Nirvana, sino el ideal del Bodhisattva: estar completamente comprometidos con la salvación de todos los seres sintientes y convertir este Mundo Saha en una Tierra Pura, realizando la labor del Buda eternamente en el mundo. 

Si bien es un hecho con el que tengo sentimientos encontrados, Charles D. Orzech en su libro "Politics and Transcendent Wisdom: The Scripture for Humane Kings in the Creation of Chinese Buddhism" (Penn State University Press, 2008), nos explica que el Budismo, si bien muchos lo consideran trascendentalista, es bastante mundano y político. La impresión errónea de que el Budismo es definido por "monjes del bosque" (y peor aún, "monjes del bosque que abandonan el mundo") los cuales son equiparados a los "padres del desierto" de la tradición cristiana es una distorción histórico-cultural. Si uno analiza los Sutras y la historia del Budismo uno encuentra que la mayoría de los mismos fueron predicados en monasterios en tierras de patrones laicos, los cuales en su mayoría eran reyes, que estaban ubicados en o alrededor de las ciudades. El Budismo, y en particular el Budismo Mahayana, es una religión urbana e imperial que en muchos casos no podía ser identificada fuera de la ciudad y del imperio. Esto comenzó el la India pero tuvo su apogeo en China, Corea y Japón, donde el Budismo fue regulado y patrocinado por el Estado y servía para los intereses del país. Según la academia, el Budismo - y en especial el Mahayana y Vajrayana - veían los métodos salvíficos en una dialéctica de trascendencia y conquista del mundo, y fue este Budismo el que se esparció por China, Tibet, Corea y Japón, así como en el Sur de Asia (en su vertiente Theravada). Hay que recordar que muchos de estos reinos establecieron el Budismo como la religión del Estado, y en muchos países del Sur de Asia la religión no está separada del poder como en Occidente.

Es por eso que en los últimos años me he dedicado a poder revelar el Verdadero Dharma del Buda Eterno, y en especial, las enseñanzas del Sutra del Loto y los Sutras más importantes del Canon Budista, entre ellos, el Sutra de los Reyes Benevolentes y el Sutra de la Luz Dorada.

El Sutra de los Reyes Benevolentes (Ninno Kyo), es uno de los Sutras budistas donde el Buda expone su enseñanza sobre Budismo, Sociedad y Política, en la forma de un sermón a los reyes y gobernantes de su época. Este Sutra es considerado como la conclución de los Sutras de la Perfección de la Sabiduría (Prajnaparamita), donde se expone la doctrina de la Vacuidad (Sunyata), predicado en el Cuarto de los Cinco Periodos, antes de la revelación final de la Verdad de su Iluminación en el Sutra del Loto. El Sutra consiste en un discurso entre el Buda Shakyamuni y Prasenajit, el rey de Kosala, donde enumera siete desastres que ocurrirán cuando perezca la Enseñanza Correcta del Dharma. Luego enfatiza que la única forma de evitar estos desastres y asegurar la protección y prosperidad de la nación es defender el Dharma del Buda en el mundo. En China, Corea y Japón, el Sutra de los Reyes Benevolentes fue ampliamente reverenciado como un Sutra para la protección de la nación, junto con el Sutra del Loto y el Sutra de la Luz Dorada. Es por eso que el Gran Maestro Saicho, el fundador de nuestra escuela, encomendó a todos sus monjes a estudiar, exponer y poner en práctica las enseñanzas de estos tres Sutras, para el beneficio y la seguridad de todos los seres sintientes. 

En este Sutra, encontramos muchas guías dejadas por el mismo Buda a los gobernantes sobre cómo aplicar el Budismo en la sociedad y la política, para el beneficio de todos los seres y la paz en el mundo, como cuál es el rol del gobernante en una sociedad; cómo podemos asegurarnos de que se preserve el Verdadero Dharma; qué pasa cuando una sociedad no es gobernada correctamente; cómo podemos avanzar espiritualmente en nuestro camino al a Budeidad; etc. Si bien los protagonistas del Sutra son los reyes y gobernantes, el rol más importantes en una sociedad dhármica es la Sangha. La Sangha, compuesta por monjes y creyentes, son el cuerpo del Buda en la Tierra, y deben de realizar la labor del Buda en el mundo. 

Ya no vivimos en sociedades dhármicas, donde el gobernante es un Rey que Gira la Rueda; por el contrario, vivimos en la Era Final del Dharma, donde los gobernantes son muchas veces el peor ejemplo a seguir, la encarnación de Mara. Por ello, el verdadero cambio social solo puede ser logrado por medio de una transformación personal interna, cuando descubrimos y revelamos nuestra Naturaleza Búdica, progresamos espiritualmente, y la manifestamos en el mundo. 

El Buda nos dice en el Sutra de Mahamayuri: "La razón por la que existen todas las calamidades y aflicciones opresivas, guerras, hambre, sequías, epidemias, enfermedades, dolores, conflictos, disturbios causados por los ochenta y cuatro mil fantasmas demoníacos y obstáculos que enfrentan aquellos que desean la realización mundana y trascendental, es que tales las adversidades son atraídas por la lujuria y la ignorancia, la discriminación equivocada, las aflicciones derivadas de los Tres Venenos, la falta de comprensión de la Verdadera Naturaleza de la Realidad, y la acumulación de actos malévolos desde tiempos inmemoriales". 

No podemos culpar a la sociedad o las instituciones por los males que nos aquejan, sino que debemos de primero identificar los males que poseemos dentro de nosotros. Una de las doctrinas principales del Sutra de los Reyes Benevolentes es el progreso espiritual del Bodhisattva, y cómo el mismo, por medio de su trabajo y ejemplo, trae beneficio a la sociedad y al mundo. Pero ese cambio comienza dentro de todos y cada uno de nosotros, y luego, por medio de nuestro ejemplo y trabajo, transforma nuestro hogar, nuestra comunidad, y poco a poco - como hondas - transforma nuestra sociedad y al mundo. 

En las próximanas semanas, presentaremos por primera vez en Occidente, un comentario social y político sobre las enseñanzas de este Sutra, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas de la escuela Tendai, con énfasis en cómo las mismas impactan a nosotros, nuestra sociedad y política. Complementaremos el mismo con enseñanzas del Canon Pali, así como el Sutra del Loto, el Sutra de la Luz Dorada, y otros. Espero que el mismo sea para el beneficio de todos los seres sintientes.