Hoy, continuamos nuestro nuevo Ciclo de Lecturas sobre el Sutra del Nirvana, el último sermón dado por el Buda Shakyamuni en el mundo. El mismo es sumamente importante para el Budismo Mahayana, ya que fue parte de sus Enseñanzas Perfectas y Completas, donde reveló la totalidad de la Verdad de su Despertar, confirma sus enseñanzas superiores dadas en el Sutra del Loto, y contiene tres enseñanzas importantes: (1) el Buda es vida eterna - lo que llamamos "Budas" son manifestaciones de la Realidad Ultima, el Dharmakaya, el cual se manifiesta en los mundos para revelar el Dharma y salvar a todos los seres sintientes del sufrimiento, y llevarlos al Nirvana: la Unidad; (2) dado a que todos somos una expresión de la Unidad, de la Realidad Ultima, cuando descubrimos y accesamos a la Unidad Fundamental, por medio de nuestra Naturaleza Búdica, accesamos a nuestro Verdadero Ser (Atman), y esa Naturaleza Búdica es uno con el Buda Eterno; y (3) la meta final del Budismo es alcanzar el Despertar para continuar la labor salvífica del Bodhisattva en el mundo, no alcanzar el Nirvana, pues el Nirvana, lejos de ser una meta final, es un estado mental al cual todos los seres pueden accesar por medio de su Despertar. Por ello, no hay una "extinción final", sino que todos somos una manifestación de la Vida Eterna del Cosmos. Con todo esto, el Sutra del Nirvana explica la verdadera naturaleza del Buda y de la Realidad, nuestra unidad con la misma, y la verdadera naturaleza del Nirvana.
En este estudio, presentaremos semanalmente una traducción al español de extractos importantes de cada capítulo del Sutra, con un comentario (exégesis) que dilucida sus enseñanzas, sus implicaciones, y cómo podemos aplicarlas en nuestra vida diaria. Esta es la primera vez que se comenta el Sutra del Nirvana y se presenta el mismo en español en el mundo. Espero que el mismo sea del agrado de todos los budistas en el mundo hispano.
Capítulo 20 - Acciones Puras (Parte 2)
La Redención de Ajashatru
Ahora, el Sutra del Nirvana pasa a relatar los acontecimientos que transcurrían en ese mismo momento en Rajagriha con el Rey Ajashatru, cuya historia estudiamos anteriormente en un capítulo pasado (17), en "La Asamblea".
"En ese momento, había en el gran castillo de Rajagriha un gran rey llamado Ajatashatru (hijo de Bimbisara y su consorte real, Vaidehi), uno que era de naturaleza muy malvada, que se complacía en quitar la vida y que estaba plenamente realizado en el cuatro malas acciones de la boca (es decir, mentir, adular, hablar maliciosamente y hablar con una 'doble lengua'). La codicia, la mala voluntad y la ignorancia dominaban su mente. Solo vio el presente y no los días venideros. Todas las personas malas eran de su grupo. Se abandonó a los cinco deseos (riqueza, lujuria, comida y bebida, fama y sueño) y los placeres de la vida. Como resultado de esto, perjudicó a su propio padre inocente. Después de haber hecho daño a su padre (causándole la muerte), el arrepentimiento (remordimiento) hizo bajar su mente con fiebre. Ningún adorno, ni collares, ni música podían ayudarlo. Con su mente en una fiebre de arrepentimiento, surgieron forúnculos en todo su cuerpo. Estos emitían olores hediondos y malignos y nadie podía acercarse a él. Luego se dijo a sí mismo: 'Ahora estoy recibiendo estos resultados kármicos en esta vida presente. No pasará mucho tiempo antes de que los castigos del infierno se apoderen de mí'. Entonces su madre, la reina Vaidehi, le aplicó varias medicinas. Pero los forúnculos solo aumentaron en número y no había señales de cura. El rey le dijo a su madre: 'Tales forúnculos provienen de la mente, y no de los cuatro elementos. La gente puede afirmar (poder) curarme, pero eso no puede ser'."
Ajashatru, tras ursurpar el trono junto con Devadatta (quien trató de ursurpar el puesto del Buda Shakyamuni en la Sangha pero falló), asesinar a su padre de hambre y cometer muchos actos atroces en su vida, siendo presa de sus deseos y pasiones ciegas, ahora entra en remordimiento y busca ver cómo puede aliviar su mente y corazón y alcanzar la paz. Estos acontecimientos fueron narrados en su totalidad en el Sutra de la Meditación en el Buda Amida y su Tierra Pura (Sutra de la Meditación), que fueron traducidos y comentados en La Promesa de la Gran Compasión: Un Comentario sobre los Sutras del Buda Amida (Hikari, 2021). Veámoslos brevemente.
Devadatta conspiró con Ajashatru para ursurpar el trono del reino de Maghada de su padre, el Rey Bimbisara, para poder asegurarse de que su intento de ursurpar el liderazgo de la Sangha monástica no fuera impedida por el Rey Bimbisara. Para sellar su plan malévolo, Devadatta le narró al príncipe Ajashatru cómo el Rey anteriormente trató de asesinarlo cuando era un infante dado a una profecía de que el Rey sería asesinado en el futuro por su propio hijo. En el Sutra de la Meditación leemos:
"Hace mucho tiempo, el rey Bimbisara estaba ansioso por tener un heredero. Habiendo escuchado de un adivino que cierto ermitaño que vivía en las montañas renacería como su hijo tres años después, el rey inmediatamente le envió un mensajero pidiéndole que terminara con su propia vida, pero el ermitaño se negó a hacerlo. El rey enojado ordenó al mensajero que lo matara si aún se negaba a suicidarse. El ermitaño murió así decidido a vengarse. Pronto la reina Vaidehi quedó embarazada. El rey se regocijó, pero se horrorizó al saber del adivino que ella daría a luz un niño que le haría daño al rey. Entonces le dijo a la reina que diera a luz al bebé en el techo de la torre y lo dejara caer al suelo. Ella hizo lo que le dijo, pero el bebé sobrevivió milagrosamente con solo daño en su dedo meñique."
Igualmente, en el Sutra leemos:
"Debido a esta oscura profecía, ella (la Reina) intentó abortar el feto varias veces. Pero el Rey logró contenerla y finalmente dio a luz a un hijo. Debido a lo que el sabio predijo antes del nacimiento del niño, de que el niño se convertiría en enemigo de su padre, se le llamó 'Ajatashatru', que significa 'Enemigo no nacido'. Devadatta relató esto en detalle y logró desviar a Ajatashatru."
Por todo esto, Ajashatru hizo que encerraran a su padre para que muriera de hambre en una celda, y confinó a la Reina, su madre, a una sola ala del palacio. Igualmente, durante su confinamiento, las plegarias del Rey y la Reina llegaron a donde el Buda, quien se encontraba predicando el Sutra del Loto en el Pico del Buitre cerca de ellos, quien utilizó sus poderes para emanar un cuerpo junto con dos de sus discípulos y se manifestaron frente al Rey y la Reina y les predicaron el Dharma para un mejor renacimiento y para darles consuelo. Sin embargo, con el pasar del tiempo, su padre aún seguía vivo, lo que hizo que Ajashatru bajara a los calabozos para inquirir sobre ello. En el Sutra leemos:
"Ajatashatru preguntó a los centinelas que custodiaban las puertas: '¿Mi padre, el rey, sigue vivo?' Ellos dijeron: 'La consorte del rey unta miel mezclada con harina de cebada tostada en su cuerpo. Luego llena su corona enjoyada con jugos y se la ofrece al rey. Los discípulos del Buda como Maudgalyayana y Purna y otros descienden del cielo para exponer el Dharma por el bien del rey. No hemos podido evitar esto'. Ajatashatru escuchó este relato y se enojó. Él dijo: 'Aunque ella es mi madre, si se asocia con aquellos que violan las leyes del país, también debe ser considerada enemiga del estado. Además, ¿cómo se atreven estos malvados monjes con sus poderes mágicos a mantener vivo a este malvado rey?' Luego desenvainó su espada e intentó matar a Vaidehi, la consorte del rey. En ese momento, el ministro Chandraprabha junto con el médico Jivaka se inclinaron ante el rey y dijeron: 'De los Vedas aprendemos que desde la creación del cielo y la tierra ha habido dieciocho mil reyes malvados que mataron a sus padres para usurpar el trono. Pero no hay ninguno tan vicioso que haya matado a su propia madre. Si cometes esta mala acción, traerás la desgracia a la casta kshatriya. No podemos soportar tal acto, porque cualquiera que realice tal acto es un paria. No podemos quedarnos aquí más tiempo'. Entonces, los dos hombres, con las manos en las empuñaduras de sus espadas, pronunciaron estas palabras mientras avanzaban lentamente hacia atrás. Ajatashatru estaba aturdido y aterrorizado; le dijo a Jivaka: '¿No vas a ayudarme?'. Jivaka dijo: 'No mates a tu madre'. El rey se arrepintió de sus malos caminos y buscó su ayuda; arrojó su espada y ordenó a los funcionarios de su palacio que confinaran a su madre en el palacio privado."
Afortunadamente para Ajatashatru, el ministro Chandraprabha y el médico Jiavaka tuvieron la integridad y el coraje de oponerse a él en su impulsivo deseo de matar a Vaidehi, su madre. No pudieron evitar que la encarcelara y reanudara la hambruna de Bimbisara, pero al menos evitaron que cometiera un crimen tan atroz que habría deshonrado a la casta guerrera y quizás provocado más disturbios y caos dentro del reino. Su oposición de principios mostró una lealtad mucho más profunda que la mera aquiescencia. El Sutra de la Meditación scontinúa contando cómo la reina Vaidehi, desesperada, llamó al Buda que se encontraba en el Pico del Buitre con la esperanza de recibir visitas milagrosas de sus discípulos, tal como Maudgalyayana y Purna habían visitado Bimbisara en el pasado las tres semanas anteriores. En respuesta a su súplica, el mismo Buda apareció acompañado por Ananda y Maudgalyana y un séquito celestial. Vaidehi luego expresó sus dudas y desesperación al Buda, quien les muestra el Nembutsu Meditativo, a través y por el cual pueden Renacer en la Tierra Pura del Buda Amida y experimentar paz en esta vida. Tristemente, con el pasar del tiempo, el Rey Bimbisara murió de hambre, pero tras su muerte - tras haber repagado su mal karma - logró Renacer en la Tierra Pura del Buda Amida. En el Sutra de la Meditación leemos:
"Cegado por los placeres mundanos, Ajatashatru, que así causó la muerte de su inocente padre, el rey, estaba ahora mejor arrepentido. Su cuerpo sufría de alta temperatura; todo su cuerpo estaba cubierto de forúnculos. Los forúnculos rezumaban pus y olían tan mal que era difícil acercarse a él, lo que lo hizo reflexionar: 'Ahora, en este mundo, recibo algo así como los frutos del infierno. Dentro de poco, recibiré los frutos del infierno real' . Su madre Vaidehi estaba afligida y untó varias medicinas en su cuerpo, pero los forúnculos no sanaban. El rey Ajatashatru le dijo a su madre: 'Estos forúnculos salen de la mente y no del cuerpo. No pueden ser curados por el poder humano'."
Así, como vemos, el Rey Ajashatru se encontraba lleno de remordimiento y temía las consecuencias de sus actos si llegaran a buen término en una vida futura. Para tranquilizar su mente, el Sutra del Nirvana ahora nos dice que Ajashatru visitó a los seis maestros no ortodoxos (desde un punto de vista védico) quienes, con las enseñanzas indias del momento, trataron de consolarlo. El primero, Purana Kashyapa, negó que las causas morales tengan un efecto en una vida futura; el segundo, Maskarin Goshali, le dijo que todo está predestinado y que la liberación es simplemente dejar que los acontecimientos se desarrollen como si se soltara una cuerda; el tercero, Samjayin Vairatiputra el escéptico, tomó una posición agnóstica en todos los asuntos, diciendo que no se preocupara, pues en última instancia, nadie podía realmente saber nada; el cuarto, Ajita Keshakambala, el materialista, negó por completo el renacimiento; el quinto, Kakuda Katyayana el pluralista, le enseñó que tanto los elementos físicos como los espirituales que componen la vida se dispersan al morir sin continuidad, y por ello, no debía preocuparse; y el sexto, Nigrantha Jnatiputra, el fundador del Jainismo, le enseñó que nuestras acciones nos atan al sufrimiento independientemente de nuestras intenciones y que solo la inacción total puede conducir a la liberación. El rey Ajatashatru no encontró satisfactoria ninguna de estas enseñanzas. Ajashatru, aun siendo un humano, se convirtió en un Asura (un ser cuya consciencia solo es movida por obtener logros) y en un Espíritu Hambriento (pues su vacío existencial y su remordimiento lo consumían enormemente). Su enfermedad permaneció, al igual que su culpa y temor al futuro. Por ello, el Rey Ajashatru, a instancias de Jivaka, su médico y amigo del Buda, fue ante el Iluminado. En el Sutra del Nirvana leemos:
"En ese momento, había un gran médico llamado Jivaka. Este hombre también visitó el lecho de enfermo del rey y dijo: 'Gran rey, ¿puedes dormir profundamente?' El rey dijo: 'Jivaka, he estado sufriendo de una enfermedad grave. Le infligí una lesión cruel y dolorosa a mi padre, el rey, que seguía el verdadero Dharma. La grave enfermedad que resultó de ese acto no se puede curar, no importa cuán grande sea el médico, el encantamiento o el cuidado. La razón es que el antiguo rey gobernó bien el país, de acuerdo con el Dharma. Aunque no era culpable de ninguna ofensa, le infligí una lesión cruel y grave. Era como si hubiera sacado un pez del agua y lo hubiera arrojado a tierra. Una vez escuché de un sabio que aquellos cuyas tres acciones de cuerpo, boca y mente no son puras, sin falta se sumergirán en el infierno. Soy un ejemplo de eso; ¿Cómo puedo dormir en paz? No hay médicos que, exponiendo la medicina del Dharma, puedan curarme de esta enfermedad y su sufrimiento'.
"Jivaka dijo en respuesta a esto, "Ahora, ahora. Aunque has cometido ofensas, ahora estás experimentando un profundo remordimiento y contrición. Gran rey, el Buda siempre enseña que hay dos mentes que salvan a uno. La primera es la mente que se esfuerza por no cometer ofensas. La segunda es la mente que se esfuerza por no hacer que otros cometan ofensas. O bien, la primera es la mente que mira dentro y se arrepiente, y la segunda es la mente que se arrepiente hacia los demás. O bien, el primero es sentir remordimiento ante otras personas, y el segundo es sentir remordimiento ante los dioses. Estos son los significados de la contrición. El que carece de esta mente de contrición no es un ser humano sino un animal. Debido a que poseemos esta mente de contrición, también surge la mente que venera a los padres y maestros, y se establece la armonía entre hermanos y hermanas. Estoy verdaderamente feliz de que hayas experimentado esta contrición. Gran rey, acabas de decir que no hay médico que sea capaz de curarte de tu grave enfermedad; eso es exactamente así. Sin embargo, gran rey, por favor considere esto bien. El gran Arhat, el Honrado por el Mundo, es la persona más digna de la veneración del mundo. Posee una sabiduría diamantina que destruye todas las obstrucciones con facilidad; él destruye todas las ofensas. El Buda, el Honrado por el Mundo, te curará de tu grave enfermedad'."
Entonces, el médico Jivaka procede a contarle al Rey Ajashatru muchas instancias en donde el Buda logró salvar a demonios en los Infiernos, a Espíritus Hsmbrientos a las orillas de un río, a bandidos y asesinos en las calles, hasta incluso al mismo Shakra (rey de los dioses y creador del universo) y logró llevarlos al camino del Dharma y aliviar todos sus problemas. Esto nos muestra que no importa qué hayamos hecho o quiénes seamos, todos podemos redimirnos. Entonces, Jivaka le dice a Ajashatru:
"¡Oh, gran Rey! Siendo por naturaleza muy malvado en tu corazón, creíste en las palabras de una persona malvada y permitiste que Devadatta soltara un gran elefante intoxicado sobre el Buda, para que lo pisoteara. Al ver al Buda, el elefante se volvió cuerdo. Entonces el Buda extendió su mano hacia él y le dio un golpe en la cabeza, habló del Dharma, como resultado del cual aspiró a la Iluminación insuperable. ¡Oh, gran Rey! Un animal ve al Buda, y esto destruye los resultados kármicos del animal. ¿Cómo podría no ser así con un ser humano? ¡Oh, gran Rey! Debes saber que cualquier persona que ve al Buda puede en verdad eliminar un pecado grave.
"¡Oh, gran Rey! Cuando el Honrado por el Mundo aún no había alcanzado la insuperable Bodhi, Mara se acercó al Buda con un número innumerable e ilimitado de parientes. En ese momento, el Bodhisattva, con su poder de paciencia, aplastó la mente malvada de Mara y lo hizo aspirar a la Iluminación insuperable y aceptar el Dharma. El Buda posee esa gran virtud...¡Oh, gran Rey! Si crees en mis palabras, por favor acude rápidamente al Tathagata. Si crees en mis palabras, sopesa bien lo que digo. ¡Oh, gran Rey! El Honrado por el Mundo cubre todo con gran compasión Él no ama a una sola persona. El Dharma maravilloso reina ampliamente. No hay nadie que no sea engañado (por él). Su mente es igual hacia el hostil y el amistoso. Su mente no odia ni ama. No es el caso que solo una persona alcance el Camino y otras no. El Tathagata no es simplemente el maestro de las cuatro clases de la Sangha, sino que es el maestro de todos los dioses, humanos, nagas, demonios, animales y fantasmas hambrientos. Y todos los seres admiran al Buda como admiran a su propio padre y madre."
Mara tenía a Ajashatru encerrado en un infierno de su propia creación, orpimido, cegado por su ignorancia y malvada naturaleza, y no permitía que ni un solo rayo de luz iluminara su mente, pero Ajashatru era movido por su propia Naturaleza Búdica Innata; esto era lo que lo había llevado a caer en el remordimiento. Nada puede oscurecer nuestra Verdadera Naturaleza, y por más que Mara y Devadatta hubieran hecho que Ajashatru alimentara su oscuridad, su Naturaleza Búdica se mantenía, al igual que ne todos los seres, intacta, pura y pristina. Esto fue lo que hizo que sintiera remordimiento.
"Entonces el gran rey respondió: 'El Tathagata, el Honrado por el Mundo, es por naturaleza suave y apacible. Por esta razón, tiene como parientes a todos los que son apacibles y de naturaleza suave. Así como un bosque de sándalo está rodeado de árboles de sándalo, así es el Tathagata puro y prístino y rodeado de personas que también son puras y prístinas. Esto es como un gran naga (serpiente) que tiene parientes que son nagas; el Tathagata es silencioso y tranquilo, y su gente también es silenciosa y tranquila. El Tathagata no codicia, ni ninguno de su pueblo tampoco. El Buda no tiene ilusión, ni ninguno de su pueblo. Pero yo soy el más malvado de los hombres. Forrado con mal karma, mi cuerpo emite un mal olor y está atado al infierno. ¿Cómo puedo atreverme a esperar ir alguna vez a donde está el Tathagata? Bien puedo ir, pero las palabras pueden no tener conexión. Tú deseas que vaya al Buda. Y, sin embargo, ahora estoy de una constitución básica y desesperado de mí mismo y no tengo intención de ir".
En ese momento, el mismo Sutra afirma que el difunto Rey Bimbisara habló desde los cielos en este punto para poder aconsejar a su hijo que olvidara las falsas enseñanzas de los seis maestros no ortodoxos y que se diera prisa y viera al Buda:
"La insuperable enseñanza budista es débil y ahora está a punto de extinguirse. El gran río lleno de agua está a punto de secarse. No pasará mucho tiempo antes de que la brillante lámpara del Dharma se apague. La montaña del Dharma está a punto de desmoronarse, y el barco del Dharma está a punto de hundirse hasta el fondo. El puente del Dharma está a punto de romperse, y el palacio del Dharma está a punto de ser arrasado. El estandarte del Dharma está a punto de caer, y el árbol del Dharma está a punto de caer. está a punto de romperse y romperse. El buen amigo está a punto de dejarnos, y un gran miedo está a punto de levantar la cabeza. No pasará mucho tiempo antes de que los seres inevitablemente sientan la falta de Dharma. Las epidemias de ilusión están a punto de extenderse. El tiempo de gran tristeza está llegando, y la gente tendrá que sentir sed de Dharma. El rey Mara se alegrará y se quitará toda su armadura. El sol del Buda-Dharma está a punto de hundirse detrás de la montaña del Gran Nirvana. Oh ¡Gran rey! Si el Buda se ha ido, nunca habrá nadie que pueda deshacer tu tumba. ¡Oh gran Rey! Has cometido pecados capitales que te llevarán al Infierno Avichi...¡Oh gran Rey! Sé que definitivamente tendrás que experimentar tus resultados kármicos. Por favor, sal rápido hacia donde está el Buda. Aparte del Buda, el Honrado por el Mundo, nadie puede salvarte. Lo siento. Por lo tanto, te insto así".
Al Ajashatru escuchar las palabras compasivas de su difunto padre, no pudo contener sus lágrimas, cayó al suelo arrepentido, y con mucho dolor en su cuerpo y su alma, partió junto a Jivaka a donde se encontraba el Buda. El Buda, a través de sus poderes sobrenaturales, observa todo esto y les dice a sus discípulos que es por el bien de Ajatashatru que permanece en el mundo, porque Ajatashatru representa a todos los seres ignorantes y corruptos que aún no han sido capaces de percibir su Naturaleza Búdica. ¿No es esta una de las escenas más hemosas y compasivas que hayamos visto en algún Sutra o en a literatura religiosa de la humanidad? En estas narrativas, vemos la infinita y profunda compasión del Buda Eterno por todos los seres, y en especial, por los más ignorantes y que están lejos de recibir su salvación. Estos son el verdadero objetivo primario del Buda en el mundo.
Entonces, al llegar Ajashatru y postrarse llorando en el suelo frente al Buda, el Buda entra en la Meditación del Amor Lunar y emite una luz pura y tranquilizadora que alcanza a Ajatashatru y lo cura de los forúnculos. El rey Ajatashatru está asombrado por esto y le pregunta a Jivaka por qué Buda hizo esto. Jivaka explica que el Buda ama a todas las personas como si fueran sus propios hijos, pero se preocupa especialmente por aquellos que han cometido ofensas graves y que no siguen el camino hacia la Iluminación. Jivaka le dice a Ajashatru: "Como ejemplo: una persona tiene siete hijos. Uno de los siete está enfermo. No es que la mente del padre y la madre no sean todos iguales, pero su mente se inclina hacia el que está enfermo. ¡Oh gran Rey! Es lo mismo con el Tathagata, él no es parcial y, sin embargo, su mente se enfoca en alguien que es pecador." Ahora que la enfermedad corporal del rey Ajatashatru se ha curado, el Buda deseará verlo personalmente para curar su angustia mental. Aún observando, el Buda explica a sus discípulos que el factor más importante que llevará a las personas a la Iluminación es un buen amigo, como lo es Jivaka para el rey Ajatashatru.
"Entonces, el Buda habló a la congregación. '¡Todos ustedes! El más cercano relacionado con el insuperable Bodhi es el buen amigo del Camino. ¿Por qué? Si Ajatasatru no hubiera seguido las palabras de Jivaka, habría muerto el 7 del próximo mes y habría caído en el Infierno. Por por eso, nadie mejor que el más cercano y buen amigo del Camino'...Luego, el Buda dijo a la gente que lo rodeaba: 'El rey Ajatasatru todavía tiene dudas. Ahora curaré su mente'."
Sollozando, Ajashatru, quien no se había atravido a ver al Buda a los ojos, observa la figura majestuosa, pura y brillante del Buda.
"Entonces el Buda emitió los ocho tipos de voz y dijo: '¡Oh, gran Rey!' Entonces Ajatasatru miró a derecha e izquierda y dijo: '¿Quién es el gran rey entre todos los que están aquí? Soy un pecador y no tengo ninguna virtud que valga la pena mencionar. Así que el Tathagata no podría dirigirse a mí de esa manera'. Entonces el Tathagata volvió a gritar: '¡Oh, gran Rey Ajatasatru!' Al escuchar esto, el rey se complació mucho y dijo: 'El Tathagata me dice palabras amorosas. Ahora sé que el Tathagata verdaderamente tiene una gran piedad por todos nosotros los seres; no hace distinción'. Y le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el Mundo! Ahora me he deshecho eternamente de la duda. Ahora sé definitivamente que el Tathagata es verdaderamente el gran maestro insuperable'."
Igualmente el Buda nos ve a todos nosotros, y en vez de ver nuestras faltas, deseos, pasiones y mal karma, ve nuestra Naturaleza Búdica, nuestras virtudes y nuestro potencial. Puede que no seamos dignos de ser sus hijos, pero con solo verlo una vez - con solo abrir nuestros corazones y permitirle entrar - el Buda puede borrar todas nuestras dudas y mal karma, como dice el Sutra del Loto, al igual que el rocío desaparece cuando sale el Sol.
Ahora, el Buda le explica a Ajashatru que dado a que nada en este mundo es eterno - solo el Buda - y dado a que todo es impermanente y está en constante movimiento, no existe karma fijo, por lo que unp puede cambiar su karma y trasnformar su vida. Todo sucede por virtud de la Ley del Karma. El Rey Bimbisara mató a un asceta para poder dar a luz un hijo y un heredero (Ajashatru), a quien luego trató de matar, y como resultado de esto, fue asesinado por su hijo. Pero antes de morir, el Rey Bimbisara tomó refugio final en los Tres Tesoros, y siguiendo el Camino del Dharma, logró Renacer en la Tierra Pura de la Bienaventuranza. De igual manera, Ajashatru tiene ante si la posibilidad de enmendar su camino y alcanzar su redención. Habiendo escuchado y sentido la profunda e infinita compasión del Buda, y meditando en su profunda e infinita sabiduría, Ajashatru tuvo una transformación espiritual.
"Luego, el rey Ajatasatru meditó, como se lo dijo el Buda, sobre todo lo escuchado profundamente. Habiendo meditado así, le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el Mundo! He llegado a saber por primera vez que la materia no es eterna y hasta el hecho de que la conciencia no es eterna, y es por eso que no podría haber pecado. En días pasados, escuché a una persona decir que el Honrado por el Mundo es el padre de todos los seres. Aunque lo escuché, no podía estar muy seguro. Ahora definitivamente lo sé'."
Al escuchar las palabras del Rey Ajashatru y ver en su rostro su conversión y sinceridad, toda la gente de Magadha se regocijó al ver que el Rey había logrado redimirse. Con esto, todos los presentes despertaron su Bodhicitta.
"Y la innumerable gente del estado de Magadha aspiraron al insuperable Bodhi (Iluminación). Y cuando toda esa gente había aspirado a la gran mente, todos los pecados graves del rey Ajatasatru se volvieron ligeros. Y el rey, la consorte real, las damas del harén y las asistentes femeninas aspiraban a un Bodhi insuperable. Entonces el rey Ajatasatru le habló a Jivaka: '¡Oh, Jivaka! Todavía no estoy muerto y, sin embargo, tengo un cuerpo celestial. Deseché una vida breve y obtuve una larga, y hago que todos los seres aspiren al insuperable Bodhi. Eso es decir que este es el cuerpo celestial, de larga vida y el cuerpo eterno, y es un discípulo de todos los Budas".
Estos acontecimientos contienen una infinidad de significados. Veamos solo algunos de ellos. Primero, la historia de Ajashatru nos muestra que todos los seres poseen la Naturaleza Búdica, y que incluso un Icchantika puede corregir sus errores y convertirse en un Bodhisattva. Segundo, solo el ver al Buda, en una imagen, una pintura, o incluso el solo abrirnos al Buda en mente y corazón, pueden tener un efecto transformador en nuestro cuerpo, mente y espíritu. Tercero, el Buda siempre piensa en nosotros, y como sus hijos enfermos o malvados, siempre está tratando de que regresemos a su casa, enmendemos nuestro camino, y rexibamos nuestra herencia espiritual, el Despertar de la Budeidad. Cuarto, el despertar del Bodhicitta (el Deseo de Alcanzar el Despertar por el bien de Todos los Seres Sintientes), siendo el primero el acto más importante de nuestra carrera budista, tiene el poder de eliminar todo nuestro mal karma pasado, presente y futuro. Y finalmente, nuestras acciones son un ejemplo constante para los demás, y hablan más fuerte incluso que nuestras palabras. Veamos este punto final con la narración del Sutra del Nirvana:
"Luego, el Honrado por el Mundo elogió al Rey Ajatasatru: "¡Bien dicho, bien dicho! Si uno aspira al Bodhi, sepa que esto adorna a todos los Budas y a las masas. ¡Oh, gran Rey! Tú, una vez en el pasado, en el sitio de Buda Vipasyin, aspirastes al Bodhi, y desde entonces, hasta el momento en que aparecí en el mundo, nunca has sufrido las penas del infierno. ¡Oh gran Rey!, debes saber que el Bodichita (la determinación de alcanzar la Iluminación) genera innumerables efectos kármicos. ¡Oh, gran Rey! De ahora en adelante, cultiva siempre el Bodichita. ¿Por qué? A través de esto, puedes eliminar completamente una innumerable cantidad de pecados'...Luego, el rey Ajatasatru y toda la gente del estado de Magadha se levantaron de sus asientos, caminaron alrededor del Buda tres veces, retrocedieron y regresaron al palacio."
Las acciones de Ajashatru, quien su propio reino temía, y la infinita compasión y sabiduría del Buda, inspiraron a todos los presentes a despertar su Bodhicitta, y sentaron las bases para que el Dharma del Buda se esparciera por toda la India por el continente asiático, permitiendo que llegue a nosotros al otro lado del mundo, siglos más tarde, y hoy en día podamos reclamar nuestra herencia espiritual como Hijos del Buda. No podemos subestimar la importancia y el impacto de una sola buena acción en el mundo. Con esto, cerramos el círculo comenzado en el capítulo 17.
Ahora, como recordaremos, hemos visto dos de las Cinco Acciones del Nirvana: (1) Acciones Sagradas, (2) Acciones Puras, (3) Acciones Celestiales, (4) Acciones Infantiles, y (5) Acciones de la Enfermedad, habiendo tocado las Acciones Sagradas en el capítulo pasado, y en este, las Acciones Puras. Al final de la narración de estos acontecimientos, el Sutra dice:
"Ahora bien, lo que se refiere al Capítulo sobre las Acciones Celestiales es como se establece en el Gandavyuha Sutra."
El Gandavyuha Sutra es el capítulo final del Sutra Avatamsaka (Sutra de la Guirnalda de Flores), el primer sermón dado por el Buda en el mundo justo al momento de su Despertar. En este capítulo, que ha circulado históricamente como un Sutra independiente, se narra el peregrinaje espiritual de un jóven llamado Sudhana, quien despertó su Bodhicitta y es motivado por el Bodhisattva Manjushri a realizar un peregrinaje espiritual, visitando a 52 maestros iluminados, quienes le mostrarán cómo realizar el Camino del Bodhisattva. Cada uno de estos maestros es diferente: algunos eran monjes, pero otros eran dioses, reyes y comerciantes, incluso, otros eran monjas, diosas y mujeres laicas, siendo algunos de ellos incluso jóvenes, pero a persar de sus aparentes diferencia,s todos habían despertado su Bodhicitta, se habían embarcado en prácticas religiosas iluminadas, y todos y cada uno de ellos había alcanzado un nivel diferente del Despertar, y realizaban en sus respectivos mundos las acciones del Buda, salvando incontables seres, y de todos ellos el jóven Sudhana pudo aprender una forma diferente de llevar a los seres al Nirvana. Al final del peregrinaje, Sudhana llega a donde Maitreya, el futuro Buda, quien lo lleva a la Torre de Samantabhadra, donde finalmente alcanza la Budeidad. Este es uno de los más impresionantes y hermosos dramas épicos de toda la literatura budista y religiosa del mundo, y espero poder cubrir y comentar en una futura publicación llamada El Mundo del Despertar: El Primer Sermón del Buda en el Mundo - Las Enseñanzas del Sutra Avatamsaka (Hikari, 2022).
En el próximo capítulo, veremos las Acciones Infantiles.