Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


domingo, 21 de marzo de 2021

El Budismo es Nuestra Guía en la Vida: Sermón de Ohigan de Primavera 2021

 

Hoy tradicionalmente se celebra en los templos budistas en Japón la Celebración de Ohigan de Primavera. El Ohigan es la celebración del Equinoxio de Primavera, donde el día y la noche son de igual longitud. Así como el día y la noche se encuentran en un punto medio, de igual forma, el Samsara se encuentra cerca del Nirvana; esta orilla del nacimiento y la muerte, el Mundo Saha, se encuentra cerca de la Otra Orilla del Nirvana. Es por eso que este es un momento tradicionalmente asociado con la reflexión sobre nuestra fe budista y la práctica de los Seis Paramitas, o las Seis Perfecciones en la que entrenan los Bodhisattvas que nos conducen al Despertar.

Al momento de reflexionar sobre nuestra fe y práctica, debemos preguntarnos: ¿qué nos atrajo al Budismo? ¿Por qué practicamos? ¿Cuán sinceros somos con nosotros mismos? Y sobre todo, ¿qué podemos hacer para profundizar en nuestra fe y nuestra práctica?

El Budismo es nuestra guía en la vida. El Budismo está repleto de símiles y metáforas relacionadas con el mundo natural. Una de las más escuchadas es que desde el principio de los tiempos nos encontramos nadando en el océano de nacimientos y muertes del Samsara. Si bien el Budismo contesta verdaderamente el cómo y el por qué llegamos aquí, su enfoque principal se encuentra en aliviar esta situación y en brindarnos las herramientas para ayudar a otros. De esto mismo trata Ohigan. El Buda, la encarnación de la Energía de Vida del Universo, vino a este mundo y nos reveló el Dharma - sus enseñanzas - para que nos demos cuenta de que no estamos solos, sino que estamos fundamentalmente unidos a todos los demás seres y el ambiente en una interminable red de interconexiones. Por ello, no tenemos por qué nadar a la merced de la corriente: de nuestros deseos e ilusiones, sino que podemos montarnos en el Gran Barco del Mahayana. El Budismo es ese Gran Barco, y el Dharma es el mapa que nos guiará de Esta Orilla del Mundo Saha a la Otra Orilla del Nirvana. 

¿Cuáles son esas guías que nos permitirán navegar efectivamente el barco de nuestras vidas y nos llevarán a nuestro Verdadero Hogar? Como budistas, todos somos Bodhisattvas en entrenamiento, y nuestra práctica y guía en este mundo se encuentra en los Seis Paramitas o Perfecciones. Los Sutras nos dicen:

"Los seis pasos (Paramitas) para el esfuerzo correcto son: el paso de la caridad, de la conducta correcta, de la perseverancia, del esfuerzo, de la concentración del alma y de la Sabiduría. Con la práctica de estos seis pasos uno puede cruzar de esta orilla de la inquietud a la Otra Orilla de la Iluminación".

Estos Seis Paramitas o Perfecciones son nuestra verdadera guía en la vida. Estas son el Dana Paramita o la Perfección de la Caridad o la Generosidad; el Sila Paramita o la Perfección de los Preceptos (No Matar, No Robar, No Mentir, No Abusar de la Sexualidad ni de los Intoxicantes); el Kshanti Parmita o la Perfección de la Amabilidad o Perseverancia; el Virya Paramita o la Perfección del Esfuerzo; el Dhyana Paramita o la Perfección de la Meditación; y el Prajna Paramita o la Perfección de la Sabiduría.

"La práctica de la caridad elimina el apego; el ascetismo corrige la conducta; la perseverancia controla el alma fácil de irritarse; el esfuerzo elimina la pereza del alma; la concentración tranquiliza el alma confusa; y la Sabiduría aclara la oscuridad y la necedad del alma".

Estas prácticas del Bodhisattva se llaman "Perfecciones" porque nunca realmente se alcanzan, sino que debemos de practicarlas toda la vida, siempre refinándolas, hasta el final de nuestras vidas. 

La práctica de la Generosidad o Caridad nos ayuda a disminuir nuestro Ego. No hay nada que le duela más al ego que dar algo, porque piensa que al dar, pierde; tiene menos. Es por eso que el Budismo lo pone como el primer Paramita o Perfección. Los Preceptos, luego, nos ayudan a corregir nuestra conducta. A diferencia de muchas religiones y filosofías, el Budismo no cree en el mal: las personas hacen actos malvados por su ignorancia del mal que causan y del modo correcto de vivir; si estas personas "malvadas" conocieran el verdadero resultado de sus actos y sus repercuciones, tanto para los otros como para ellos (por el karma), no los cometerían. Por eso la importancia de la medicina (conocimiento) del Dharma. Luego, la perseverancia o la paciencia controla nuestros pensamientos, palabras y acciones, y con ello, formamos nuevos patrones de conducta, alineando nuestra voluntad con el Dharma. Pero todo esto requiere esfuerzo. Llevamos incontables vidas rondando por los pasillos oscuros del Samsara, y debemos de corregir cientos, sino miles, de vidas y patrones erróneos para poder realizar progreso. Para poder accesar a nuestro interior, a nuestra pureza innata, debemos de practicar la meditación - el Dhyana Paramita. A través de la meditación, difundimos las capas ilusorias del ego y podemos accesar nuestra Naturaleza Búdica, nuestra Verdadera Naturaleza, la cual es una con la Energía de Vida de Infinita Luz, Sabiduría y Compasión. Así, por medio de la Caridad (ayudar a los demás), los Preceptos, la Paciencia, el Esfuerzo constante por mejorarnos, la meditación y la recitación (prácticas religiosas budistas), podemos comulgar con el Buda, el Universo, y así, desarrollamos Sabiduría. Este es el mapa al Despertar. 

A partir de hoy, los días serán más largos. De igual forma, este es el momento perfecto para infundirnos de energía y dedicarnos nuesvamente a uestra fe y práctica con más vigor. Pero estos Seis Paramitas también son una guía para estos tiempos de crisis en los que vivimos, con problemas sociales, culturales, económicos y sanitarios. Son nuestra zapata y esperanza en la vida. 

"La caridad y el ascetismo, son como los cimientos de un castillo. Son las bases de la práctica. La perseverancia y el esfuerzo son los muros que protejen de los enemigos externos. La concentración y la sabiduría son las armas que nos guardan de la vida y de la muerte. Es como enfrentarse al enemigo perfectamente protegido con casco y armadura".

La Caridad y los Preceptos son nuestros cimientos; son la base real de nuestra práctica. Si realizamos actos de Generosidad y seguimos los Preceptos, tendremos una base sólida en la vida. No importa qué nos suceda, como Fudo Myo, podemos mantenernos inamovibles en nuestros principios, manteniendo la calma y la senzatés en tiemps de turbulencia, y seremos ejemplos para otros. La Perseverancia y el Esfuerzo de no permitir wue nada influya ni impida nuestra práctica budista en tiempos de crisis son nuestra protección contra los enemigos externos e internos. A veces no tenemos tiempo para estudiar ni practicar, pero unos 5 minutos de fe, devoción y práctica - aunque sea encender un incienso en nuestro altar o Butsudan todas las mañanzas, dándole gracias a la vida, los Budas y deidades por otro día de vida en este precioso nacimiento humano - son suficientes para infundirnos con el perfume del Dharma y tener la fuerza y la convicción para ser un ejemplo y un Bodhisattva en nuestro día. Finalmente, la práctica de la meditación nos ayuda a regresar a nuestro centro y comulgar con el Universo. Con nuestra fe y los Paramitas, ¿qué más necesitamos?

Si bien el Dana Paramita o la Perfección de la Caridad es el primero y más importante de los Paramitas, ¿cómo debemos practicarlo? Los Sutras nos dicen:

"Dar limosna al que la pide es una obra de caridad, pero no es la mejor. Dar limosna por iniciativa propia es la verdadera obra de caridad. Tampoco dar limosna de vez en cuando, es la mejor obra de caridad; dar siempre es la verdadera.

"El que da limosna y luego se arrepiente, o el que se siente orgulloso, no obra con la mejor caridad. La verdadera obra de caridad es la de aquel que se alegra de haber dado una limosna, se olvida del “yo” que da la limosna, de la persona a quién dio y de qué cosa dio.

"La correcta obra de caridad es no tener idea de lo “mío” y lo “suyo”. No mirar lo que se da, ni desear recompensa. Desear con el alma caritativa y pura que todos entren en la Iluminación, y dar no sólo la fortuna sino hasta la vida misma".

No tenemos que esperar a sentirlo para hacerlo. A veces es mejor hacer lo correcto por las razones equivocadas que esperar al momento que deseemos; el receptor lo recibirá igualmente y se sentirá bendecido por tu ayuda. Al dar Caridad, no debemos de hacerlo por fama o reconocimiento. Es por eso que en los templos budistas en Japón los monjes salen a realizar Takuhatsu o mendicar con sombreros que ocultan sus rostros, así, los que dan limosna y practican el Dana Paramita no saben a quién lo dan, y los monjes no saben quién lo dió. Esto es porque el que da y el que recibe son, en última instancia, uno. 

Y si no tenemos lo suficiente como para ofrendar, ¿qué podemos hacer para practicar el Dana Paramita? Los Sutras también nos dicen que existen siete clases de ofrendas que pueden ser practicadas por cualquiera en la vida diaria:

"Hay siete clases de ofrendas que pueden ser practicadas aun por quienes no poseen riquezas. La primera es la ofrenda física, que es ofrendar sirviéndose de su cuerpo, de la cual lo máximo es ofrecerse a, sí mismo, como veremos en el siguiente párrafo. La segunda es la ofrenda espiritual que es ofrendar el corazón a otros seres. La tercera es la ofrenda de los ojos, que es ofrendar una mirada calurosa a otros seres para infundir tranquilidad. La cuarta es la ofrenda de la expresión facial que es ofrendar una sonrisa suave a otros seres. La quinta es la ofrenda oral que es dirigirse a todos con palabras dulces. La sexta es la ofrenda del asiento que es ofrendar su propio asiento a otros seres. La séptima es la ofrenda de hospitalidad que es ofrecer hospedaje en su propia casa al que busca albergue. Estas siete ofrendas pueden ser practicadas por cualquiera en la vida diaria".

Así, como vemos, no hay nadie que sea tan pobre como para no tener algo que dar. Al final, la ofrenda del Dharma es el mayor de los regalos que podemos dar al mundo. No tienes que predicar el Budismo ni convertir a nadie al mismo. Existe algo llamado el Upaya Paramita, o la Perfección de los Medios Hábiles, donde presentamos las enseñanzas del Dharma en el meguaje de la persona que lo recibe. Así, podemos llevar la luz del Dharma a los demás en el vestido del Cristianismo, o de alguna otra religión, o simplemente como el consejo de un buen amigo. Al final, quien da no somos nosotros, sino que como hemos mencionado, somos los ojos, los oídos, la boca y las manos del Buda en el mundo. Este es el verdadero trabajo del Bodhisattva. Esto es representado por el Bodhisattva Avalikiteshvara (Kannon Bosatsu) a quien le dedicamos nuestro servicio de hoy. En cada una de sus manos, el Bodhisattva Avalokiteshavara sostiene un objeto, simbolizando las mil y más formas en la que podemos presentar el Dharma y aliviar el sufrimiento de los seres sintientes. Pero además de ser un Bodhisattva trascendente al cual podemos acudir por ayuda, todos somos Avalokiteshvara, el Bodhisattva de la Compasión, cuando realizamos un buen acti por otro en el mundo. 

Pero el Ohigan también es un momento donde tradicionalmente traemos a nuestras mentes y corazones a nuestros ancestros y a todas aquellas personas que han partido a una nueva existencia. Es por eso que en esta época colocamos fotos de nuestros ancestros y amistades en nuestro altares (si no los tenemos comunmente) y les dedicamos los méritos de nuestra práctica a una mejor vida. Es como un pequeño Obon o Memorial a los Ancestros. Dado a que el velo entre los mundos es fino, podemos transferir nuestros méritos más fácilmente. No importa si fueron buenos o malos: el Universo nos debe proporcionar ancestros, no buenos ancestros, sino ancestros. Sin ellos, no estaríamos aquí. El Dharmadhatu no nos proporciona buenos ancestros y cirscunstancias de acuerdo con nuestros deseos. Hayan sido buenos o no, fueron nuestros ancestros, y por ello, viven dentro de nosotros, y tenemos un deber filiar para con ellos. No nos enfoquemos en ellos, sino en el orden superior de las cosas. Nuestro propósito debe estar en armonía con el Dharma. Al final de todo, todos los seres han sido nuestro padres, madres, hermanas, hermanos y amistades en alguna vida. Por ello, nuestro compromiso es con todos los seres sintientes, universalmente. 

Por esto, es costumbre colocar una foto de los mismos o un Ihai, ofrecer alimentos, recitar Stras en su nombre, y dedicar los méritos a los mismos.

Con todo esto, este es un buen momento para reflexionar sobre nuestra fe y práctica, y profundizar en ellas, para poder alcanzar el Despertar en esta vida, por el bien de todos los seres sintientes. ¿Cómo te sientes con tu labor como Bodhisattva? Como dijo nuestro fundador, Dengyo Daishi: "ilumina una esquina de tu mundo".