Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Shingi Hokke Shu - Escuela del Loto Reformada 新義法華宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


martes, 1 de septiembre de 2020

El Comportamiento del Bodhisattva: Ciclo de Lectura sobre los Preceptos Perfectos - V - No Abusar de la Sexualidad

  Esta semana continuamos con nuestro ciclo de lectura basado en los Preceptos Perfectos del Bodhisattva. Estas son las reglas éticas utilizadas en Japón, diferentes al Vinaya antiguo utilizado en el resto del Budismo en Asia. 

A diferencia del Vinaya Hinayana, las escuelas budistas en Japón utilizan un conjunto de Preceptos o reglas éticas budistas que fueron predicadas por el Buda exclusivamente para Bodhisattvas, y las mismas se ajustan mejor a nuestra práctica budista contemporánea. Si bien se componen de 52 Preceptos, la mayoría de las escuelas solo siguen los primeros 10 Preceptos Mayores. 

En este nuevo ciclo de lectura y estudio veremos cada uno de estos Preceptos, desde la óptica de las Enseñanzas Perfectas y Completas, y su aplicación moderna en nuestra vida diaria. En esta sexta entrada, tocaremos el Quinto Precepto Mayor: No Abusar de la Sexualidad. Este, como el Primer Precepto de No Matar, es tal vez uno de los más discutidos en el Budismo.

Casi todas las religiones tienen reglas en torno a la sexualidad, y el Budismo no es la excepción. Después de todo, esta fue una religión centrada originalmente en el monacato, y la sexualidad es tanto la fuente de la vida, como el más ardiente de los deseos. ¿Cuál es el punto de vista del Budismo en torno al sexo y la sexualidad?

En el primer discurso del Buda - que realmente fue su segundo discurso, luego del Sutra Avatamsaka - llamado el Sutra del Giro de la Rueda del Dharma, el Buda identifica el deseo como la causa principal del sufrimiento (dukkha). Luego identifica tres objetos del anhelo: el anhelo de existencia; el anhelo de no existir y el anhelo de placeres sensoriales (kama). "Kama" (placer) se identifica como uno de los cinco obstáculos para el logro de la concentración meditativa, según la enseñanza primitiva del Buda. A lo largo del Sutta Pitaka, que es la colección de discursos del Budismo Primitivo, el Buda a menudo compara el placer sexual con flechas o dardos. Entonces, en el Kama Sutta del Sutta Nipata, el Buda explica que anhelar el placer sexual es una causa de sufrimiento:

"Si uno, ansioso por el placer sensual, lo logra, sí, está embelesado de corazón. El mortal obtiene lo que quiere. Pero si para esa persona, anhelante, deseando, los placeres disminuyen, está destrozado, como si le dispararan una flecha...Así que uno, siempre atento, debe evitar los deseos sensuales. Dejándolos ir, cruzará el diluvio como quien, habiendo rescatado la barca, ha llegado a la orilla lejana".

El 'diluvio' se refiere al diluvio del sufrimiento humano. La "orilla lejana" es el Nirvana, un estado en el que no hay deseo sensual. El significado del Kama Sutta es que el deseo sensual, como cualquier placer sensorial habitual, trae sufrimiento, ya que, como todo, puede darse a los excesos, lo que trae problemas y sufrimiento. Así, entre sus primeras enseñanzas provisionales, el Buda enseñó que la libertad del sufrimiento implica la libertad de los deseos sexuales y el entrenamiento para deshacerse del anhelo implica en gran medida abstenerse de esos deseos. Esto lo hizo no para que se tomara literalmente en todas las circunstancias, sino para preparar las mentes y corazones (y voluntades) de sus primeros discípulos y ayudarles a desacerse de sus apegos.

Originalmente, el Budismo era una religión monástica, donde los monjes y las monjas abandonaban la familia y se unían a la Sangha budista: el monasterio. Por ello, en sus inicios, el Budismo tenía una visión restrictiva de la sexualidad: si eras monje o monja, estaba prohibido tener relaciones sexuales. Pero a diferencia de Occidente, el cual fue influenciado por el Cristianismo (el Judaísmo tiene una visión sagrada de la sexualidad), el sexo no tenía una connotación impura o "pecadora", sino que era una parte normal y fundamental de la vida. El Quinto Precepto, en Pali, la lengua del Budismo Primitivo, lee: "Kamesu micchacara veramani sikkhapadam samadiyami", que se traduce más comúnmente como "No permitas una conducta sexual inapropiada" o "No abuses del sexo". La mayoría de los monjes y monjas siguen las muchas reglas del Vinaya Pitaka del Budismo Primitivo. 

El sexo se considera una transgresión monástica grave. Dentro del Budismo Theravada hay cuatro transgresiones principales que implican la expulsión de la Sangha monástica: sexo, robo, asesinato y jactancia falsa de perfecciones sobrehumanas. La conducta sexual inapropiada de monjes y monjas incluye la masturbación. En el caso del monaquismo, abstenerse por completo del sexo se considera una necesidad para alcanzar la iluminación. Por ello, en los países Hinayana del Sur de Asia, un monje debe evitar incluso la apariencia de deshonestidad al estar solo con una mujer. En el caso de las monjas, no pueden permitir ni siquiera que los hombres las toquen, froten o acaricien en cualquier lugar entre la clavícula y las rodillas. Los clérigos de la mayoría de las escuelas de Budismo en Asia continúan siguiendo el Vinaya Pitaka Hinayana, con la excepción de Japón.

Como recordaremos, Saicho, el fundador de la escuela Tendai en el 806 en Japón, fue quien abolió los Preceptos Hinayana a favor de los Preceptos del Bodhisattva del Sutra de la Red de Brahma, ya que eran más abarcadores e igualitarios que los del Vinayana Hinayana y estaban diseñados específicamente para un país Mahayana. Posteriormente, en 1872, el gobierno Meiji de Japón decretó que los monjes y sacerdotes budistas (pero no las monjas) deberían ser libres de casarse si así lo decidían. Pronto, las "familias del templo" se convirtieron en algo común (existían antes del decreto, pero la gente fingía no darse cuenta) y la administración de los templos y monasterios a menudo se convertía en negocios familiares, transmitidos de padres a hijos. En el Japón actual, y en las escuelas de Budismo importadas a Occidente desde Japón, se permite el matrimonio, tanto en el clero como entre los laicos. 

Volviendo atrás en nuestra historia, a medida que las personas laicas se acercaban el Budismo, el Buda formuló el Precepto de no abusar de la sexualidad. Si bien esto estaba claro para los monjes y monjas en el Vinaya Primitivo, para los laicos, las primeras escrituras son confusas sobre lo que constituye "mala conducta sexual". Por ello, "No abusar de la sexualidad", más que una prohibición (lo cual nunca lo fue), se ha interpretado como no ser infiel si uno está en una relación; no cohartar ni forzar una conducta sexual contra alguien; no usar el sexo de forma manipulativa; no abusar de las relaciones de poder; etc., todo lo que no implique utilizar el sexo de forma egoísta y que pueda causar daño y sufrimiento. 

El Sutra de la Red de Brahma, el cual estipula los Preceptos del Bodhisattva, dice:

"Un discípulo del Buda no debe participar en actos licenciosos ni animar a otros a que lo hagan. [Como monje] no debe tener relaciones sexuales con ninguna mujer, ya sea humana, animal, deidad o espíritu, ni crear las causas, condiciones, métodos o karma de tal mala conducta. De hecho, no debe tener una conducta sexual inapropiada con nadie.

"El discípulo del Buda debe tener una mente de piedad filial: rescatar a todos los seres sintientes e instruirlos en el Dharma de la pureza y la castidad. Si, en cambio, carece de compasión y anima a otros a entablar relaciones sexuales de manera promiscua, incluso con animales e incluso con sus madres, hijas, hermanas u otros parientes cercanos, comete una ofensa mayor".

Si bien muchas personas solo recuerdan que el Buda dijo que el deseo es la fuente principal del sufrimiento, esto no significa que los deseos deban reprimirse o negarse. En cambio, en la práctica budista, reconocemos nuestras pasiones y aprendemos a ver que están vacías, por lo que ya no nos controlan. Esto es cierto para el odio, la codicia y otras emociones negativas. El deseo sexual no es diferente. En el Budismo Esotérico o Vajrayana, la energía del deseo se redirige como una forma de alcanzar la Iluminación.

El Sutra de las Diez Acciones Virtuosas Recitado en el Palacio del Rey Dragón del Océano, el cual detalla las diez acciones meritorias y sus beneficios, así como el mal karma que genera el no practicarlas o el hacer lo contrario a lo estipulado, explica las acciones positivas que definen el comportamiento de un Bodhisattva en todo momento. En su sección de No Abusar de la Sexualidad, dice:

"También, ¡Oh Rey Dragón! Si uno abandona la conducta sexual errónea, obtendrá los cuatro tipos de elementos que son alabados por el sabio. ¿Cuáles son los cuatro?

1) Todas las facultades de uno están correctas y ajustadas.
2) Uno está libre de la confusión y de la excitación.
3) Uno es alabado y ensalzado por el mundo.
4) La esposa de uno no puede serle quitada por nadie.

“Estos son los cuatro. Si uno es alguien capaz de volverse hacia la Insuperable, Completa, y Perfecta Iluminación, finalmente llegará a ser un Buda, y obtendrá el signo principal de un Buda de poseer un órgano (sexual) interno”.

Como vemos, al igual que con los otros Preceptos, el Quinto Precepto, más que una regla en blanco y negro, tiene muchas tonalidades de gris. Todos podemos estar de acuerdo, sin lugar a discusión, en que el sexo no consensuado o de explotación es "mala conducta". Más allá de eso, lo que constituye "mala conducta" dentro del Budismo es menos claro. La filosofía nos desafía a pensar sobre la ética sexual de manera muy diferente a cómo nos han enseñado a la mayoría de nosotros. Los Preceptos del Budismo no son mandamientos. sino que se siguen como un compromiso personal con la práctica budista. Además, los preceptos son principios, más que reglas, y depende de cada budista decidir cómo aplicarlos, pues todo depende de la cultura y la situación. Esto requiere un mayor grado de disciplina y honestidad en uno mismo que el enfoque legalista de "solo sigue las reglas y no hagas preguntas". El Buda dijo, "sé una luz para ti mismo". Nos enseñó a usar nuestro propio juicio cuando se trata de enseñanzas religiosas y morales. Al final, si no hay personas (si no nacen seres), ¿cómo podemos cultivar el Camino del Bodhisattva?

La mayoría de las religiones y códigos morales de Occidente, a diferencia de las de Oriente, como el Hinduismo y el Budismo, trazan una línea clara y brillante en torno al matrimonio. El sexo dentro de la línea es bueno, mientras que el sexo fuera de la línea es malo. Aunque el matrimonio monógamo es ideal, el Budismo generalmente adopta la actitud de que el sexo entre dos personas que se aman es moral, estén casados o no. No podemos olvidar que en el tiempo del Buda, la poligamia era la norma, y el Buda mismo tenía más de una esposa. Por otro lado, el sexo dentro del matrimonio puede ser abusivo, y el matrimonio no hace que ese abuso sea moral. 

Otro tema conflictivo relacionado al Quinto Precepto es la homosexualidad. Entre los budistas existe una amplia diversidad de opiniones sobre la homosexualidad. El Budismo enseña que el placer y el deseo sensual en general, y el placer sexual en particular, pueden ser obstáculos para la Iluminación. El Buda dijo una vez: "Así como la lluvia arruina una choza mal techada, la pasión destruye una mente mal entrenada". 

El Budismo Primitivo parece haber guardado silencio sobre las relaciones homosexuales. De acuerdo con el Canon Pali y los Agama (las primeras escrituras budistas), no se dice que las relaciones del mismo género o del sexo opuesto tengan algo que ver con la conducta sexual inapropiada, y algunos monjes Theravada expresan que las relaciones entre personas del mismo género no violan la regla de evitar conducta sexual inapropiada, que significa no tener relaciones sexuales con alguien menor de edad (por lo tanto protegido por sus padres o tutores), alguien comprometido o casado y que ha hecho votos de celibato religioso. En el Budismo Mahayana, los Sutras igualmente guardan silencio sobre este tema. Esto es porque, a diferencia de Occidente, en Oriente, la homosexualidad era normal, ya que el sexo no tiene las mismas connotaciones de impureza y pecaminosidad que las religiones en Occidente; lo mismo aplica la homosexualidad.

Si bien algunos países budistas (y ciertas escuelas), poseen opiniones fuertes en torno a la sexualidad y la homosexualidad, estos reflejan costumbres e idiosincracias culturales y no la opinión del Budismo. 

A manera de conclución, siempre debemos recordar que el Budismo nos enseña a evitar los extremos y a encontrar un Camino Medio. Como individuos, podemos tomar diferentes decisiones, pero es la sabiduría y la compasión, usadas de forma hábil y no una listas de reglas, las que nos muestran el Camino. Por ello, la sexualidad, fuera de ser algo "impuro" o "pecaminoso", es solo otra manifestación del deseo y algo normal en la vida, que debemos abordar con moderación y sin perder de vista el Camino.