Tradicionalmente, el Templo Tendai de Puerto Rico tiene una Ciclo de Estudio y Lectura sobre los Sutras del Buda Amida. Dado a la pandemia mundial, no nos hemos podido reunir. Pero todo problema conlleva una oportunidad, y en nuestro caso, nos brinda la bendición de hacer estas lecturas públicas en este blog, para el beneficio de la Sangha y de toda la comunidad Hispana.
Los Sutras del Buda Amida son una colección de tres Sutras, o tres sermones dados por el Buda Shakyamuni mientras predicaba en el mundo, y en los mismos, el Buda nos revela que además de él, existen otros Budas en el Universo, como el Buda Amida, el Buda de la Luz y la Vida Infinita. En estos Sutras, el Buda nos narra sobre quién es el Buda Amida, cuáles fueron sus votos, y qué hay que hacer para renacer en su Tierra Pura de la Bienaventuranza. Estos Sutras fueron tan populares que, en Japón, un monje Tendai llamado Honen y su discípulo Shinran crearon escuelas independientes centradas exclusivamente en sus prácticas.
En nuestra primera entrada, vimos un breve comentario sobre el Sutra Corto. Luego, en la entrada anterior, nuestra segunda entrada, realizamos un estudio breve de una parte del segundo Sutra, llamado el Sutra del Buda de la Luz y la Vida Infinita, mejor conocido como el "Sutra Largo". Ahora, continuaremos nuestro estudio, luego de haber aprendido sobre quién es el Buda Amida y los Votos que cumplió para convertirse en un Buda, con la descripción de la Tierra Pura. No tocaremos el Sutra en su totalidad, por su longitud, sino que destacaremos las partes más importantes y sus enseñanzas. Al igual que nuestras series pasadas, el mismo es una humilde exégesis propia basada en la larga tradición comentarial y las Enseñanzas Completas y Perfectas de la escuela Tendai. Todo error es enteramente mío.
Luego de que el Buda Shakyamuni le explicara a Ananda y toda la audiencia sobre quién fue el Buda Amida en una vida pasada, como el Bodhisattva Dharmakhara, y sus 48 Votos, y explicara que el Buda Amida ya alcanzó la Iluminación hace 10 kalpas y que se encuentra en su Tierra Pura de la Bienaventuranza, el Buda Shakyamuni comienza a describir las características de la Tierra Pura.
"En esa Tierra del Buda, la tierra está compuesta de siete joyas, a saber, oro, plata, berilo, coral, ámbar, ágata y rubí, que han aparecido espontáneamente. La tierra en sí es tan vasta, que se extiende sin límites hasta la medida más lejana, que es imposible conocer su límite. Todos los rayos de luz de esas joyas se entremezclan y crean múltiples reflejos, produciendo una iluminación deslumbrante. Esos adornos puros, soberbios y exquisitos son insuperables en todos los mundos de las diez direcciones, hechos de la más fina de todas las gemas, y son como las del Sexto Cielo. En esa tierra, no hay montañas, como el Monte Sumeru y las Montañas Adamantinas Circundantes. Del mismo modo, no hay océanos ni mares, valles ni gargantas. Pero uno puede ver esas manifestaciones por el poder del Buda si uno así lo desea. En esa tierra no hay infierno; tampoco hay reinos de espíritus y animales hambrientos ni otras condiciones adversas. Tampoco existen las cuatro estaciones de primavera, verano, otoño e invierno. es siempre moderado y agradable, nunca frío ni caliente".
Como recordaremos del comentario anterior, la Tierra Pura es un lugar creado por los meritos, virtudes y votos del Buda, y crea las condiciones necesarias para alcanzar el Despertar rápidamente. De igual forma, la Tierra Pura es una metáfora del Nirvana.
Luego, el Buda describe la Luz Imfinita del Buda Amida, a quien llama "Amitayus", que significa literalmente "luz infinita".
"La luz majestuosa del Buda Amitayus es la más exaltada. Ninguna otra luz de un Buda puede igualar la suya. La luz de algunos Budas ilumina cien tierras búdicas y la de otros, mil. Brevemente, el de Amitayus ilumina la Tierra del Buda oriental, tan numerosa como las arenas del río Ganges. De la misma manera, ilumina las Tierras dle Buda en el sur, oeste y norte, en cada uno de los cuatro mundos intermedios. Además, la luz de algunos Budas se extiende siete pies; la de otros, una yojana, o dos, tres, cuatro o cinco yojanas; y la distancia recorrida aumenta de esta manera hasta que la luz de algunos Budas ilumina una tierra del Buda. Por esta razón, Amitayus es llamado por los siguientes nombres: el Buda de la Luz Infinita, el Buda de la Luz Ilimitada, el Buda de la Luz Sin Obstáculos, el Buda de la Luz Incomparable, el Buda de la Luz del Rey de la Llama, el Buda de la Luz Pura, el Buda de la Luz de Alegría, el Buda de la Luz de la Sabiduría, el Buda de la Luz Incesante, el Buda de la Luz Inconcebible, el Buda de la Luz Inefable y el Buda de la Luz que Eclipsa al Sol y la Luna".
Como leemos, el Buda Amida es llamado el Buda de la Luz Infinita, y nombres similares, dado al poder salvífico de su Luz y su largo alcance. De todos los Budas en el Dharmadhatu o Universo Dhármico, la Luz del Buda Amida es la más brillante. Su Luz ilumina todos los confines del universo, arropando, protegiendo y nutriendo a todos los seres. La Luz del Buda Amida nos baña ahora mismo, pero no la vemos porque estamos cegados por las pasiones y nuestras obstrucciones kármicas. Pero así como el Sol sigue brillando durante un día soleado, la Luz del Buda Amia sigue brillando sobre nosotros.
"Si los seres sintientes encuentran su luz, sus tres contaminaciones se eliminan; sienten ternura, alegría y placer; y surgen buenos pensamientos. Si los seres sintientes en los tres reinos del sufrimiento ven su luz, todos serán aliviados y liberados de la aflicción. Al final de sus vidas, todos alcanzan la emancipación".
Aquí vemos que cuando recitamos el Nembutsu con pureza y fe de corazón, corremos el velo que nos ciega y vemos la Luz que siempre brilló sobre nosotros. En ese momento, expserimentamos paz, quemamos nuestro karma negativo y somos dotados con la Gracia inefable del Buda. Es esta misma Luz la que ya nos ha salvado en el espacio y el tiempo, y que espera consumarse. Reconocer verdaderamente el brillo constante de esa Luz es Renacer en la Tierra Pura. La Tierra Pura siempre está a nuestro alcance, solo debemos recitar el Nembutsu con fe y entrega. Esto es reafirmado por la siguiente cita:
"La luz de Amitayus brilla intensamente, iluminando todas las tierras del Buda de las diez direcciones. No hay ningún lugar donde no se perciba. No soy el único que ahora alaba su luz. Todos los Budas, shravakas, pratyekabuddhas y Bodhisattvas lo alaban y glorifican de la misma manera. Si los seres sintientes, habiendo oído de la majestuosa virtud de su luz, la glorifican continuamente, día y noche, con sinceridad de corazón, podrán nacer en su tierra, como deseen. Entonces las multitudes de Bodhisattvas y shravakas alabarán su excelente virtud. Más tarde, cuando alcancen la Budeidad, todos los Budas y Bodhisattvas de las diez direcciones alabarán su luz, tal como yo alabo ahora la luz de Amitayus".
El Buda continuó: "La majestuosa gloria de la luz de Amitayus no podría describirse de manera exhaustiva, incluso si la alabara continuamente, día y noche, durante el período de un kalpa".
Luego, el Buda habla sobre la Vida Infinita del Buda Amida, a quien llama ahora "Amitabha" que significa literalmente "vida infinita".
"La vida de Amitabha es tan larga que es imposible para cualquiera calcularla. Para dar una ilustración, supongamos que todos los innumerables seres sintientes en los mundos de las diez direcciones renacieron en forma humana y que cada uno se convirtió en un shravaka o pratyekabuddha. Incluso si se reunieran en un solo lugar, concentraran sus pensamientos y ejercitaran el poder de su sabiduría al máximo para calcular la duración de la vida del Buda, incluso después de mil millones de kalpas, todavía no podrían alcanzar el límite de la duración de la vida de los shravakas, Bodhisattvas, seres celestiales y seres humanos en su tierra. De manera similar, no debe ser abarcado por ningún medio de cálculo o por ninguna expresión metafórica. De nuevo, el número de shravakas y Bodhisattvas que viven hay algo incalculable. Están plenamente dotados de sabiduría trascendente y libres en el ejercicio de su majestuoso poder; podrían tener el mundo entero en sus manos".
El Buda Amida es el Buda de la Luz y la Vida Infinita, y es es a misma que vida que emana del Buda Amida la que anima todas las cosas vivas en el universo. El Buda Amida, como todos los Budas, es una manifestación compasiva del Universo, el Dharmakaya, quien por compasión asumió forma como el Bodhisattva Dharmakhara, renunció a su reino, practicó por millones de años, dando su cuerpo, palabra y mente incontablemente por el bien de todos los seres sintientes, y finalmente cumplió sus Votos y se convirtió en un Buda - para ilustrarnos el camino al Despertar y la Budeidad. Por ello, nuestros seres finitos son impermanentes, pero el Verdadero Ser - la Vida del Universo que fluye a través de todos nosotros - es eterna. El Nembutsu, finalmente, es una encarnación de este reconocimiento.
Luego, el Buda describe los árboles y los bosques de la Tierra Pura, cuyas hojas están hechas de esmeralda, sus caminos de oro, y sus troncoes de los metales preciosos, y pasa a describir el Gran Arbol Bodhi:
"El árbol Bodhi del Buda Amitayus tiene cuatro millones de li de altura y cinco mil yojanas de circunferencia en su base. Sus ramas se extienden doscientos mil li en cada una de las cuatro direcciones. Es un grupo natural de todo tipo de piedras preciosas y está adornado con los reyes de las joyas, a saber, gemas mani a la luz de la luna y gemas que sostienen el océano.
"En todas partes, entre sus ramitas, cuelgan adornos de joyas con mil millones de colores diferentes entremezclados de diversas formas, y sus innumerables rayos brillan con el mayor brillo. El árbol Bodhi mismo está cubierto con redes de gemas excepcionales y excelentes, y en él aparecen todo tipo de adornos de acuerdo con los deseos de uno.
"Cuando una suave brisa sopla a través de sus ramas y hojas, surgen innumerables y exquisitos sonidos del Dharma, que se extienden por todas partes, impregnando todas las demás tierras del Buda en las diez direcciones. Aquellos que escuchan los sonidos logran una penetrante comprensión de los dharmas y viven en la etapa de no-retroceso. Hasta que alcancen la Budeidad, sus sentidos del oído permanecerán claros y agudos, y no sufrirán ningún dolor o enfermedad. Ya sea que escuchen los sonidos del árbol Bodhi, vean sus colores, huelan sus perfumes, prueban sus sabores, perciben sus luces o conciben el Dharma en sus mentes, todos logran una percepción profunda y penetrante de los dharmas y viven en la Etapa de No-retroceso. Hasta que alcancen la Budeidad, sus seis órganos sensoriales permanecerán nítidos y claro, y no sufrirán ningún dolor o enfermedad".
Esto nos recuerda a la purificación de los sentidos (Rokkon Shojo) del Sutra del Loto. El árbol Bodhi es el árbol bajo el cual todos los Budas alcanzan el Despertar, y el mismo es el centro de la Tierra Pura de la Bienaventuranza. El árbol, como todos los elementos de la Tierra Pura, predican el Dharma y llevan a las personas renacidas allí a una verdadera comprensión de la Verdad.
Luego, el Buda describe los pabellones y todas las características de la Tierra Pura, igual a las del Sutra Corto. Luego, el Buda describe a las personas que renacen en la Tierra Pura.
"Ananda, los nacidos en esa tierra del Buda están dotados de tales cuerpos de pureza y provistos de varios sonidos exquisitos, poderes sobrenaturales y virtudes. Los palacios en los que habitan, su ropa, comida y bebida, las maravillosas flores y los diversos tipos de incienso y adornos son como los que se proporcionan naturalmente en el Sexto Cielo del mundo del deseo".
Como recordaremos, todos son de color oro, y no hay sexos, lo que representa la verdadera igualdad entre todos, sin diferencias, porque todos somos uno.
"A la hora de comer, aparecen de forma espontánea platos hechos con las siete joyas, a saber, oro, plata, berilo, ágata, rubí, coral y ámbar, y también perlas brillantes como la luna, llenas de comida y bebida de cien sabores, según los deseos de cada uno. Aunque se ofrece la comida, nadie la come realmente. Una vez que se ha visto y olido, uno naturalmente siente que ha sido comido y, por lo tanto, está satisfecho; por lo tanto, uno se siente relajado en mente y cuerpo, libre de apego al sentido del gusto Cuando termina la comida, todo desaparece, pero reaparece en la próxima comida".
Esto es porque en la Tierra Pura no existe el deseo.
"Esa tierra del Buda, como el Reino del Nirvana incondicionado, es pura y serena, resplandeciente y dichosa. Los shravakas, Bodhisattvas, seres celestiales y humanos allí tienen una sabiduría elevada y brillante, y son maestros de los poderes sobrenaturales, iguales, sin diferencias, pero se les llama 'seres celestiales' y 'humanos' simplemente por analogía con los estados de existencia en otros mundos. Son de semblante noble y majestuoso, inigualable en todos los mundos, y su apariencia es soberbia, inigualable por cualquier ser, celestial o humano. Todos están dotados de cuerpos de Naturalidad, Vacuidad e Infinito".
Recordemos que la Vacuidad (Sunyata), si bien es un concepto poco entendido incluso entre budistas, es la representación vie negativa de la Talidad (Tathata) o Potencialidad, el Infinito, no un vacío nihilista como muchos lo presentan. La Tierra Pura es el "Reino del Nirvana Incondicionado", que se viste de condiciones para hacerse palpable a los seres sintientes y llevarlos al Despertar de la Budeidad.
"Los devas y los humanos en la tierra de Amitayus reciben túnicas, comida y bebida, flores, perfumes, adornos, marquesinas y estandartes de seda, y están rodeados de sonidos exquisitos. Sus moradas, palacios y pabellones están exactamente de acuerdo con las tamaño de sus cuerpos. Una, dos o incluso innumerables joyas aparecen ante ellos, tan pronto como lo deseen. Además, una hermosa tela enjoyada cubre el suelo donde todos los devas y humanos caminan. En esa tierra del Buda hay innumerables redes de joyas, todo adornado con madejas de hilo de oro, perlas y cien mil clases de tesoros raros y maravillosos. Alrededor de las redes cuelgan campanas de joyas de la mayor belleza, que brillan con esplendor. Cuando una brisa natural de virtud se levanta y sopla suavemente, es moderada en temperatura, ni fría ni caliente, refrescante y suave para los sentidos, y no se mueve ni demasiado lento ni demasiado rápido. Cuando la brisa sopla sobre las redes y los varios árboles enjoyados, innumerables excelentes sonidos se escuchan, y se difunden diez mil clases de delicadas fragancias de virtud. Si uno huele esas fragancias, sus impurezas y pasiones dejan de surgir espontáneamente. Si lo toca la brisa misma, uno disfruta del mismo placer que un monje que ha entrado en el Samadhi de la Extinción".
Esto nos revela que la Tierra Pura no es necesariamente un lugar, sino que es una metáfora del Nirvana. Luego de describir los placeres de la Tierra Pura, el Buda explica los diferentes grados de Renacimiento - los Tres Grados de Aspirantes.
"Los seres sintientes que nacen en esa tierra del Buda residen entre los que tienen asegurado el Nirvana. La razón es que en esa tierra no hay seres que estén destinados a condiciones adversas ni aquellos cuyo destino sea incierto".
Renacer en la Tierra Pura es asegurar el Nirvana - es el Despertar, y por ello, la realización del Nirvana.
"Todos los Budas, Tathagatas, en las diez direcciones, tan numerosos como las arenas del río Ganges, alaban juntos la virtud suprema e inconcebible de Amitayus. Todos los seres sintientes que, habiendo escuchado su Nombre, se regocijan en la fe, lo recuerdan incluso una vez y transfieren sinceramente el mérito de las prácticas virtuosas a esa tierra, aspirando a nacer allí, alcanzará el nacimiento y morarán en la Etapa de No-retroceso. Pero quedan excluidos aquellos que han cometido las cinco ofensas más graves y abusado del Dharma correcto".
Las Cinco Ofensas se refiere a las ofensas más graves del Budismo. Si bien las explicaciones varían según los Sutras y tratados, estas son: (1) matar al padre de uno, (2) matar a la madre de uno, (3) matar a un Arhat, (4) herir a un Buda y (5) causar desunión en la Orden (Sangha). Se dice que aquellos que cometen cualquiera de los cinco pecados capitales caen invariablemente en el infierno del sufrimiento incesante. Recordaremos que Devadatta, el primo del Buda, cometió tres de las Cinco Ofensas, matando un Arhat, hiriendo al Buda y causando división y discordia en la Sangha, y aún así, finalmente alcanzará el Despertar, según vimos en el Sutra del Loto.
Luego, el Buda explica el Primer Grado de Aspirantes, los monjes y monjas budistas:
"Los devas y los humanos en los mundos de las diez direcciones que aspiran sinceramente a nacer en esa tierra se pueden clasificar en tres grados. El grado superior de aspirantes son aquellos que dejan sus hogares y abandonan el mundo deseos de convertirse en monjes. Habiendo despertado la aspiración por la Iluminación, recuerdan resueltamente a Amitayus y realizan prácticas meritorias, aspirando a nacer en su tierra. Cuando estén a punto de morir, Amitayus, junto con una hueste de sabios, aparecerá ante ellos. Entonces lo seguirán y alcanzarán el nacimiento en su tierra. Inmediatamente nacerán por transformación espontánea dentro de las siete flores de loto adornadas con joyas. Habitarán en la Etapa de No-retroceso, alcanzarán la sabiduría firme y serán capaces de libremente ejerciendo poderes sobrenaturales. Por esta razón, Ananda, los seres sintientes que deseen ver a Amitayus mientras están en este mundo, deben despertar la aspiración por la Iluminación más elevada, hacer obras meritorias y aspirar a nacer en su tierra".
Estos son los seres que se dedican completamente al Dharma, como monjes y monjas budistas. Son los seres que más obras meritorias realizan, sobre todo, la obra meritoria de mayor virtud: el llevar el Dharma a los seres sintientes.
Luego, el Buda explica el Grado Medio, los creyentes devotos:
"El grado medio de los aspirantes son los devas y los humanos en los mundos de las diez direcciones que desean sinceramente nacer en esa tierra. Aunque no pueden convertirse en monjes y cultivar mucho mérito, despiertan la aspiración para la más alta Iluminación, piensan con determinación en Amitayus, realizan algunas buenas obras, observan los Preceptos, construyen estupas, donan estatuas budistas, dan limosna a los mendicantes, cuelgan pancartas, encienden velas, esparcen flores, queman incienso, etc. Transfieren el mérito de esas prácticas a su tierra, aspirando a nacer allí. Cuando estén a punto de morir, Amitayus manifestará su cuerpo transformado, que posee plenamente el mismo resplandor y características físicas y marcas que los del verdadero Buda, y lo harán aparecer ante ellos, junto con una hueste de sabios. Entonces seguirán a este Buda transformado y nacerán en la Tierra Pura, donde habitarán en la Etapa de No-retroceso. Su virtud y sabiduría estará junto a los del grado superior de aspirantes".
Estos son los seres que no pueden convertirse en monjes o monjas, lo que no es necesario de todos, pero realizan obras meritorias, y renacen en mismo grado superior.
Finalmente, el Buda explica el Grado Inferior:
"El grado inferior de aspirantes son los devas y los humanos en los mundos de las diez trimestres que desean sinceramente nacer en esa tierra. Aunque no pueden hacer muchas acciones meritorias, despiertan la aspiración por la más alta Iluminación y concentrados en Amitayus incluso diez veces, deseando nacer en su tierra. Cuando escuchan el Dharma profundo, lo aceptan con alegría y no albergan ninguna duda; y así, recordando al Buda incluso una vez, aspiran sinceramente a nacer en esa tierra. Cuando estén a punto de morir, verán al Buda en un sueño. Esos aspirantes también nacerán en la Tierra Pura. Su mérito y sabiduría estarán próximos a los de los aspirantes de grado medio."
Estos son los seres que no pueden realizar muchas obras meritorias, pero que recitan el Nembutsu, aunque sean diez veces, con fe y confianza en el Voto salvador del Buda Amida.
Estos grados serán expandidos cuando estudiemos el Sutra de la Meditación. Si bien el Buda, como medio hábil, divide a los aspirantes en tres grados, es para hacer incapié que mientras más obras meritorias hagamos, hacemos un bien mayor por el mundo y por nosotros, pero que sin importar cuántas obras meritorias podamos realizar, todos, con fe y confianza, podemos renacer en la Tierra Pura de la Bienaventuranza del Buda Amida, dado a que la salvación del Buda es para todos, y ya todos hemos sido salvados. El criterio rector es escuchar el llamado y responder. El Buda no fuerza a nadie, ni lo condena. Nosotros creamos nuestro cielo o nuestro infierno con nuestras palabras, acciones y pensamientos, y es el karma resultante de ellos lo que guía nuestros destinos en el final, pero la mano del Buda Amida siempre está extendida, dispuesta a llevarnos a la Tierra Pura de la Bienaventuranza, la cual está accesible aquí y ahora. Namu Amida Butsu.
Continuaremos la próxima semana.