Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


martes, 13 de junio de 2023

Recibiendo el Nembutsu: La Gracia del Buda Eterno - Sermón Conmemorativo al Gran Maestro Genshin

 

En esta semana conmemoramos la vida y obra de uno de los Grandes Maestros de nuestra escuela y de nuestra Sangha Hispana, el Gran Maestro Genshin (Eshin Sozu 942-1017), el gran sistematizador de las enseñanzas Tierra Pura dentro de la escuela Tendai. Entra la gran cantidad de escritos, muchos los cuales aún no se encuentran disponibles en un lenguaje occidental, se encuentra una breve documento llamado "Palabras del Dharma de Yokawa", donde brevemente expone la esencia de su enseñanza. Yokawa fue el templo principal donde Genshin pasó la mayoría de sus últimos años, tanto así que a Genshin se le conoce como "Yokawa Eshin Sozu", o "Prelado del Templo de Eshin en Yokawa". En honor a Genshin Daishi, presentamos una traducción comentada de este breve escrito.

Palabras del Dharma de Yokawa

Es una causa de gran felicidad que, de entre todos los seres vivientes, hemos escapado de los 3 reinos inferiores y hemos nacido como seres humanos.

Aunque la posición de uno en la vida puede ser baja, no es peor que la existencia en un estado de Animalidad; aunque pobres, no vivimos como en la tierra de los Fantasmas Hambrientos; y aunque experimentamos dolor en nuestros corazones, esto no es comparable al sufrimiento de los reinos del Infierno.

A pesar de que vivimos en un mundo donde abunda el odio, el deseo de alcanzar la Iluminación todavía puede surgir entre los seres, y podemos estar agradecidos por la posibilidad de un Renacimiento favorable. De hecho, debido al profundo Voto Original del Buda Amida, todos los que practican están seguros de su renacimiento en la Tierra Pura.

Si uno es capaz de recibir el Nembutsu y recitarlo con la aspiración de encontrarse con el Buda en la Tierra Pura, este es un acto de tremenda virtud y mérito. Para estas personas, entrar en contacto con el voto original es realmente una ocasión feliz.

Sabemos que los pensamientos distraídos son una parte de la vida cotidiana común. De hecho, no hay nada más que estos pensamientos distraídos.

Pero si, una vez en el momento de la muerte, un ser común es capaz de recordar en su corazón el nombre del Buda Amida, el Buda vendrá a encontrarse con él, transformando los pensamientos distraídos en el Corazón Puro Despierto.

Recordar al Buda en medio de los pensamientos distraídos es análogo al loto que crece en el fango sin ser manchado.

Por lo tanto, debemos dejar todas las dudas y tomar la decisión de renacer en la Tierra Pura.

A pesar de estar preocupados por las distracciones y poseer un corazón poco profundo, debemos recitar continuamente al Nombre (Namu Amida Butsu) desde el interior de nuestro corazón.

* * *

La vida humana en el Budismo es algo precioso, irreemplazable y difícil de adquirir. Cuando examinamos la amplia variedad de vida en la Tierra y en el universo, no podemos pasar por desapercibido que, siendo las variedades de vidas infinitas, es un enorme privilegio el haber nacido como un ser humano. Solo un nacimiento humano nos permite poder estudiar y practicar el Dharma del Buda de forma adecuada. Es por eso que en el Canon Budista la dificultad de obtener un nacimiento humano es comparado con una tortuga que emerge del fondo del océano cada cien años, y al salir a la superficie, logra entrar su cabeza por el hueco de un tronco de madera que se encuentra flotando sobre el agua. Es por eso que el Gran Maestro Genshin comienza su escrito diciendo: "Es una causa de gran felicidad que, de entre todos los seres vivientes, hemos escapado de los 3 reinos inferiores y hemos nacido como seres humanos.

En la Cosmología Budista, la vida en esta Tierra, el Mundo Saha ("Mundo de la Perseverancia"), es solo uno de muchos planos de existencia que existen paralela y concurrentemente. Por debajo de la Humanidad, nuestro estado actual como humanos, existen otros tres (o cuatro, dependiendo de cómo se colocan horizontal o verticalmente) mundos o reinos de la existencia: los Infiernos, los Espíritus Hambrientos o Hambruna, y la Animalidad. Estos son llamados los Tres Reinos del Mal.

Los Infiernos son tradicionalmente colocados por debajo del Cosmos, y se componen de una casi inifnita variedad de Infiernos, donde los seres renacer dado a su muy mal karma para poder purificarlo y posteriormente renacer en otras formas de existencia y otros reinos. Tradicionalmente existen ocho Infiernos calientes y ocho Infiernos fríos, los cuales son descritos en los Sutras y recopilados por el Gran Maestro Genshin en su magna obra, el Oyojoshu ("Tratado sobre el Renacimiento en la Tierra Pura"). Los Infiernos son lugares donde los seres experimentan indescribibles agonías, siendo atormentados por demonios quienes infligen una amplia varidad de torturas y castigos, y es un estado de vida caracterizado por el sufrimiento, la desesperanza y el dolor. Pero los Infiernos en el Budismo no son eternos, sino que los seres, una vez cumplen su karma, renacer en otros reinos.

Luego de los Infiernos se encuentra la Hambruna o el Reino de los Espíritus Hambrientos, quienes viven entre los Infiernos y este mundo (en un plano astral o espiritual). Los Espíritus Hambrientos son seres que poseen un hambre insaciable, y tienen cuellos largos y finitos que no les permiten consumir nungún alimento, y el poco alimento que pueden consimur les causa una increíble agonía, por lo que estos seres vagan por los Infiernos y el mundo causando problemas, esparciendo enfermedades, y atormentando mentalmente a todos los seres. 

Luego de la Hambruna se encuentra un reino cercano a nosotros, el Reino de los Animales, el cual es gobernado por la lucha por la superviencia, el miedo y el tormento, donde los más grandes devoran a los más pequeños y los seres solo viven para satirfacer sus deseos instintivos de comer, dormir, procrearse y sobrevivir, y están a merced del ambiente y de los otros seres. 

Cuando examinamos estos tres estados inferiores de existencia, podemos ver que poseen pocas facultades y escasas oportunidades para poder acercarse al Dharma, entenderlo, y mucho menos practicarlo. Es por eso que el Gran Maestro Genshin nos dice: "Aunque la posición de uno en la vida puede ser baja, no es peor que la existencia en un estado de Animalidad; aunque pobres, no vivimos como en la tierra de los Fantasmas Hambrientos; y aunque experimentamos dolor en nuestros corazones, esto no es comparable al sufrimiento de los reinos del Infierno.". Aunque podemos ser poco educados, aun así tenemos la capacidad de auto-educarnos y subir en escala social, pues poseemos inteligencia, un atributo que no poseen los animales. Aunque podemos ser bien pobres, podemos trabajar para ganar nuestra subsistencia y satisfacer nuestras necesidades básicas, algo imposible para los Espíritus Hambrientos. Y aunque podemos experimentar sufrimientos (y todo en este mundo está permeado por el sufrimiento y la insatisfacción), podemos aliviarlo y trascenderlo, o incluso evitarlo, cambiando nuestras circunstancias, algo igualmente fuera del alcance de los seres en los Infiernos. Con esto, el Gran Maestro Genshin nos trata de ayudar a despertar a la preciosidad y el valor incalculable de esta vida humana, para que podamos aprovecharla al máximo, desarrollar nuestro potencial, y Despertar a la Verdadera Naturaleza de la Realidad, alcanzando el estado de vida más alto posible, la Budeidad. 

Ahora, el que hayamos nacido como humanos no significa que no debemos hacer nada para desarrollar nuestra vida y espiritualidad. Este nacimiento, como todos los nacimientos en el Samsara o la Existencia, es impermanente, lo que significa que, tras nuestra muerte, podemos renacer en cualquiera de los otros reinos de la existencia, incluyendo los Tres Reinos del Mal, de acuerdo con nuestro karma. Igualmente, nacemos humanos pero no somos necesariamente humanos. ¿A qué me refiero con eso? Hemos llegado a este precioso nacimiento humano gracias a un buen karma (o a la Gracia salvífica del Buda o la ayuda de un Bodhisattva), pero hemos vagado por infinitas vidas en los otros reinos del Samsara, por lo que tenemos mucho mal karma (proveniente de nuestros nacimientos en los Tres Reinos del Mal), lo que a veces hace que las personas no se comporten de forma diferente a cuando eran demonios, espíritus hambrientos o animales. Idealmente, el estado de la Humanidad se caracteriza por la paz, la calma y la armonía. Es un estado de relativo balance y equilibrio entre todos los opuestos. Pero dado a nuestro mal karma y nuestra Ignorancia Fundamental, seguimos pensando, diciendo y haciendo cosas malas, haciendo que surjan los Tres Venenos de la Ignorancia, la Ira y la Avaricia. Es por eso que el primer paso en nuestro desarrollo espiritual y nuestro Camino Budista es el ser verdaderos seres humanos. Es por eso que el Gran Maestro Genshin nos dice: "A pesar de que vivimos en un mundo donde abunda el odio, el deseo de alcanzar la Iluminación todavía puede surgir entre los seres, y podemos estar agradecidos por la posibilidad de un renacimiento favorable. De hecho, debido al profundo Voto Original del Buda Amida, todos los que practican están seguros de su Renacimiento en la Tierra Pura.

Hemos nacido en este mundo, en un mundo donde ya ha aparecido un Buda, y ese Buda ha predicado su Dharma Eterno, y su Orden, la Sangha Budista, mantiene viva la Luz del Dharma, alumbrando la vida de los seres y permitiéndoles alcanzar la salvación. Es por eso que podemos tomar refugio en el Buda Eterno, su Dharma y su Comunidad. De hecho, este es el summum bonum de la vida: alcanzar el Despertar. Esto es posible gracias al Voto Original o Primal del Buda Eterno, quien, como la personificación del Alma del Cosmos, desciende a los mundos para predicar su Dharma Eterno de Salvación, el cual contiene las Leyes Universales que nos permiten comprender la Verdadera Naturaleza de la Realidad, aliviar nuestro sufrimiento existencial, moderar nuestras paisones y deseos, purificar el mal karma y generar karma positivo, y Despertar a nuestra Unidad Fundamental, manifestar nuestra Budeidad Innata, y vivir en el Nirvana (paz y felicidad) en este cuerpo y en este mundo. Cuando realizamos este estado, transformamos nuestro se finito y falso y tracendemos el Samsara (nuestra visión errónea del mundo y de nosotros mismos) con su Sufrimiento, Impermanencia, Impureza y No-Ser, y podemos experimentar una verdadera Felicidad en esta vida, viviendo en la Vida Eterna del Buda (Universo), regresar a nuestra Pureza innata, y manifestar nuestro Verdadero Ser. En otras palabras, renacemos en la Tierra Pura de este mundo; renacmos como Hijos del Buda, y continuamos la labor salvífica (el Voto Original) del Buda en la Tierra. 

En las próximas líneas, el Gran Maestro Genshin nos muestra cómo podemos realizar esto, cuando nos dice: "Si uno es capaz de recibir el Nembutsu y recitarlo con la aspiración de encontrarse con el Buda en la Tierra Pura, este es un acto de tremenda virtud y mérito. Para estas personas, entrar en contacto con el voto original es realmente una ocasión feliz." Podemos renacer - transformar nuestras vidas - por medio de la práctica budista, y cuando recibimos el Espíritu del Buda dentro de nosotros. El Nembutsu es la oración devocional budista, que usualmente se manifiesta como "Namu Amida Butsu", o "Tomo Refugio (Me Abro en Corazón y Mente) al Buda Eterno (de la Luz y la Vida Infinita)". Como vemos, Genshin dice "recibir", no recitar, y esto es porque el Nembutsu no es algo que recitamos (aunque al principio pensamos que los recitamos), sino que es algo que recibimos del Buda Eterno; es un regalo que fue hecho para todos y cada uno de nosotros - el regalo de la vida, y con ello, el regalo de la salvación; la salvación de nuestro sufrimiento causado por nuestra Ignorancia Fundamental generado por nuestra percepción dual del universo y por nuestras malas decisiones. Cuando surge en nosotros el deseo o la urgencia de recitar el Nembutsu, es prueba de que ya hemos sido tocados por la Luz Salvífica del Buda, la cual ha venido desde afuera de nosotros, pero a la vez, ha surgide desde dentro de nosotros, pues el Espíritu del Buda es algo que poseemos todos innatamente, nuestra Naturaleza Búdica, y el Nembutsu es solo una forma - un medio hábil - que el Buda nos ha revelado para que podamos tracender nuestro ser finito y falso y accesar nuestro Verdadero Ser, el Infinito. Cuando recitamos el Nembutsu con esta consciencia, nos encontramos con el Buda Eterno y con nuestra propia Naturaleza Búdica, y estamos en la Tierra Pura, e inevitablemente experiemntamos paz y felicidad. Esto es el Shinjin o la Fe Certera.

Podemos preguntarnos: ¿por qué no he experimentado aún esto? No hemos podido experimentar esto debido a nuestro mal karma, nuestros deseos y pasiones, los cuales oscurecen nuestra visión espiritual. Es por eso que, el Gran Maestro Genshin, habiendo él mismo experimentado este obstáculo, nos dice: "Sabemos que los pensamientos distraídos son una parte de la vida cotidiana común. De hecho, no hay nada más que estos pensamientos distraídos." Si bien todos poseemos la Naturaleza Búdica y ya hemos asegurado nuestro Renacimiento en la Tierra Pura (nuestro Despertar y posibilidad de experimentar el Nirvana en este mundo), el mismo no se puede actualizar hasta que lo permitamos. El Buda no fuerza a nadie. El cambio debe de ser voluntario, por lo que lo debemos de permitir - iniciar - nosotros mismos. Las prácticas budistas como la Meditación y el Nembutsu son formas - herramientas espirituales - que han sido reveladas por el Buda para permitirnos voluntariamente hacer esto; para poder tracender el mundo de la dualidad - los pensamientos distraídos - y ver la Unidad Fundamental que subyace detrás de la multiplicidad, en esta vida. Pero no todos los seres están listos, por lo que el Buda, como siempre lo ha hecho, continúa llamando y trabajando incansablemente por Despertar a los seres de su Sueño de la Ignorancia. 

Dado a que esta vida es preciosa y valiosa, el último momento que tenemos para poder alcanzar esto es en el momento de la muerte. No importa lo que hayamos hecho ni quiénes hayamos sido, el Buda siempre está a nuestro lado, llamándonos, buscándonos, para que nos redimamos, por lo que incluso en los últimos momentos de nuestra vida podemos abrir nuestros corazones y mentes y recibir la mano extendida de salvación del Buda. Es por eso que el Gran Maestro Genshin nos dice: "Pero si, una vez en el momento de la muerte, un ser común es capaz de recordar en su corazón el Nombre del Buda Amida, el Buda vendrá a encontrarse con él, transformando los pensamientos distraídos en el Corazón Puro Despierto."

Por supuesto, lo ideal es cultivar el corazón budista durante toda nuestra vida. Como hemos visto, no tenemos que ser perfectos para ser budistas ni para ser Hijos del Buda. Lo primero que tenemos que ser es verdaderos seres humanos. Es por eso que el Gran Maestro Genshin nos dice: "Recordar al Buda en medio de los pensamientos distraídos es análogo al loto que crece en el fango sin ser manchado." En el Budismo, la existencia es comparada con el fango, y nuestro desarrollo espiritual con el crecimiento del loto. Sin el fango (los deseos, las pasiones y el mal karma, así como la sociedad, pues todo esto nos motiva y nos permite verdaderamente practicar el Dharma) no puede existir el loto (manifestar nuestra Budeidad Innata). De igual forma, es la relación dinámica entre la dualidad (deseos y pasiones y el Samsara, los "pensamientos distraídos") y la Unidad (Nirvana, el "recordar al Buda") lo que es realmente la Verdadera Naturaleza de la Realidad. Entonces, la práctica budista (Nembutsu) es lo que nos permite descubrir y realizar que somos uno con el Buda y que este mundo es una Tierra Pura.

El Gran Maestro Genshin termina su breve obra diciendo: "Por lo tanto, debemos dejar todas las dudas y tomar la decisión de renacer en la Tierra Pura. A pesar de estar preocupados por las distracciones y poseer un corazón poco profundo, debemos recitar continuamente al Nombre (Namu Amida Butsu) desde el interior de nuestro corazón." Con esto, el amado maestro nos insta a practicar continuamente, a vivir constantemente con un corazón y una mente abierta, libre y pura, que pueda reflejar la Verdadera Naturaleza del mudno y de nosotros mismos; que vivamos en la Tierra Pura aquí y ahora, conectados (conscientemente) en todo momento con el Buda Eterno. Esto nos dará la fuerza para pode manifestar nuestra Naturaleza Búdica, trascender el sufrimiento, y superar todas nuestras circunstancias. Esto es posible gracias al Regalo del Buda, su Santo Nombre - el Nembutsu.