A finales de Diciembre del 2022, el Templo Tendai de Puerto Rico y su Sangha Tendai Hispana, publicó el libro titulado Dharmología: Catecismo Budista - Las Enseñanzas y Prácticas Fundamentales del Verdadero Budismo (Hikari Publishing, 2022), el cual expone las enseñanzas doctrinales canónicas del Dharma Eterno del Buda desde la óptica de la escuela Tendai japonesa - la madre de todas las escuelas budistas en Japón - desde el contexto de nuestra cultura religiosa hispana. En las próximas entradas, expandiremos sobre aspectos específicos del Catecismo, desde un enfoque dharmológico (estudios doctrinales), para poder comprender detalladamente sus implicaciones.
En esta entrada, exploraremos brevemente un aspecto de la Budología: la Teología Budista de las Religiones.
Cuando examinamos el estado actual del mundo, podemos ver que ya no estamos separados por barreras de tiempo y espacio, y el mundo ahora es una "aldea global". Los avances tecnológicos han podido difuminar las fronteras, así como las divisiones tradicionales históricas y culturales que distanciaban los pueblos del mundo. Esto nos ha forzado a enfrentar al "otro" y vivir en un mundo crescientemente pluralista. Haboendo sido el Budismo históricamente la verdadera primera religión mundial, ¿Cómo ve el Budismo a las religiones no-budistas? ¿Requiere que nuestro compromiso con el Dharma ignore o rechace las otras religiones del mundo? Aunque estas preguntas son sumamente importantes, no han sido aun planteadas en el mundo budista, al menos no en Occidente. Ciertamente, las respuestas a estas interrogantes nos ayudarían a ubicarnos en el panorama contemporáneo y occidental de las religiones mundiales, por lo que el futuro del Budismo - sobre todo, en el contexto fuertemente cristiano hispano - requiere que desarrollemos una Teología Budista de las Religiones.
La Teología de las Religiones es la rama de la Teología (principalmente representada por la teología cristiana, hindú, islámica y judía) y los estudios religiosos que intentan evaluar teológicamente los fenómenos de las religiones, y la relación y el lugar de una religión entre las religiones del mundo. Es la reflexión de cómo vivir entre personas de diferentes fes. En el caso del Budismo, podríamos llamarlo "Budología de las Religiones".
Para nuestros propósitos, la Teología Budista de las Religiones busca responder cómo, desde un punto de vista budológico y dharmológico, debemos ver y relacionarnos con las religiones y filosofías no-budistas. Esto a su vez sucita otra preguntas, como: ¿Cómo debemos de ver budológicamente el fenómeno de la religiosidad humana? ¿Podemos afirmar la veracidad de otras religiones, y si sí, sobre qué base? ¿Es posible que los no-budistas puedan experimentar la salvación (Despertar - Nirvana)? ¿Qué rol tienen las otras religiones en el Plan Salvífico Dhármico del Buda? ¿Para qué propósito y sobre qué base debemos de establecer el diálogo interreligioso? ¿Es posible adoptar elementos de otras religiones no-budistas y adaptarlas al Budismo? Podemos entonces agrupar estas preguntas en cuatro categorías: (1) la interpretación budológica de la religiosidad humana (pregunta 1); (2) la veracidad de las otras religiones no-budistas (pregunta 2); (3) la posibilidad de la salvación en las religiones no-budistas (preguntas 3 y 4); (4) la contextualización de la misión budista (pregunta 5 y 6). Estas preguntas a su vez se pueden explorar en relación con tradiciones religiosas específicas, como en nuestro caso, el Cristianismo. Por supuesto, todas estas preguntas deben de ser abordadas desde el Canon Budista, y no desde concepciones personales, pues la Teología Budista de las Religiones, al igual que sus homólogos en otras religiones, surge de la Aparición del Buda en el mundo y la Revelación de su Dharma Eterno para todos los seres del planeta.
Existen tres escuelas importantes o tipologías dentro de la Teología de las Religiones. Estas son el exclusivismo, el inclusivismo y el pluralismo.
El exclusivismo se asocia a la creencia de que la salvación (Despertar - Nirvana) es posible solo a través del Dharma Eterno del Buda. El exclusivismo extremista percibe a todas las religiones no-budistas como falsas, o en el mejor de los casos, inmaduras, pues dependen de un sistema de creencias y prácticas que no le permiten a los seres eliminar su Ignorancia Fundamental sobre la Verdadera Naturaleza de la Realidad ni salir de la Rueda de Renacimientos del Samsara. Este es de hecho el paradigma o la tipología general de la mayoría de los budistas tradicionales y ortodoxos en Asia, pero como veremos, no es un punto de vista canónico.
El inclusivismo generalmente se refiere a la visión de que la salvación es multifascética y multidimensional, y que el Buda se encuentra presente en las otras religiones, por lo que la mayoría de las religiones pueden ser vistas como Medios Hábiles (Upayas) - recursos convenientes adaptados a las capacidades, naturalezas, necesidades y circunstancias de los seres - reveladas por los Budas para llevar a los seres a la salvación, por lo que las demás religiones contienen un cierto nivel de la Verdad y pueden tener un rol positivo en la salvación.
El pluralismo es la creencia de que múltiples religiones son verdaderas e igualmente válidas en su comunicación de la Verdad, el mundo y la salvación. Por ello, el pluralismo postula que casi todas las religiones son formas válidas de alcanzar la salvación (Despertar - Nirvana). Este es de hecho el punto de vista mayoritario entre los budistas occidentales.
Como vemos, un factor común en todas las tipologías es la figura de devoción central (ser superior Dios - Buda) y la salvación. Por ello, antes de continuar nuestra reflexión, debemos de definir someramente ambos términos dentro del Budismo.
Primero, veamos la figura del ser superior u objeto de devoción del Budismo. El Budismo es una de las pocas religiones del mundo que no posiciona la figura de un Dios como eje central, a diferencia de las religiones occidentales y orientales. Si bien existe y se reconoce la figura de dioses, los mismos son vistos como la personificación de leyes cósmicas y fuerzas naturales, por debajo de la figura absoluta de un Buda, quien es la personificación del Alma del Universo, la Fuente de Energía y Vida de la cual emana y que anima todo en el Cosmos. Esto es lo que el Budismo llama el Buda Eterno. El Buda no crea el mundo, sino que, como una manifestación de su Samadhi o emanación de la Mente Iluminada del Buda, el mismo sigue la ley de causa y efecto, el Karma - movimientos naturales.
El Buda Eterno posee un aspecto triuno: (1) el primer aspecto es el Dharmakaya o Cuerpo del Dharma, el cual se compone de todo lo que existe en el Dharmadhatu (Cosmos). El Dharmakaya posee dos aspectos: el primer aspecto es el Dharmakaya Impersonal, el cual es la Unidad Fundamental indiferenciada - la Esencia; el segundo aspecto es el Dharmakaya Personal o Hábil, el cual es la personificación del Dharmakaya Impersonal para revelarse a los seres, lo cual hace por medio de sus otros dos cuerpos o aspectos. (2) El segundo aspecto es el Sambhogakaya o Cuerpo de Emanación o Recompenza, el cual es la aparición fenomenal espontánea del Dharmakaya a los seres de forma etérica o espiritual, para revelarse de acuerdo con las necesidades, capacidades y naturalezas de los seres, exponer su Dharma, y llevar a los seres la salvación. (3) El tercer aspecto es el Nirmanakaya o Cuerpo Encarnado, el cual es el aspecto que se hace carne y habita entre los seres, adaptándo su forma y lenguaje a la forma, el tiempo y las circunstancias de los seres sintientes en un mundo particular para predicar su Dharma y brindarles directamente la salvación. El Buda Shakyamuni, el Buda histórico quien vivió hace más de 2,500 años atrás en la India es el Nirmanakaya de este mundo. El Buda Eterno es el objeto de devoción, la figura central y el ser superior del Budismo, semejante a la posición y figura de Dios en las religiones occidentales y orientales. Todos los demás Budas son emanaciones o aspectos de la Mente Iluminada (apariciones hábiles) del Buda Eterno.
Veamos ahora el rol de la salvación en el Budismo. El Budismo parte de la premisa de que la existencia (humana y general de todos los seres) conlleva sufrimiento. Por sufrimiento (dukkha), el Budismo postula que vivir es experimentar una amplia gama de experiencias que, si bien no se circunscriben a, se caracterizan por la insatisfacción, el dolor, la carencia, dificultades, y un sin número de viscicitudes. Este sufrimiento es raíz de lo que llama los Tres Venenos de la Ignorancia, la Ira y la Avaricia. De estos tres, le verdadera fuente del sufrimiento en el mundo es la Ignorancia. ¿Ignorancia a qué? Ignorancia a la Verdadera Naturaleza de la Realidad y del mundo. Desde nuestro punto de vista limitado y finito, el mundo se compone de una interminable cantidad de objetos, seres y circunstancias que se encuentran separadas e independientes unas de otras y de nosotros mismos. Este punto de vista dual es el resultado natural (y necesario) de la evolución del universo y de nuestros aparatos de los sentidos. Por ello, nosotros somos algo separado, independiente y ajeno al resto del mundo. Dado a esta percepción, desarrollamos gustos y disgustos, queremos que las cosas y seres duren para siempre y que nuestros planes y deseos se cumplan y salgan como querramos, y cuando algo de esto no sucede, sufrimos. A esto, le añadimos la existencia de la enfermedad, la vejez y la muerte, propia y de otros, lo que conlleva más sufrimiento. Este es el mundo de la dualidad. Este es el mundo desde la Ignorancia de la Verdadera Naturaleza de la Realidad. Así, debido a esto, vivimos vidas tras vidas persiguiendo nuestras ilusiones, satisfaciendo a toda costa nuestros deseos y pasiones ciegamente, de forma egoísta, causando dolor y sufrimiento a otros. Esto hace que acumulemos mal Karma (causas y condiciones o resultados), lo que hace que renazcamos en niveles inferiores de existencia dentro del Samsara, y solo sumamos al mundo y nosotros mismos en un ciclo interminable de dolor.
Pero el Budismo nos muestra que el Cosmos donde vivimos es uno fundamentalmente bueno, y el Buda, el Absoluto o la Realidad Ultima, no es algo frio y distante, sino que que compadece de sus criaturas, por lo que el Buda Eterno se personifica y aparece en los mundos, revelando su Dharma Eterno de salvación - las Leyes Universales que nos permiten vislumbrar la Verdadera Naturaleza de la Realidad, disipar nuestra Ignorancia, y vivir vidas más plenas y felices, alcanzando el Despertar y la salvación. ¿Qué es el Despertar? Es reconocer la Unidad Fundamental detrás del mundo de la dualidad; que todos los seres y eventos no existen como cosas separadas e independientes sino que son posibles dado a una red infinita de interconexiones. Es descubrir que todos poseemos el Espíritu del Buda dentro de nosotros, nuestra Naturaleza Búdica, lo que nos permite despertar a esta Verdad y experimentarla, para que cuando lo hagamos, podamos vivir con mayor compasión y sabiduría en el mundo, transformando así nuestra experiencia del mundo como Sufrimiento, Impermanencia, Impureza y Falso Ser, en Felicidad, Eternidad, Pureza y descubramos nuestro Verdadero Ser, el cual es uno con todo y todos, permitiéndonos poner fin al ciclo interminable de sufrimiento y muerte en la Rueda del Samsara y experimentar el Nirvana (unidad, paz y dicha) en esta vida, para que podamos ayudar a todos los demás seres a igualmente experimentarlo. Esta es la salvación en el Budismo.
Habiendo definido la fugura central de devoción y la salvación en el Budismo, continuemos con nuestra exploración sobre la Teología Budista de la Religiones.
De las tres tipologías aneriormente mencionadas, si bien el Budismo asiático se inclina al exclusivismo y el Budismo occidental al pluralismo, para la sorpresa de muchos budistas, la más cercana al Canon Budista es la realmente la segunda tipología, la postura inclusivista. Como mencionamos anteriormente, para poder llegar a esta conclusión, vamos a abordar la Teología Budista de la Religiones desde cuatro aspectos: (1) la interpretación teológica budista de la experiencia religiosa humana; (2) la posibilidad de la existencia de la Verdad en las religiones no-budistas; (3) la posibilidad de la salvación fuera del Budismo; y (4) la contextualización de creencias y prácticas no-budistas al Budismo. Esto lo veremos en la próxima entrada.