En esta semana conmemoramos al Gran Maestro Genshin (Eshin Sozu 942-1017), el gran sistematizador de las enseñanzas Tierra Pura dentro de la escuela Tendai. Genshin fue un patriarca de nuestra escuela, cuyo amor por todos los seres puede ser percibido en sus obras, las cuales atesoramos inmensamente en nuestros días. Conocido por su profundo conocimiento del Budismo de la Tierra Pura, las opiniones de Genshin sobre la salvación fueron influyentes y siguen resonando en el pensamiento budista incluso en nuestros tiempos. Despues de todo, fue Genshin quien movió al reformador Honen a proponer su creencia basada en la práctica exclusiva de la oración (Nembutsu) al Buda, la única práctica accesible para todos los seres en los tiempos que vivimos, la Era Final del Dharma, y quien movió a Shinran a proponer que los seres, lejos de tratar de eliminar sus pasiones y deseos y alcanzar su Despertar, debían descanzar y confiarse plenamente en la fe en el voto salvífico del Buda.
El Gran Maestro Genshin nos muestra en sus escritos que el Buda Eterno, debido a su gran compasión, hizo votos para establecer la Tierra Pura, un reino de máxima felicidad y liberación. Estos votos tienen como objetivo proporcionar un camino accesible a la salvación para todos los seres, independientemente de sus circunstancias o capacidades espirituales. Genshin enfatizó que la sabiduría y la compasión infinitas del Buda Eterno sirven como un verdadero refugio y fuente infinita de gracia para aquellos que se vuelven sinceramente hacia él. Con esto, el Gran Maestro nos muestra que la fe juega un papel crucial en el logro de la salvación - en nuestro Despertar de la Budeidad. Es por eso wue el Gran Maestro hizo hincapié en la importancia de confiarse de todo corazón al voto Primal del Buda, el voto de salvación de permitir que todos los seres alcancen el Despertar de la Budeidad, reconociendo las limitaciones del Poder Propio y confiando en cambio en el poder del Otro Poder - el poder del Buda Eterno. Así, la fe no es solo un componente esencial, sino que es la puerta de entrada a poder alcanzar la Tierra Pura, aquí y ahora, permitiendo a las personas dejar de lado los apegos egoicos y entregarse a la guía compasiva del Buda. La oración devocional (Nembutsu), con una mente sincera y enfocada, nos permite establecer una relación armoniosa con el Buda, descubrir nuestra propia Naturaleza Búdica, y unir el Samsara, este mundo, con el Nirvana, el mundo del Buda - la Tierra Pura.
La visión del Gran Maestro Genshin sobre la salvación fue inclusiva, y abrazó la idea de que todos los seres, independientemente de sus habilidades espirituales o conducta moral, tienen el potencial para la liberación. Creía que los votos del Buda Eterno lo abarcaban todo y que incluso el karma negativo más profundamente arraigado podía purificarse a través de la fe sincera y la confianza en el poder del Buda Eterno. Así, las enseñanzas de Genshin ofrecieron consuelo y esperanza a aquellos que se sentían agobiados por sus propias limitaciones, enfatizando que la salvación estaba al alcance de todos los que la buscaban. La fe inquebrantable de Genshin en la guía compasiva del Buda Eterno y su defensa de la práctica del Nembutsu continúan inspirando y resonando entre los seguidores del Budismo de la Tierra Pura en nuestra escuela, e incluso en otras denominaciones, en la actualidad. Sus enseñanzas sirven como un recordatorio de que la liberación se puede lograr a través de la fe sincera, la confianza en el poder del Otro Poder y el cultivo de una conexión profunda con el Buda Eterno.
En nuestra escuela, el Buda nos promete la salvación, no en el futuro, sino en el Eterno Presente. Esta no es una promesa de esperanza, sino de aseguranza, en la cual vivimos arropados por la Luz en la Vida eterna del Buda, recibiendo sus bendiciones incondicionalmente. Cuando practicamos, comulgamos con el Buda, nuestra Verdadera Naturaleza - Naturaleza Búdica - y somos Budas, aún cuando tenemos deseos y pasiones, pues somos como gotas que ingresan al gran mar. Esto es llamado "Shinjin" o la verdadera fe. Cuando realizamos esto, vivimos en doble tiempo, pues la promesa de salvacion del Buda transforma nuestro presente. Aún así, mientras vivamos en este mundo, las nubes cubren el cielo. El Shinjin (el reconocer que somos contanstemente guiados por el Buda, quien está afuera y también dentro de nosotros por medio de la práctica budista) no nos borra, sino que nos trasciende. La Luz del Buda siempre brilla sobre nosotros, y su Vida siempre nos acompaña. Vivir el Camino Budista es vivir con esta visión sacramental, siempre presente.
Si vivimos con este entendimiento (y ese es el propósito de la práctica religiosa budista), no puede haber dudas sobre seguir los Preceptos ni el Camino Budista, ya que vivir en la Vida Eterna del Buda significa abandonar nuestros deseos egoístas y guiarnos por nuestro Bodhicitta, la Voluntad del Buda, y nuestra práctica, lejos de ser un medio para obtener algo, es una ofrenda, un acto devocional completo hacia el prójimo y todos los seres, para repagarle al Buda su bendición y salvación.
Que todos los seres puedan despertar a la actividad dinámica que desde el principio del tiempo ha estado trabajando por su salvación, y que no los ha abandonado en ningún momento.