Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


domingo, 29 de mayo de 2022

El Buda es Vida Eterna: Ciclo de Lecturas sobre el Sutra del Nirvana - Capítulo 14 - La Parábola de las Aves

  Hoy, continuamos nuestro nuevo Ciclo de Lecturas sobre el Sutra del Nirvana, el último sermón dado por el Buda Shakyamuni en el mundo. El mismo es sumamente importante para el Budismo Mahayana, ya que fue parte de sus Enseñanzas Perfectas y Completas, donde reveló la totalidad de la Verdad de su Despertar, confirma sus enseñanzas superiores dadas en el Sutra del Loto, y contiene tres enseñanzas importantes: (1) el Buda es vida eterna - lo que llamamos "Budas" son manifestaciones de la Realidad Ultima, el Dharmakaya, el cual se manifiesta en los mundos para revelar el Dharma y salvar a todos los seres sintientes del sufrimiento, y llevarlos al Nirvana: la Unidad; (2) dado a que todos somos una expresión de la Unidad, de la Realidad Ultima, cuando descubrimos y accesamos a la Unidad Fundamental, por medio de nuestra Naturaleza Búdica, accesamos a nuestro Verdadero Ser (Atman), y esa Naturaleza Búdica es uno con el Buda Eterno; y (3) la meta final del Budismo es alcanzar el Despertar para  continuar la labor salvífica del Bodhisattva en el mundo, no alcanzar el Nirvana, pues el Nirvana, lejos de ser una meta final, es un estado mental al cual todos los seres pueden accesar por medio de su Despertar. Por ello, no hay una "extinción final", sino que todos somos una manifestación de la Vida Eterna del Cosmos. Con todo esto, el Sutra del Nirvana explica la verdadera naturaleza del Buda y de la Realidad, nuestra unidad con la misma, y la verdadera naturaleza del Nirvana.

En este estudio, presentaremos semanalmente una traducción al español de extractos importantes de cada capítulo del Sutra, con un comentario (exégesis) que dilucida sus enseñanzas, sus implicaciones, y cómo podemos aplicarlas en nuestra vida diaria. Esta es la primera vez que se comenta el Sutra del Nirvana y se presenta el mismo en español en el mundo. Espero que el mismo sea del agrado de todos los budistas en el mundo hispano.

Capítulo 14 - La Parábola de las Aves

El Sutra del Nirvana, siendo la enseñanza final del Buda Shakyamuni en su forma física en el mundo, es la última palabra en materias de doctrina y práctica budista. Por ello, no vemos las visiones maravillosas y los eventos fuera del tiempo que hemos visto en otros Sutras igual de importantes como el Sutra Avatamsaka, el primer sermón del Buda en este mundo, ni en el Sutra del Loto, su sermón más importante y su Revelación de la Verdad. Es por eso que el Sutra del Nirvana se desarrolla como un gran diálogo, de tu a tu, en medio de nuestro mundo. Eso es lo que representan los dos árboles sala en el Jardín de Kushinagara: la intersección de lo Eterno y lo Temporal, de lo Infinito en lo finito. El Buda, el Alma del Universo, se comunica directamente a nosotros en su forma física, por última vez en eones, para asegurarse que su Dharma Eterno perdure para la posteridad, hasta su próxima aparición en millones de años en el futuro.

Si bien el Budismo es visto como una religión que predica el abandono al mundo, como hemos visto, el mismo realmente predica una total afirmación del mismo, revelando que todos los fenómenos en el Cosmos, tal y como son, son una manifestación del Dharma. El Samsara y el Nirvana son dos caras de una misma moneda; dos manifestaciones de la misma Esencia o Dharmata. El Samsara, el mundo del a dualidad, es entonces el lugar donde manifestamos y actuamos acorde a nuestra Verdadera Naturaleza, y permitimos que la misma se manifieste en sus infinitas formas. Por ello, la meta final del Budismo no es alcanzar el Nirvana como un lugar lejano, fuera del Samsara - del mundo del a dualidad - sino alcanzar el Despertar: realizar la Unidad Fundamental y manifestar el Nirvana en nuestras vidas y nuestros cuerpos en medio del mundo de la dualidad, y hacer de este mundo uno mejor para nosotros, y para todos los seres sintientes. Entonces, el mundo del Samsara se transforma en la Tierra Pura de la Luz Serena. Este esp recisamente el tema principal de este capítulo.

El capítulo 14 del Sutra del Nirvana, titulado "La Parábola de las Aves", nos revela que el Samsara y el Nirvana son solo dos manifestaciones de la Talidad, la Esencia de la cual emana, se mantiene y regresa todo en el Cosmos. Con esto, reafirmamos lo que hemos aprendido sobre la irradicabilidad del sufrimiento, y su valor teleológico y soteriológico para nuestras vidas. Esto lo hace en la forma única del Buda, por medio de una parábola.

"El Buda le dijo a Kashyapa: '¡Oh, buen hombre! Hay dos especies de aves, una es el kacalindikaka y la otra el pato mandarín. Al jugar o detenerse (descansar), siempre actúan juntos; no se separan. Este es el caso del sufrimiento, lo no eterno y el no-ser. No se separan'.

"El Bodhisattva Kashyapa le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el Mundo! ¿De qué manera se obtienen las cosas con el sufrimiento, lo no-eterno, y el no-ser como con el pato mandarín y el kacalindikaka?'

"El Buda dijo: '¡Oh buen hombre! Lo que es contrario al Dharma es sufrir, y lo que no es contrario al Dharma es la felicidad. Lo que es contrario al Dharma es lo no-eterno y lo que no es contrario al Dharma es lo eterno. Lo que es contrario al Dharma es el no-ser y lo que no es contrario al Dharma es el Ser. Por ejemplo, es como en el caso en el que el arroz se diferencia del cáñamo y el trigo, y el cáñamo y el trigo de los frijoles, el mijo y la caña de azúcar. No eternos son los capullos, las flores y las hojas. Cuando el fruto madura y cuando el hombre lo usa, decimos que es eterno. ¿Por qué? Porque esta es la Verdadera Naturaleza de la Realidad'."

En esta parábola, el "pato mandarín" es el Samsara, la dualidad, y el "kacalindikaka" es el Nirvana, la Unidad Fundamental, y el Buda nos dice que ambos son dos manifestaciones de la misma Esencia o Dharmata, y que son uno. Pero tenemos delante de nosotros dos caminos o opciones: (1) vivir de a mercer de nuestros deseos y pasiones, y sufrir, o (2) vivir de acuerdo con el Dharma y poder trascender todos estos sufrimientos y ver nuestra verdadera meta en la vida. Ahora que hemos acumulado el suficiente mérito para encontrar el Dharma, la elección es totalmente nuestra.

Cuando nacemos al mundo, venimos arropados por la oscuridad de la Ignorancia Fundamental, con un pesado karma, el cual detalla qué lecciones debemos aprender en esta vida, qué debemos experimentar, y cuál es nuestro destino. Por encima de esto, llegamos al mundo con un vacío existencias, al ya no estar conectados con la Unidad Fundamental, lo cual hace que tengamos el deseo constante de llenarlo, sin saber con qué.  Al no conocer el Dharma - ya sea por la Ignorancia Fundamental, o porque no hemos hecho conexiones dhármicas en vidas pasadas - tratamos de llenar ese vacío con las cosas equivocadas, tratando de satisfacer egoístamente nuestros deseos y pasiones, cometiendo errores en pensamiento, palabras y aciones, haciendo que generemos más mal karma, lo cual agrava nuestra situación actual y futura, y nos manitiene dormidos, ahogándonos en el océano de nacimientos y muertes del Samsara.

El Dharma, las Enseñanzas del Buda, el Alma del Universo, el cual revela las Leyes Universales de la Vida, nos permiten vivir en este mundo de la dualidad, acorde con el mundo de la Unidad, aliviar nuestro sufrimiento, y vivir vidas plenas y llenas de significado, siguiendo nuestra verdadera meta única en la vida. El mundo es tal como es, no como queremos que sea, y por ello, como en todo, debemos trabajar según sus reglas y leyes para poder vivir en armonía con nosotros, con los demás y con el Cosmos. El Dharma es entonces el Mapa de nuestra vida, el cual nos permite navegar por el océano de nacimientos y muertes del Samsara y llegar de Esta Orilla de la Dualidad y la Ignorancia, a la Otra Orilla del Nirvana de la Unidad y la Sabiduría. 

"Kashyapa le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el Mundo! Si son eternos, ¿son iguales al Tathagata?'

"El Buda contestó: '¡Oh, buen hombre! No hables de esa manera. ¿Por qué no? Si uno dice que el Tathagata es como el Monte Sumeru, ¿esto implica que se separará cuando llegue el momento de que se desintegre? ¡Oh, buen hombre! No mires las cosas de esta manera. ¡Oh buen hombre! Con todas las cosas, excepto el Nirvana, ninguna es eterna. Simplemente para conformarnos con los caminos de la verdad secular, decimos que el fruto es eterno'.

"Kashyapa le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el Mundo! Es bueno, es bueno. Es como dice el Buda'.

"El Buda le dijo a Kashyapa: 'Es así, es así, ¡oh buen hombre! Una persona puede ser fiel a lo que dicen los Sutras o puede haber practicado todos los Samadhis, pero hasta que haya aprendido el Mahaparinirvana, dirá que todo es no-eterno. Cuando una persona ha aprendido este Sutra, puede tener ilusión, pero es, por así decirlo, no-ilusión. Aprender este Sutra beneficia al hombre y al cielo ¿Por qué? Uno ve claramente que el propio cuerpo tiene la Naturaleza del Buda dentro. Esto es lo Eterno'."

Ahora, aunque ambos - el Samsara y el Nirvana - son iguales, no son lo mismo. El Samsara es temporal, y el Nirvana es eterno. Esto es porque el Samasara es la Realidad Convencional, y el Nirvana es la Realidad Ultima de la cual emana la Realidad Convencional. Pero esto no pone al Nirvana por encima del Samsara, pues ambos juntos hacen la Verdadera Naturaleza de la Realidad. Nuestro énfasis en el Nirvana es para poder vivir en el Samsara desde la Realidad del Nirvana - vivir en la dualidad desde el conocimiento y la experiencia de la Unidad - pues solo así podemos actuar confirme al Dharma y vivir vidas llenas de significado, paz y armonía. El énfasis es que el Samsara es experimentado desde el sufrimiento, la impermanencia, el no-ser (ser finito y falso) y la impureza, y el Nirvana es experimentado desde la Felicidad, la Eternidad, el Verdadero Ser y la Pureza. ¿Cómo deseamos experimentar la vida?

Sin embargo, aunque esto es cierto y lo podemos experimentar intelectualmente, es solo cuando lo realizamos activamente, en la práctica y sus frutos, que podemos ser realmente transformados y vivirlo en nuestras vidas diarias. El mismo Buda nos dice que no importa cuán fiel seamos a los Sutras [correctos] ni cuántos Samadhis (prácticas) hagamos, si no lo realizamos desde el espíritu de su verdadero mensaje y voluntad - el Sutra del Loto y del Nirvana - solo podremos experimentar el camino del Shravaka o Pratyekabuddha (caminos Hinayanas) del sufrimiento, la impermanencia, el no-ser y la impureza, o de las Enseñanzas Parciales con su nihilismo espiritual tras su mala concepción de la Vacuidad. Es por eso que el Buda reveló al final de su vida las Enseñanzas Perfectas y Completas, para que estuvieran más cerca de nosotros - más accesibles.

Cuando el Buda reveló el Sutra del Loto y del Nirvana en el mundo, la Realidad Absoluta descendió a la Realidad Concenvional (el Cielo bajó a la Tierra) y se abrazaron, y trascendieron sus aparentes diferencias. En ese momento, el sufrimiento encontró su propósito en el mundo, y la luz del Dharma se encendió en esta esquina del Cosmos para brillar eternamente, alejando desde aquí la oscuridad para la psoteridad. Es por ello que el estudiar y poner en práctica las enseñanzas de estos Sutras beneficia al Cielo y la Tierra.

Cuando estudiamos el Dharma, su perfume permea nuestras mentes, las cuales se amplían y se abren para recibir su Luz; y cuando ponemos el Dharma en práctica, hacemos que el perfume del Dharma permee nuestras palabras y acciones, y con ello, unimos el Nirvana con el Samsara; unimos la Realidad Absoluta con la Realidad Convencional, y hacemos realidad el Verdadero Camino Medio. Esta fue la verdadera intención del Buda con la revelación del Dharma en el mundo.

"'Además, ¡oh, buen hombre! Es como en el caso del árbol de mango. Cuando aparece su flor por primera vez, lo que hay (en ese momento) es la fase de cambio. Cuando da fruto y cuando otorga mucho beneficio, nosotros hablamos de lo eterno. ¡Oh, buen hombre! Una persona puede ser así fiel a todos los Sutras o puede haber practicado todos los Samadhis, pero cuando aún no ha escuchado este Sutra del Nirvana, todo se basa en lo no-eterno. Cuando la persona escucha este Sutra, aunque (aún) posee ilusión, es como si no tuviera ilusión. Es decir, que beneficia tanto al hombre como al cielo. ¿Cómo? Porque esa persona sabe claramente que tiene la Naturaleza del Buda en su interior. Esto es lo Eterno'."

La transformación espiritual en el Budismo es gradual, aunque hay personas para las que puede ser súbita e instantánea; todo depende de nuestro karma y méritos. Pero no debemos de aliminar todo nuestro mal karma, deseos e ilusiones para poder manifestar nuestra Budeidad Innata y traer el Nirvana al Samsara en nuestras vidas diarias. El mismo Buda nos dice que cuando estudiamos y ponemos en práctica las Enseñanzas Perfectas y Completas, podemos manifestar nuestra Naturaleza Búdica y vivir en el Nirvana en este cuerpo y en esta vida. Esto nos enseña el principio de disminuir la retribución kármica de uno. Si el pesado karma del pasado no se expió en la vida pasada o en esta vida, deberá sufrir los sufrimientos kármicos en el futuro, pero si experimenta dificultades extremas (camino del Samsara) o si se pone el Dharma en práctica (camino del Nirvana) en esta vida, los sufrimientos se desvanecerán instantáneamente, como el rocío (Samsara) ante el Sol de la Sabiduría (Nirvana). Esto es lo que el Buda explica en los siguientes párrafos.

"'Además, ¡oh, buen hombre! Cuando un lingote de oro se derrite, esta es la fase de lo no eterno. Una vez fundido, se convierte en oro. Cuando beneficia mucho a una persona, decimos que es eterno. El caso es así. Por lo tanto, oh buen hombre, una persona puede ser fiel a todos los Sutras o puede haber practicado todos los Samadhis, pero si aún no le ha escuchado a este Sutra del Nirvana, todo no es eterno. Cuando una persona le ha prestado atención a este Sutra, bien puede tener una ilusión, pero es como si no la tuviera. Por lo tanto, beneficia a todos los hombres y dioses. ¿Por qué? Porque la persona claramente llega a saber que tiene la Naturaleza del Buda en el interior. Esto es lo Eterno.

"'Además, ¡oh, buen hombre! El sésamo, por ejemplo, cuando aún no está prensado, no es eterno. Una vez que se ha hecho el prensado y se ha extraído el aceite, el sésamo ofrece un gran beneficio. Por lo tanto, oh buen hombre, una persona puede ser fiel a todos los Sutras o puede haber practicado todos los Samadhis, pero si aún no le ha escuchado a este Sutra del Nirvana, todo no es eterno. Cuando una persona le ha prestado atención a este Sutra, bien puede tener una ilusión, pero es como si no la tuviera. Por lo tanto, beneficia a todos los hombres y dioses. ¿Por qué? Porque la persona claramente llega a saber que tiene la Naturaleza del Buda en el interior. Esto es lo Eterno'.

"'Además, ¡oh, buen hombre! Es como en el caso en el que todos los ríos desembocan en el mar. Todos los Sutras y Samadhis fluyen hacia el Sutra del Nirvana. ¿Cómo? Porque finalmente expone a la Naturaleza del Buda. Eso es por eso digo: Algunos dharmas son eternos; Algunos dharmas no son eternos. Con el no-ser, también, las cosas equivalen a lo mismo. Es así como digo'."

En estos dos párrafos, el Buda nos trata de mostrar que podemos accesar la Unidad en medio de la dualidad. Ahora mismo, somos como oro derretido, la Unidad manifestada en la multiplicidad de la dualidad, pero cuando estudiamos y ponemos el Dharma en práctica, podemos fundir nuevamente ese oro y experimentar la Unidad Fundamental, ser uno con el Buda Eterno (Universo). Cuando lo hacemos, ocurre dentro de nosotros una transofrmación casi inexplicable, donde manifestamos nuestra Naturaelza Búdica en el mundo, y con ello, actuamos con sabiduría y compasión en el mismo. Cuando manifestamos nuestra Budeidad Innata, nos beneficiamos a nosotros y beneficiamos a los demás, pues actuamos desde nuestra Verdadera Naturaleza Iluminada, la cual a su vez, ilumina las mentes y corazones de los demás, trayendo más luz al mundo. Pero para que todo esto sea una realidad, debemos de fundir el oro y prensar el sésamo, es decir, debemos de poner le Dharma en práctica. En ese momento, participamos en la Vida Eterna del Buda Eterno.

Es interesante que el Buda utilice la metáfora del aceite de sésamo para mostrar que las dificultades - "prensar" - en la vida son necesarias para nuestro desarrollo espiritual y para manifestar nuestra Budeidad en esta vida. Esto es cónsono con otras parábolas usadas en otros Sutras, como la parábola del agua subterránea y la necesidad de cavar para encontrarla en el Sutra del Loto, o de la necesidad de remover las impurezas del metal para forjarlo en un artículo utilizable. A lo que todo esto apunta es que, si bien somos Budas en principio, no lo somos en la actualidad, y debemos de poner en práctica el Dharma para revelar y manifestar nuestra Budeidad en la vida. Entonces, las dificultades y el sufrimiento es lo que nos permite salir de nuestra zona de confort, de nuestro egoísmo e individualidad, y ver la Verdadera Naturaleza de la Realidad. Es por ello que el Reino de los Devas, los Cielos, no sea un lugar ideal para el desarrollo espiritual en el Budismo. Los seres en este reino se bañan en el placer y la comodidad, y no sienten necesidad de mejorar su situación espiritual ni la de los demás. En cambio, este mundo, con todo su sufrimiento, no es tan malo como los Cuatro Reinos del Mal de los Infiernos, los Espíritus Hambrientos, los Animales ni los Asuras como para ni tan siquiera tener la oportunidad de practicar. Es por eso que el Budismo llama a la Humanidad, "esta preciosa vida humana", pues es una manifestación del Camino Medio entre el dolor extremo (Cuatro Reinos del Mal) y el placer (Cielos), y nos permite abordar la práctica de forma ideal y balanceada.

"Entonces Kashyapa le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el Mundo! El Tathagata ya está segregado de las flechas venenosas de la aprehensión y el sufrimiento. La aprehensión y el sufrimiento son el cielo (devas); el Tathagata no es el cielo. La aprehensión y el sufrimiento son el reino humano; el Tathagata no es humano. La aprehensión y el sufrimiento son las 25 Existencias. Por lo tanto, no puede existir la aprehensión o el sufrimiento con el Tathagata. ¿Cómo se puede decir que el Tathagata es aprehensión y sufrimiento?"

Aquí el Bodhisattva Kashyapa le pregunta al Buda que, si bien todo emana del Buda Eterno, de la Talidad, ¿por qué existe el sufrimiento? ¿Fue una creación del Buda Eterno? Esta es tal vez la pregunta que nos ha estado acosando todo este tiempo, desde que comenzamos a aprender las Enseñanzas Perfectas y Completas del Sutra del Loto y del Nirvana, y el Bodhisattva Kashyapa, en nombre de todos y cada uno de nosotros, se la hace al Buda antes de su Paranirvana. Igualmente, el Bodhisattva Kashyaa le pregunta al Buda que, si es realmente un Buda, ¿cómo puede experimentar sentimientos por los seres sintientes y desear salvarlos?

A diferencia de las religiones judeocristianas o occidentales, el Budismo no psoee una dicotomía entre el Bien y el Mal, sino entre la Ignorancia y la Sabiduría. Las personas no hacen el mal inicialmente porque son malas, sino porque no conocen las consecuencias de sus acciones, para ellos y para con los demás. El verdadero mal es solo cometido por aquellas personas que lo hacen aun sabiendo el peso de sus consecuencias. Igualmente, a diferencia de Occidente, el Budismo ni posee una figura central creadora, como un Dios Creador omnipotente y omnisciente, sino que postula que el Cosmos se crea, mantiene y desintegra, para volver a repetir el ciclo de forma infinita, siguiendo las leyes mecánicas del karma, y no solo un universo, sino una plétora de universos en el Dharmadhathu o Universo Dhármico. Por ello, si bien el Buda es la fuente de la cual emana toda la vida y es el Alma del Universo, no es su creador, por lo que no es idea del Buda la existencia de la Ignorancia y del sufrimiento, sino que solo sigue la mecánica evolutiva necesaria para su funcionamiento. Esto lo explica el Sutra de la siguiente manera:

"El Buda contestó: '¡Oh, buen hombre! En el Cielo sin Pensamiento ("avrha"), lo que se obtiene es la falta de reflexión. Si no se piensa, no puede haber vida. Si no hay vida, ¿cómo pueden existir los Cinco Skandhas, los 18 reinos y las doce esferas? Por lo tanto, no podemos decir que la vida del Cielo sin Pensamiento tiene un lugar para existir. ¡Oh, buen hombre! Por ejemplo, el dios de un árbol vive en el árbol. No podemos decir definitivamente que vive en la rama, el nudo, el tronco o la hoja. Aunque no podemos nombrar el lugar, no podemos decir que no existe. La vida del Cielo sin Pensamiento también es así. ¡Oh, buen hombre! El caso del Buda-Dharma también es así. Es muy profundo e insondable. El Tathagata no tiene aprehensión, sufrimiento ni preocupación. Sin embargo, muestra gran compasión hacia los seres, tiene aprehensión y tristeza, y los ve como ve a Rahula'."

Todos somos manifestaciones de una Sola Vida: la Vida Eterna del Buda - el Universo. Todo está hecho de la misma Esencia. El Nirvana (Realidad Absoluta) y el Samsara (Realidad Convencional) son una (Camino Medio). Es por eso que todos nosotros poseemos la Naturaleza Búdica y podemos alcanzar el Despertar de la Budeidad. En este sentido, todo el Cosmos, tal y como es, es un manifestación del Dharma Eterno. ¿Cómo entonces existe cabida para el sufrimiento?

El mayor sufrimiento en el Budismo es la sensación innata de parcialidad, resultado necesario del proceso evolutivo del Cosmos. Para que el Uno fuera los muchos, la Energía tuvo que limitarse en el tiempo y el espacio, en conocimiento y capacidad. Esto es un resultado necesario e inevitable de la evolución del Cosmos. Esto tuvo como resultado criaturas que buscaran la Unidad original. Este es el llamado del Infinito a todos los seres para que no olviden su Verdadero Hogar y que alcancen el Despertar. Al nacer en la Ignorancia, los seres buscan constantemente y sin cesar formas de llenar su vacío existencial. Esto los lleva a llenarlo con cosas erróneas y vacías, creando mal karma, hasta que las causas y condiciones maduran para que puedan encontrar el Dharma - las Leyes Universales y alcancen el Despertar. Para ayudarlos, el Universo se personifica en la figura de Budas, quienes revelan la Unidad Fundamental y las Leyes Universales, para aliviar el sufrimiento, revelar la Verdad, y ancaminar el Cosmos a la Iluminación. 

El sufrimiento, como hemos mencionado en todo nuestro estudio, es una parte integral e irradicable de la existencia. Si bien el sufrimiento es incómodo y doloroso, como todo en la vida, el mismo tiene un propósito. El sufrimiento nos obliga a movernos fuera de nuestro ser finito y buscar el Infinito. Es la búsqueda de los muchos (Realidad Convencional) por el Uno (Realidad Absoluta). Como seres finitos, estamos arropados por la oscuridad de la Ignorancia a nuestra Unidad Fundamental, y por ello, tomamos decisiones en pensamientos, palabras y acciones que crean karma negativo, y con ello, creamos nuestro propio sufrimiento. Dado a que sufrimos, buscamos desesperadamente acabar con ese sufrimiento, lo que nos lleva justo cuando lo necesitamos a las enseñanzas del Buda. El Dharma nos da las herramientas para poder iluminar nuestra ignorancia y ver la Verdadera Naturaleza de la Realidad, y cuando avanzamos en el camino aprendemos que nunca estuvimos solos, sino que somos uno con todos los otros seres, y cuando ellos sufren, nosotros sufrimos. Para ayudarnos a nosotros mismos y ayudar a otros, despertamos el Deseo del Alcanzar el Despertar (Bodhicitta). Entonces, comenzamos nuestro camino del Bodhisattva, un ser altruista que pospone su Iluminación para ayudar a otros. 

"'Además, la vida del Cielo sin Pensamiento solo puede ser conocida por el Buda. Está más allá de la comprensión de los demás. Además, lo mismo se aplica al Cielo de la No-Insuficiencia y de la No-Mentalidad. ¡Kashyapa! La naturaleza del Tathagata es pura y no contaminada, y es como un cuerpo transformado. ¿Cómo puede haber alguna aprensión, sufrimiento o preocupación? Si el Tathagata no tiene aprensión ni sufrimiento, ¿cómo puede otorgar beneficios a los seres y diseminar la enseñanza budista? Si no, ¿cómo ¿podemos decir que él ve a los seres como ve a Rahula? Si no ve a los seres como ve a su Rahula, tal afirmación solo puede ser falsa. Por lo tanto, oh buen hombre, el Buda es inconcebible, el Dharma es inconcebible, la naturaleza de los seres son inconcebibles, y la vida del Cielo sin Pensamiento es inconcebible. Si el Tathagata tiene alguna aprehensión o no, es para el mundo del Buda (saber). No es algo que los Shravakas o Pratyekabuddhas pueden comprender'."

El Buda, como la personificación y el Alma de la Realidad Absoluta, apareció en este mundo para revrlarnos el Dharma y ayudarnos a regresar a nuestro Verdadero Hogar, la Unidad del Nirvana. Si bien el  Buda Eterno, el Dharmakaya, es impersonal y no posee atributos, el mismo manifiesta una persona y atributos para mostrarse a los seres sintientes de acuerdo con sus necesidades, capacidades y naturalezas y llevarlos a la salvación, viendo a todos los seres como si fueran su único hijo, Rahula. 

"'Además, ¡oh, buen hombre! La enseñanza budista es como el pato mandarín y kacalindikaka que van juntos. El pato mandarín y el kacalindikaka buscan tierras altas en pleno verano cuando el agua es alta y depositan allí a sus crías. Esto es para criarlos. Más tarde, juegan como deben hacerlo. Lo mismo ocurre con la aparición del Tathagata. Él enseña a innumerables seres y les permite permanecer en el Dharma maravilloso. Esto es como el pato mandarín y el kacalindikaka que buscan tierras altas y depositar con seguridad a sus jóvenes allí. Lo mismo es con el Tathagata. Él permite a los seres actuar como deberían actuar y les permite ingresar al Mahaparinirvana. ¡Oh, buen hombre! Es decir, el sufrimiento es una enseñanza (dharma) y la felicidad es una diferente (dharma). Todas las cosas creadas son tristeza; el Nirvana es la Bienaventuranza. Es lo más maravilloso y destruye las cosas creadas'."

El Buda Eterno, con su aparición como el Buda Shakyamuni en este mundo, nos reveló las llaves de nuestra salvación. Las mimas estan en nuestras manos y solo nosotros poseemos la habilidad de abrir las puertas del Sufrimiento (Samsara) o la Felicidad (Nirvana). En ese aspecto, solo nosotros somos los amos de nuestro destino. Delante de nosotros tenemos dos posibilidades, continuar el sufrimiento del Samsara o vivir en la felicidad del Nirvana. Está en nosotros decidir y actuar. No importa cuál camino tomemos, el Buda siempre está con nosotros.

Las diferentes prácticas budistas del estudio, la meditación y la recitación (como el Nembutsu) son formas de alcanzar este estado; son formas de borrar nuestras barreras ficticias del ego y abrirnos al Infinito. El estudio refuerza la práctica, la práctica confirma el estudio, y la fe nos permite continuar el camino. La meditación es una comunión con el Uno: cuando nos vaciamos - cuando calmamos nuestros pensamientos y difuminamos nuestro ser finito y falso - podemos accesar al Infinito, nuestro Verdadero Ser, y ver cómo el mismo trabaja a través de nosotros, dándonos fuerza y seguridad en nuestro camino. Igualmente, cuando recitamos el Nembutsu con una mente meditativa, no somos nosotros quien lo recitamos sino que el es el llamado del Buda mismo que llega a través de nosotros y nos llama para que volvamos a nuestra Fuente - el Uno.

El Bodhicitta (el Deseo de Alcanzar el Despertar) y el trabajo del Bodhisattva surgen del Uno (Realidad Absoluta, el Nirvana, el Buda Eterno) y de su actividad dinámica en el universo. Al reconocer la Unidad Fundamental, el ser finito y falso se da cuenta de que no es un ser individual, sino que es uno con todos los seres. Esto es el Bodhicitta. Solo al despertar a esa Ley Universal (Dharma) - la Unidad de todas las cosas y su trabajo dinámico dentro y a través de nosotros, es que podemos realizar el trabajo del Bodhisattva. Cuando nos centramos en nuestro ser individual, falso y finito, sufrimos; pero cuando nos entregamos completamente por los otros, extinguimos nuestro ser finito y nos entregamos al Infinito. Este es el Nirvana, la extinción del egoísmo y la vuelta al Uno. Entonces, podemos continuar participando de la Vida Eterna del Universo de forma consciente, despierta, ayudando a otros, y haciendo de este mundo un reflejo del Nirvana, la Tierra Pura.

El Buda reitera la enseñanza de este capítulo de diferentes formas:

"Kashyapa le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el mundo! ¿Cómo logran los seres el Nirvana y obtienen la Bienaventuranza preeminente?'

"El Buda dijo: '¡Oh, buen hombre! Como se dijo, la fusión de los compuestos es la edad y la muerte.

"Si uno es estricto en su forma de vida y no indolente,
Esto es amrta (el inmortal, ambrosía).Si somos indolentes y no estrictos
En nuestro modo de vida, está la muerte.
La no indolencia gana el lugar inmortal;
La indolencia siempre nos lleva a la muerte.

"'La indolencia es de lo creado, lo más importante del sufrimiento. La no-indolencia es el Nirvana, lo más importante de amrta y Bienaventuranza. Lo creado es un lugar de muerte, lo más importante del sufrimiento. El Nirvana es la inmortalidad, la más bella Bienaventuranza. También se habla de esto: la dicha eterna, la inmortalidad y el cuerpo indestructible. ¿Qué es la indolencia y qué no? El mortal común profano (es decir, un tirthika) es de indolencia y muerte eterna; el santo que huye del mundo ("shramana") pertenece a la clase de la no indolencia, en la que la edad y la muerte no tienen morada. ¿Por qué no? Obtiene lo más importante de la Bienaventuranza eterna y el Nirvana. Las personas santas de la etapa supramundana no poseen indolencia y no existe (para ellos) la edad y la muerte. ¿Por qué no? Entran en la etapa más importante del Nirvana eterno. Por lo tanto, el sufrimiento y la bienaventuranza son dos cosas diferentes; el Ser y el no-ser son dos cosas diferentes.

"'Un hombre se para en el suelo y mira hacia el cielo, donde no puede ver ningún rastro de donde han volado las aves. Lo mismo ocurre (aquí). ¡Oh, buen hombre! Lo mismo ocurre con los seres. Inmersos en la ilusión, no pueden ver la Naturaleza del Tathagata que poseen. Por esta razón, ahora expongo la (hasta ahora) no revelada enseñanza sobre la abnegación. ¿Por qué? Una persona que carece del ojo celestial no conoce el Verdadero Ser. Porque estima que el Ser es incorrecto. Todas las cosas creadas por la ilusión no son eternas. Por eso digo que lo Eterno y lo No Eterno son dos cosas diferentes.

"'Si uno con esfuerzo y coraje
Va a la cima de una montaña,
Uno ve las llanuras, la extensión de los campos y todos los seres.
Cuando se gana el gran palacio de la sabiduría,
Y el asiento (superior) maravilloso,
Uno ya se aleja de la aprensión y el sufrimiento,
Y ve la aprehensión de los seres.

"'El Tathagata corta innumerables ilusiones, vive en la montaña de la Sabiduría y ve a los seres que viven en medio de innumerables billones de ilusiones'."

El Buda es entonces el Camino, la Verdad y la Vida. Solo podemos llegar al Buda a través de su Dharma, la manifestación de su voluntad en el mundo. El Camino es el Dharma: solo a través del Buda y su Dharma podemos eliminar el sufrimiento, la impermanencia, el no-ser y la impureza y experimentar la Felicidad, la Eternidad, el Verdadero Ser y la Pureza. La Verdad es su mensaje salvífico: solo a través de los Sutras y la práctica podemos encarnar esa Verdad. Su Vida es la Sangha: solo a través de la Sangha podemos manifestar el Camino Medio y hacer de su meta una realidad en este mundo. El Buda no solo es el que muestra el Camino, sino que es el Camino. De igual forma, el Buda no dice que es la Verdad, sino la encarnación de la Verdad. Y finalmente, el Buda no dice que es la Vida, sino la Fuente de la Vida misma. Encontrar el Dharma es encontrar al Buda, y ahora que hemos encontrado el Dharma, es nuestro menester ayudar a la Sangha y repagar nuestra deuda de gratitud. 

Gratitud significa sentirse agradecido o devolver la bondad o generosidad recibida de los demás. A medida que practicamos el Budismo, llegamos a comprender el principio de que toda la vida y los fenómenos del universo son eternos y están interconectados. A lo largo de nuestras muchas existencias pasadas, hemos formado conexiones con todas las personas y, por lo tanto, les debemos gratitud. En el Budismo, hay cuatro deudas de gratitud: a nuestros padres y todos los seres sintientes, maestro, país y los Tres Tesoros del Budismo.

La Gratitud por los Padres es el punto de partida de la gratitud en el Budismo, pues fueron nuestros padres quienes nos dieron la vida. Aunque a algunos les puede resultar difícil sentir gratitud por sus padres, lo más importante es nuestro esfuerzo por transformar constantemente nuestro estado de vida esforzándonos en la práctica budista y tratando a quienes nos rodean con compasión. De acuerdo con el Sutra de la Contemplación en el Terreno Mental, la primera de las cuatro deudas se debe igualmente a todos los seres vivos, pues en algún momento, todos fueron nuestros padres.. Si no fuera por ellos, sería imposible hacer el voto de salvar a innumerables seres vivos. La Gratitud por el Maestro es la gratitud que le debemos a la persona que sirvió como Emisario del Buda y nos mostró el Dharma. La Gratitud por el País y la Sociedad de uno no significa apoyar incondicionalmente a quienes están en el poder. Más bien, significa tener una profunda compasión por el propio país y las personas que viven en él, y esforzarse con valentía por lograr la paz y la felicidad para todos. Y finalmente, la Gratitud por los Tres Tesoros del Budismo es sentir gratitud por el Buda, la Dharma (las enseñanzas budistas) y la Samngha (comunidad de sacerdotes y creyentes). Sin el Buda que expuso el Dharma, la el Dharma mismo y las personas que viven basadas en el Dharma, no tendríamos forma de acceder a nuestra Naturaleza del Buda  dentro de nosotros o despertar a otros a su Budeidad.

Pero por encima de esto, el Buda encarna a nuestro Padre Espiritual, nuestro Maestro, nuestro Ideal y los Tres Tesoros del Budismo, y por ello, merece la más profunda de nuestra gratitud.

"Kashyapa le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el Mundo! Las cosas no son como se dice en el gatha. ¿Por qué no? El que entra al Nirvana no tiene temor ni alegría. ¿Cómo puede una persona así ganar el palacio de la Sabiduría? En la cima de la montaña, ¿cómo se puede ver a los seres?'

"El Buda dijo: '¡Oh, buen hombre! El palacio de la Sabiduría es el Nirvana. La persona sin aprehensión es el Tathagata; la persona que tiene aprehensión es el mortal común. El mortal común tiene la aprehensión y el Tathagata no. La cumbre del Monte Sumeru es una verdadera emancipación. Aquel que incesantemente hace un esfuerzo es como el Monte Sumeru, que no se puede sacudir. La tierra es una cosa creada. Todos los mortales comunes viven pacíficamente en la tierra y hacen todas las cosas. La sabiduría es el verdadero Despertar. Una persona alejada de la existencia es eterna. Este es el Tathagata. El Tathagata tiene lástima por los innumerables seres que están expuestos a las flechas venenosas de todas las existencias. Por eso decimos que el Tathagata tiene preocupación'."

Cuando estudiamos y ponemos el Dharma en práctica, somos Hijos del Buda en el mundo. Pero esto no nos hace estar por encima del mismo, ni mucho menos alejarnos de él, sino que nos permite abrazarlo completamente, con sus cosas buenas así como las malas, entender su razón (karma), y tratar de hacer del mismo uno mejor para nosotros y todos los demás, incluyendo todas las formas de vida y no vida, pues todo es una manifestación de la misma Esencia y Realidad. El hecho de que el Universo se personifique como Budas mismo nos revela que el mismo es uno esencialmente bueno, y esta experiencia que llamamos vida es una que se actualiza y se mejora con la ayuda del Buda, el Dharma y la Sangha. 

"Kashyapa le dijo al Buda: '¡Oh, Honrado por el Mundo! Si el Tathagata tiene preocupación y aprehensión, no podría ser el Iluminado'.

"El Buda le dijo a Kasyapa: 'Todo depende de las circunstancias. Cuando ve que su presencia es necesaria para salvar a los seres, el Tathagata se manifiesta a sí mismo. Aunque se manifiesta en la vida, realmente no hay vida. Por eso llamamos al Tathagata el Eterno. El caso es como el del kacalindikaka y el pato mandarín'."

El Buda, antes de morir, le dijo a sus discípulos que fueran un lámpara en ellos mismos. Cuando una lámpara contiene todo el aceite, está separada de todo lo que está a su alrededor, pero cuando se enciende, ilumina sus alrededores, sacrificándose, para darle vida a la luz. Igual sucede con nosotros. Cuando nos centramos en nuestro ser finito y egoísta, nos separamos del Uno y sufrimos. Pero cuando trabajamos por los demás, servimos a un propósito más grande en la obra salvìfica del Buda en el universo. Este es el verdadero significado del Budismo.

Pero, si todo esto es cierto, ¿cómo el Buda, nuestro padre espiritual, puede desaparecer físicamente de este mundo? Este es el tema del próximo capítulo.