Hoy, continuamos nuestro nuevo Ciclo de Lecturas sobre el Sutra del Nirvana, el último sermón dado por el Buda Shakyamuni en el mundo. El mismo es sumamente importante para el Budismo Mahayana, ya que fue parte de sus Enseñanzas Perfectas y Completas, donde reveló la totalidad de la Verdad de su Despertar, confirma sus enseñanzas superiores dadas en el Sutra del Loto, y contiene tres enseñanzas importantes: (1) el Buda es vida eterna - lo que llamamos "Budas" son manifestaciones de la Realidad Ultima, el Dharmakaya, el cual se manifiesta en los mundos para revelar el Dharma y salvar a todos los seres sintientes del sufrimiento, y llevarlos al Nirvana: la Unidad; (2) dado a que todos somos una expresión de la Unidad, de la Realidad Ultima, cuando descubrimos y accesamos a la Unidad Fundamental, por medio de nuestra Naturaleza Búdica, accesamos a nuestro Verdadero Ser (Atman), y esa Naturaleza Búdica es uno con el Buda Eterno; y (3) la meta final del Budismo es alcanzar el Despertar para continuar la labor salvífica del Bodhisattva en el mundo, no alcanzar el Nirvana, pues el Nirvana, lejos de ser una meta final, es un estado mental al cual todos los seres pueden accesar por medio de su Despertar. Por ello, no hay una "extinción final", sino que todos somos una manifestación de la Vida Eterna del Cosmos. Con todo esto, el Sutra del Nirvana explica la verdadera naturaleza del Buda y de la Realidad, nuestra unidad con la misma, y la verdadera naturaleza del Nirvana.
En este estudio, presentaremos semanalmente una traducción al español de extractos importantes de cada capítulo del Sutra, con un comentario (exégesis) que dilucida sus enseñanzas, sus implicaciones, y cómo podemos aplicarlas en nuestra vida diaria. Esta es la primera vez que se comenta el Sutra del Nirvana y se presenta el mismo en español en el mundo. Espero que el mismo sea del agrado de todos los budistas en el mundo hispano.
Capítulo 12 - La Naturaleza Búdica
Una de las enseñanzas principales y más importantes del Budismo Mahayana es que todos los seres poseen la Naturaleza Búdica: la capacidad de alcanzar el Despertar y convertirse en Budas. Esta es una enseñanza importante porque, a diferencia de muchas otras religiones, el Budismo postula que todos podemos alcanzar el mismo estado espiritual que su fundador, el Buda. Esta enseñanza es revelada por el Buda mismo en el Sutra del Loto, y es nuevamente reafirmada en el Sutra del Nirvana en su capítulo 12, titulado "La Naturaleza Búdica", pero como veremos en este capítulo, esta doctrina budista es expandida y llevada a su expresión máxima, siendo igualada con el Dharmakaya, el Buda Cósmico del cual emana todo en el Cosmos.
Al principio de este capítulo, el Bodhisattva Kashyapa le pregunta al Buda si existe el Verdadero Ser en las 25 Existencias o Reinos Cósmicos. Estos son subdivisiones del Triple Mundo del Deseo, la Forma y la No-Forma en el que los seres vivos repiten el ciclo de nacimiento y muerte del Samsara. Las 25 Existencias consisten en catorce reinos en el Mundo del Deseo, siete en el Mundo de la Forma y cuatro en el Mundo de la No-Forma. Los reinos en el Mundo del Deseo, nuestro mundo, comprenden los cuatro mundos inferiores (también llamados los Cuatro Caminos Malvados del Infierno, Espíritus Hambrientos, Animales y Asuras); los cuatro continentes que rodean el Monte Sumeru, que incluyen Jambudvīpa (nuestro planeta, y con ello, el Reino de la Humanidad); y los seis Cielos del Deseo. Los seres de este mundo se rigen por diversos deseos y pasiones, como los de comida, bebida y sexo. No obstante, podemos manifestar los Cuatro Reinos Nobles de la Mente en el Mundo de la Forma, como los Shravakas (Oyentes del Dharma), Pratyekabuddhas (Practicantes del Dharma), Bodhisattvas y la Budeidad, por medio del estudio y la práctica del Dharma. La práctica del Dharma, a su vez, nos permite renacer en uno de los cielos del Mundo de la Forma y No-Forma.
Los siete reinos en el Mundo de la Forma son el Cielo Mahabrahman (aquí contado como distinto del primer cielo de meditación), los cuatro Cielos de Meditación, el Cielo de No-Pensamiento y el reino de los Cinco Cielos de Pureza (tomado como un solo reino). Los seres de este reino tienen cuerpos físicos y están sujetos a ciertas restricciones materiales, pero están libres de deseos y se alimentan de luz.
El Mundo de la No-Forma se encuentra por encima del Mundo de la Forma y el Mundo del Deseo. Es el reino inmaterial del espíritu, del que se dice que está libre de las limitaciones de la materia y de todo pensamiento sobre la materia. El Mundo de la No-Forma tiene cuatro reinos inmateriales: el Reino del Espacio Vacío Ilimitado, el Reino de la Conciencia Ilimitada, el Reino de la Nada y el Reino de Ni Pensamiento ni No Pensamiento. Estos reinos también se describen como estados mentales en los que uno puede permanecer logrando la meditación correspondiente.
Sin embargo, el Triple Mundo se encuentran en el Samsara. Solo las Tierras Puras se encuentran fuera del Triple Mundo. A su vez, el Triple Mundo y las Tierras Puras se encuentran dentro del Dharmadhatu, el Reino Dhármico, y emana de la misma Esencia (Talidad) y Energía de Vida que anima todo en el universo, el Buda Eterno. Veamos lo que dice el Sutra del Nirvana.
"El Bodhisattva Kashyapa le dijo al Buda: "¡Oh, Honrado por el Mundo! ¿Existe el Ser en las 25 existencias o no?"
"El Buda dijo: "¡Oh, buen hombre! el 'Ser' significa 'Tathagatagarbha' (Matriz Búdica, Naturaleza Búdica). Todo ser tiene la Naturaleza Búdica. Este es el Ser, que ha estado al amparo de innumerables impurezas. Es por eso que el hombre no puede verlo. ¡Oh, buen hombre! Imagina que hay una pobre mujer aquí. Ella tiene oro verdadero escondido en su casa. Pero ninguna de las personas de su casa, ya sea grande o pequeño, lo sabe. Pero hay un extraño, que, por conveniencia, le dice a la pobre mujer: 'Yo te emplearé. ¡Ahora debes ir y desyerbar la tierra!' La mujer responde: 'No puedo hacer esto ahora. Si dejas que mi hijo vea dónde está escondido el oro, pronto trabajaré para ti'. El hombre dice: 'Conozco el camino. Se lo señalaré a tu hijo'. La mujer dice además: 'Nadie de mi casa, sea grande o pequeño, sabe de esto. ¿Cómo puedes saberlo tú?' El hombre dice: 'Ahora lo dejaré claro'. La mujer dice además: 'Deseo ver. Por favor, déjame verlo'. Entonces, el hombre extrae el oro que había estado escondido. La mujer lo ve, se alegra y comienza a respetar a esa persona. ¡Oh, buen hombre! El caso es el mismo con la Naturaleza Búdica que tienen todos los seres sintientes. Nadie puede verlo. Esto es análogo al oro que la pobre mujer poseía y, sin embargo, no podía ver. ¡Oh, buen hombre! Ahora dejo que las personas vean la Naturaleza Búdica que poseen, que está cubierta por impurezas. Esto es análogo al pobre mujer que no puede ver el oro, a pesar de que lo posee. El Tathagata ahora revela a todos los seres el depósito de la Iluminación, que es la Naturaleza Búdica, como se le llama. Si todos los seres ven esto, se alegrarán y tomarán refugio en el Tathagata. El buen recurso es el Tathagata, y la pobre mujer es todos los innumerables seres, y el barril de oro verdadero es la Naturaleza Búdica".
Como vemos, todos los seres poseen la Naturaleza Búdica, el Verdadero Ser sobre el cual hemos hablado en capítulos pasados, pero no lo saben. Esto es porque la Naturaleza Búdica se encuentra en el corazón mismo de la Existencia y de todos los seres sintientes, pero la misma está cubierta de incontables deseos y pasiones. No obstante, aunque está cubierta por nuestro mal karma e impurezas, la Naturaleza Búdica es inmaculada y no se ve afectada por ello, aino que, aunque cubierta, siempre brilla y tiene la capacidad de revelarse en nuestras vidas. El Buda apareció en este mundo para revelarnos que todos poseemos la misma Esencia y que somos manifestaciones de la misma Energía de Vida que es el Buda Eterno. Es por eso que todos nosotros podemos alcanzar el Despertar y convertirnos en Budas.
Desde el punto de vista de la Realidad Convencional, los seres sintientes estan plagados de deseos, pasiones y mal karma, por lo que su Verdadera Naturaleza se encuentra en estado potencial e inmanifiesta. Sin embargo, desde el punto de vista de la Realidad Absoluta, poseemos todas las cualidades del Buda. Cuando practicamos el Dharma, manifestamos nuestra Naturaleza Búdica, purificamos nuestros deseos, pasiones y karmas, y alcanzamos el Despertar. Esto no es algo que alcanzamos fuera de nosotros, sino algo que poseemos desde el principio del tiempo y logramos manifestar en nuestras vidas. Esto es ilustrado en el Sutra del Loto con la Parábola de la Gema en el Abrigo, la cual hace eco de la pequeña parábola presentada en este capítulo.
La Parábola de la Gema Escondida habla de un hombre empobrecido que va a visitar a un amigo cercano rico. Al ser tratado con vino, se emborracha y se queda dormido. El amigo rico debe salir por negocios, pero antes de irse, cose una joya de valor incalculable en el forro de la túnica de su amigo dormido. Cuando el hombre pobre despierta, no tiene idea de que le han dado la joya. Luego emprende un viaje. Para proveerse de comida y vestido, busca con todas sus energías, encontrando grandes dificultades. Estando siempre necesitado, se contenta con lo poco que puede obtener. Más tarde se encuentra con su viejo amigo, quien se sorprende por su pobreza y le muestra la joya de la túnica. El hombre se da cuenta por primera vez de que posee una joya de valor incalculable y se llena de alegría. Por supuesto, el hombre rico en esta parábola es el Buda, y la gema escondida es la Naturaleza Búdica. Lo mismo sucede con nuestra mente.
La Verdadera Naturaleza de la mente es igual al Dharmadhatu, la Realidad Ultima de todos los fenómenos, como una joya. Dentro de su estado presente, se manifiestan todo el potencial de esa Realidad, refractada por nuestro karma. Esa Realidad, aunque está siempre presente, es oscurecida por la Ignorancia Fundamental, nuestros deseos y pasiones y mal karma. Sin embargo, la práctica budiata nos permite remover todas esas coberturas y manifestar nuestra Verdadera Naturaleza.
Pero más allá de ser simplemente una presentación alterna de la capacidad de todos los seres de alcanzar la Budeidad por medio de su Naturaleza Búdica, el Sutra del Nirvana nos dice que este es nuestro Verdadero Ser, y que si lo descubrimos y manifestamos, podemos trascender todo miedo y dificultad y alcanzar nuestra verdadera meta en la vida.
"También, a continuación, ¡oh buen hombre! Como ejemplo: una mujer tiene un hijo que, siendo aún muy joven, es atacado por una enfermedad. Preocupada por esto, la mujer busca un buen médico. El buen médico viene y prepara tres medicinas, que son mantequilla, leche y caramelo de roca. Esto le da, para que el niño se lo tome. Entonces dice a la mujer: 'Cuando el niño haya tomado la medicina, no le des leche por algún tiempo. Cuando el medicamento se haya disipado, puede dar leche'. Luego, la mujer aplica una sustancia amarga en su pezón y le dice al niño: 'No lo toques (es decir, su pezón). Mi pezón es venenoso'. El niño se muere por la leche y quiere tenerla. Pero al enterarse del veneno, se aguanta. Después de que la medicina ha hecho su trabajo, la madre lava su pezón, llama a su hijo y le da su pezón. Aunque tiene hambre, el niño, habiendo oído hablar del veneno, no vendrá a él. La madre entonces dice: 'Solo puse veneno en mi pezón para darte la medicina. Como ya has tomado la medicina, me he lavado el veneno. ¡Ven! Toma mi pezón. Ya no es amargo'. Al escuchar esto, el niño regresa lentamente y lo toma. ¡Oh buen hombre! El caso es el mismo con el Tathagata. Para salvar a los seres, les da la enseñanza del No-Ser. Habiendo practicado así el Camino, los seres eliminan sus acondicionamientos mentales de aferrarse a sí mismos y obtienen el Nirvana. Todo esto es para eliminar los conceptos erróneos de las personas, para mostrarles el Camino y hacer que se mantengan por encima, para mostrar que se adhieran a sí mismos, que lo que se obtiene en el mundo es todo falso y no verdadero, y que les hagan practicar el No-Ser y purificarse. Esto es similar a la mujer que aplica una sustancia amarga a su pezón por amor al niño. Es lo mismo con el Tathagata. Para practicar el Vacío, digo que no existe el Ser. Esto es como la mujer que limpia su pezón y llama a su hijo para que participe de su leche. El caso es el mismo con el Buda: hablo del Tathagatagarbha. Por esta razón, los Bhiksus no tienen miedo. Es analogo nosotros al niño que escucha a su madre, vuelve lentamente y toma la leche. La situación es la misma con los Bhiksus. Deben saber bien que el Tathagata no esconde nada".
Como vimos en un capítulo anterior, originalmente, el Buda predicó la doctrina del No-Ser para permitir que los seres se desapegaran de sus cuerpos, deseos y pasiones, y de las concepciones erróneas del mundo y de sí mismos. Una vez lograron abrir sus corazones y mentes, ahora, en el Sutra del Nirvana, el Buda revela la existencia del Verdadero Ser, que es uno con el Buda Eterno y refleja la total interconexión de todos los seres y fenómenos en el Cosmos.
Ahora que hemos recibido esta revelación, no podemos aferrarnos - como los seres se aferraban anteriormente a sus concepciones erróneas - a doctrinas primitivas budistas, que presentan verdades perciales e imperfectas como el No-Ser (Antaman), sino que debemos de mirar en nuestro interior, por medio de la meditación, comulgar con nuestra Verdadera Naturaleza, y descubrir nuestro Verdadero Ser, nuestra Naturaleza Búdica.
El Sutra del Tathagatagarbha presenta la Naturaleza Búdica (Tathagatagarbha) como un Homúnculo Búdico, un Buda totalmente dotado de sabiduría, inmaculado, sentado majestuosamente en la postura del loto dentro del corazón de cada ser, claramente visible solo para un Buda perfecto con su visión sobrenatural. Otros dos Sutras importantes que preceden parcialmente la doctrina del Tathagatagarbha, el Sutra de Lankavatara y el Sutra del Rugir de León de la Reina de Srimala, presentan el Tathagatagarbha como una enseñanza completamente consistente e idéntica a la Vacuidad y sintetiza el Tathagatagarbha con el Sunyata de los Sutras Prajnaparamita o de Perfección de la Sabiduría. Igualmente, estos Sutras identifican la Naturaleza Búdica con el Alayavijnana, la Consciencia Alaya, como la conciencia del almacén u octava conciencia. Entonces, el proceso del Despertar comienza con la luz de la mente girando dentro de la octava conciencia, de modo que el la consciencia Alaya, también conocido como Tathagatagarbha, se transforma en la "Sabiduría del Espejo Brillante". Cuando esta transformación activa se completa, las otras siete conciencias también se transforman. La séptima conciencia de la discriminación engañosa (Manas o el "Ego") se transforma en la "Sabiduría de la Igualdad". La sexta conciencia del sentido del pensamiento se transforma en la "Sabiduría Profunda de Observación", y las primeras cinco conciencias de los cinco sentidos sensoriales se transforman en la "Sabiduría Omnipresente". Sin embargo, no es suficiente simplemente entender intelectualmente la Naturaleza Búdica. Más bien, debe experimentarse directamente, idealmente, por medio de la meditación.
Por otro lado, en el Sutra del Nirvana, la Naturaleza Búdica es presentada de una manera más abstracta, menos personalista, como la Esencia trascendental inherente e inmortal y que reside en un estado oculto (oculto por nuestros deseos, pasiones y mal karma) en cada ser sintiente - nuestro Verdadero Ser. De esta forma, el Buda nos revela ahora esta enseñanza como un antídoto contra una comprensión falsa y nihilista de la Vacuidad (Sunyata), en la que incluso el Nirvana y el Buda se consideraban erróneamente como ilusorios e irreales. No obstante, muchas personas aun lo perciben así. Es por eso que el Buda explica cómo él solo da sus enseñanzas secretas sobre la Naturaleza Búdica y el Verdadero Ser cuando sus discípulos ya no son como "niños pequeños" de capacidad limitada y de poder de asimilación insignificante, sino que han "crecido" y ya no pueden satisfechos con el sencillo alimento espiritual que habían recibido inicialmente. Mientras sus discípulos aún eran inmaduros, solo podían "digerir" el alimento espiritual simple y básico del "sufrimiento, la impermanencia y el no-ser", mientras que una vez que alcanzan la edad adulta espiritual requieren más nutrición espiritual y ahora están listos para asimilar las enseñanzas culminantes donde se presenta la Verdad en su totalidad.
Así que, no importa qué hayamos hecho, ni cual sea nuestro pasado o nuestro mal karma, nuestro Verdadero Ser es puro, inmaculado, perfecto y brillante, y nada puede disminuirlo o taparlo completamente.
"La Naturaleza Búdica es fuerte y vigorosa. Es imposible de destruir. Por lo tanto, no hay nada que pueda matarla. Si hubiera algo que realmente pudiera matarla, la Naturaleza Búdica moriría. Pero nada puede jamás destruir tal Naturaleza del Buda. Nada de esta naturaleza puede ser cortado. La naturaleza del Ser no es otra cosa que el depósito oculto del Tathagata. Tal depósito nunca puede ser destruido, incendiado o eliminado. Aunque es no es posible destruirlo o verlo, uno puede conocerlo cuando alcanza la Iluminación insuperable. Por lo tanto, no hay nada que pueda matarlo."
La Naturaleza Búdica existe de dos formas: (1) como potencial no manifestado, existente desde el principio del tiempo y en el corazón de todos los seres; y (2) como potencial desarrollado, manifestado gracias a el Dharma y las prácticas budistas, como la Meditación, el Nembutsu, los Preceptos y los Paramitas, etc. Pero el primer paso es desarrollar el Bodhicitta, el Deseo de Alcanzar el Despertar por el Bien de Todos los Seres Sintientes, y tomar Refugio en los Tres Tesoros, que como vimos, no son como los presenta el Budismo tradicional, sino en los Tres Tesoros Eternos del Buda Eterno (el Alma del Universo y nuestra Naturaleza Búdica), el Dharma Eterno (las Leyes Cósmicas y la Energía de Vida que anima a todo y busca el Despertar), y la Sangha Eterna (la comunidad de personas comprometidas con el Despertar y la salvación de todos los seres sintientes). El mismo Buda nos lo recuerda cuando dice:
"¡Oh, buen hombre! No veas los Tres Tesoros como lo hacen todos los Shravakas y los mortales comunes. En este Mahayana, no hay distinción entre los Tres Tesoros. ¿Por qué no? La Naturaleza Búdica contiene dentro de ella el Dharma y la Sangha. Para enseñar a los Shravakas y al común de los mortales, se recurre a la discriminación y se habla de los tres diferentes aspectos con respecto a los Tres Tesoros. Siguiendo el camino del mundo, se habla de la distinción con respecto a los Tres Tesoros. ¡Oh buen hombre! El Bodhisattva pensará: 'Este yo ahora se refugia en el Buda. Si este yo alcanza la Iluminación y la Budeidad, no mostraré respeto, adoración ni haré ofrendas a todos los Budas. ¿Por qué no? Porque todos los Budas son todos iguales. Todos ellos son refugio de todos los seres. Si uno desea respetar el Cuerpo del Dharma y las sharira (reliquias), también debe respetar las estupas de todos los Budas. ¿Por qué? Para guiar a todos los seres. También hace que los seres conciban en mí un pensamiento de estupa, para hacerlos adorar y hacer ofrendas. Tales seres hacen de mi Cuerpo del Dharma el lugar donde se refugian. Todos los seres se basan en lo que no es verdadero y lo que es falso. Ahora, paso a paso, revelaré el verdadero Dharma. Si hay personas que se refugian en monjes que no son del calibre adecuado, me convertiré en el verdadero refugio para ellos. Si hay quienes ven los Tres Refugios como distintos, me convertiré en un solo lugar donde puedan refugiarse. Así que no puede haber ninguna distinción entre los Tres Refugios. Para un ciego de nacimiento, seré sus ojos, y para los Shravakas y Pratyekabuddhas seré el verdadero refugio'. ¡Oh, buen hombre! Tales Bodhisattvas promulgan las obras del Buda por el bien de innumerables seres malvados y toda la gente sabia. ¡Oh, buen hombre! Hay, como ejemplo, una persona aquí que va al campo de batalla y piensa: 'Yo soy el primero de todos, el primero de todos estos. Todos los soldados dependen de mí'. Además, es como el príncipe que piensa: 'Conquistaré a todos los demás príncipes, sucederé en las obras de un gran emperador, ganaré un poder sin restricciones y haré que todos los demás príncipes me rindan homenaje. Por lo tanto, no permitas que entretenga un ápice de pensamiento de auto-entrega'. Al igual que con el príncipe del rey, también con el ministro. ¡Oh, buen hombre! El caso es el mismo con el Bodhisattva-Mahasattva, y él piensa: '¿Cómo se vuelven los tres uno conmigo?' ¡Oh, buen hombre! Hago (en mi enseñanza) que las tres cosas son Nirvana. El Tathagata es el insuperable. Por ejemplo, la cabeza es la parte más alta del cuerpo de un hombre, no las otras extremidades o las manos y piernas. Lo mismo ocurre con el Buda. Es el más respetado, no el Dharma o la Sangha. Para enseñar al mundo, se manifiesta de manera diversa. Es como subir una escalera. Siendo este el caso, no consideres los tres refugios como diferentes, como lo hacen los mortales comunes y los ignorantes. Permanece en el Mahayana con tanta valentía y decisión como una espada afilada".
El verdadero Refugio es el Buda Eterno, pues el Buda Eterno contiene dentro de sí mismo los Tres Refugios, así como posee los Tres Cuerpos.
El Dharmakaya, el Cuerpo del Dharma, es eterno, puro, único; es el universo mismo y todo lo que está en el; es la esencia de la vida, la Verdad misma. Lo posee todo y no carece nada. El Dharmakaya trasciende toda concepción humana. Se considera que es la Sustancia de la sabiduría misma, y, como sustancia no tiene color ni forma ni va o viene de alguna parte, por lo que se encuentra en todas partes, es en sí un aspecto no originado e inextinguible, es decir sin principio ni fin, que se encuentra en todas partes, en todo momento y en todo lugar y se accede a él mediante la investigación de nuestro propio ser. Este estado es inmutable ya que es absoluto y no tiene límites creados por el tiempo o el espacio, es un algo que no se puede definir ya que no existe forma de definir algo que no tiene principio ni fin, y la única conceptualización posible se asocia con la pureza primordial. La esencia de Buda lo llena todo y existe eternamente por encima del concepto humano o de las dudas acerca de Buda ya que es sustrato de todo fenómeno manifiesto y de todo ser sintiente siendo al mismo tiempo todo cuanto existe y nada a la vez. Este cuerpo es representado por el Buda Eterno, representado por el Buda Mahavairocana (Dainichi Nyorai).
Este es el Buda Eterno, la Realidad (Tathata) de la cual emanan todos los Budas (Tathagatas), y de la cual emana todo en el Cosmos. Ahora, existen dos tipos de Dharmakaya: el Dharmakaya de la Talidad (Sabiduría), el Buda Eterno impersonal, la Unidad; más allá del tiempo y la forma; la realidad trascendente; la Luz, personificado como el Buda Mahavairocana; y el Dharmakaya de Actividad Hábil (Compasiva), la cual asume forma y personalidad para revelarse a los seres sintientes; la realidad inmanente; la Vida, personificado como el Buda Amida. Ambos son dos caras de la misma moneda. Aunque son dos realidades inseparables, trascendentes, fuera del tiempo y el espacio, el Dharmakaya de Actividad Hábil, se manifiesta en movimiento y entra en la forma y el tiempo como una presencia que lo permea todo para revelarse a los seres sintientes. La habilidad de llevar a los seres a la Budeidad, a la Unidad, surge del fundamento del Buda Amida en la Talidad o el Nirvana, pero la liberación de todos los seres requiere la capacidad de volverse activo en la vida de los seres sintientes.
El Sambhogakaya es la Naturaleza del Buda que emerge del Dharmakaya, dado a su compasión y sabiduría, como un espíritu sin forma que se manifiesta con formas y símbolos como el nacimiento y la muerte, hace votos, entrena y revela su nombre para llevar a todos los seres al Despertar. Es el cuerpo o emanación compasiva del Buda para aparecerse ante los seres en el espacio y el tiempo. La compasión es la Esencia de su cuerpo y el espíritu del Buda busca innumerables formas, medios hábiles y vehículos para instruír a los seres y llevarlos a la emancipación. Como un fuego que una vez encendido no muere hasta su alimento se acaba, la compasión del Buda no cesará hasta que las pasiones se hallan conquistado. Este cuerpo es representado por el Buda Amida en su Tierra Pura o el Buda de la Medicina (Yakushi Nyorai).
El Nirmanakaya es el cuerpo que el Buda usa para bajar a los mundos y predicar el Dharma a todos los seres. Es la potencialidad encarnada. El Buda Shakyamuni es el Nirmanakaya del Universo, quien nos dejó 84,000 enseñanzas para llevarnos al Despertar. De todas estas, el Sutra del Loto es suprema, pues en este Sutra el Buda nos muestra que aunque sus enseñanzas parezcan muchas, su esencia es una - el que todos los seres alcancen el Despertar y se conviertan en Budas.
Dado a que todos somos emanaciones del Dharmakaya, todos poseemos la Naturaleza Búdica, la capacidad de alcanzar el Despertar y convertirnos en Budas. ¿Dónde puede florecer nuestra Naturaleza Búdica Innata? Solo en el Nirmanakaya, el "Cuerpo Encarnado". El Nirmanakaya es el mundo fenomenal: nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras circunstancias y todo lo que nos rodea. En este aspecto, el universo es una gran matriz (Garbha) que produce a los Budas (Tathagata) y a todos los seres sintientes y se encuentra en vias de Iluminación. Entonces, la Naturaleza Búdica, el Sambhogakaya, es el Espíritu Santo del Buda dentro de todos y cada uno de nosotros, la cual nos anima y nos mueve a alcanzar el Despertar. Es la Naturaleza Búdica (nuestro espíritu iluminado) el Verdadero Atman, el Verdadero Ser, que se manifiesta en el universo dual fenomenal para alcanzar la Iluminación y hacer del mismo una Tierra Pura.
Muchos de nosotros podemos estarnos preguntando: ¿Cómo es posible esto, si soy un ser tonto, lleno de deseos y pasiones ciegas, que solo vela por sus intereses? Esto es cierto en la Realidad Convencional del mundo dual del Samsara, pero en la Realidad Absoluta, incluso esos deseos, pasiones y mal karma son una manifestación de la Unidad Fundamental.
El Gran Maestro Chih-i equiparó la Naturaleza Búdica (Tathagatagarbha) con la Vacuidad (Sunyata), describiendo la Naturaleza Búdica como abarcadora, inmanente y trascendente, pero funcional, que aunque permanente y eterna, es dinámica, pues se vierte dentro del mundo fenomenal para ayudar a todos los seres sintientes a Despertar. Por ello, es una manifestación del Camino Medio. Es por ello que Chhi-i nos dice que el Samsara es idéntico al Nirvana, y que los Deseos son la Iluminación. Esto no significa que no necesitemos la práctica. Como hemos mencionado, si bien somos estamos Iluminados Originalmente, lo estamos en potencial, pero debemos manifestarlo. Esto solo es posible a través de la práctica. Esto es la doctrina Tendai de la Iluminación Original.
La doctrina Tendai de la Iluminación Original (Hongaku) contrasta con la "Iluminación Adquirida" (Shikaku), la visión de que la Iluminación se produce como resultado de llevar a cabo la práctica budista, disipar las ilusiones y desarrollar la sabiduría. Este es el punto de vista del a mayoría de las escuelas budistas en el mundo. En la escuela Tendai, la doctrina de la Iluminación Original, con sus bases en el Sutra del Loto y del Nirvana - las Enseñanzas Perfectas y Completas - nos dice que las personas comunes ya son Budas incluso antes de dedicarse a la práctica budista, y que el mundo tal como es es igual al mundo de la Iluminación. Esta doctrina es profundamente positiva, pues muestra el lado comprometido del Budismo al abrazar el mundo, no negarlo, y nos dice que, si bien poseemos deseos y pasiones, podemos transformar los mismos - los deseos y sufrimientos terrenales pueden transformarse en beneficio e Iluminación en virtud del poder del Dharma.
El Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana nos enseñan que, al descubrir nuestra Naturaleza Búdica, uno puede alcanzar el estado del Nirvana en su forma actual como una persona ordinaria que posee deseos terrenales y sufre los sufrimientos del nacimiento y la muerte. Esto ilustra el principio de que los sufrimientos del nacimiento y la muerte no son otros que el Nirvana. Desde el punto de vista del Verdadero Budismo, el nacimiento y la muerte son dos fases integrales de la Vida Eterna. El Nirvana, por lo tanto, no es el cese del nacimiento y la muerte del Samsara, sino un estado de Iluminación que se experimenta cuando uno repite el ciclo de nacimiento y muerte del Samsara. Los sufrimientos del nacimiento y la muerte y el Nirvana, o la Iluminación, son inseparables. No es necesario extinguir uno para alcanzar el otro. Esto es a lo que se refiere Chih-i cuando dice que estos sufrimientos pertenecen a los nueve mundos (Infiernos, Hambruna, Animalidad, Asuras, Humanidad, Cielos, Shravakas, Pratyekabuddhas y Bodhisattvas), y el Nirvana, al mundo de la Budeidad. Dado a que los nueve mundos y el mundo de la Budeidad se incluyen mutuamente, cada mundo puede manifestar los otros nueve, es por ello que podemos manifestar la Budeidad mientras estamos en el mundo de la Humanidad. Al manifestar el estado de Budeidad en el Samsara, uno disfruta del Nirvana mientras repite el ciclo de nacimiento y muerte.
Si estamos leyendo estas líneas, debes estar seguro que has generado el mérito y la virtud necesaria para encontrar estas enseñanzas, pero más que ello, es un regalo del Buda Eterno para ti en este momento. Siendo la Realidad Absoluta (Dharmadhathu) algo eterno pero dinámico, en última instancia, es el trabajo incansable de ese mismo dinamismo lo que nos ayudó, vida tras vida, a preprararnos para esta enseñanza y descubrir este camino.
La Naturaleza Búdica es la quintaesencia última, pura, inasible, inconcebible, irreductible, inatacable, ilimitada, verdadera e inmortal de la Realidad emancipadora del Buda, el núcleo mismo de su naturaleza sublime (Dharmakaya). Por lo tanto, es el Verdadero Ser interior y oculto (Atman), intocado por toda impureza y ego codicioso de nuestro ser falso y finito. Debido a su ocultación, es extremadamente difícil de percibir. Por eso el Dharmadhathu produce a los Budas.
El Buda Eterno (Dharmakaya), entonces, es la personificación misma del Cosmos, quien por amor y compasión a sus criaturas, aparece en los mundos duales para revelar su Dharma Eterno (Sambhogakaya), salvarnos del sufrimiento y revelarnos la Unidad Fundamental, y ayudarnos a revelar la Verdadera Naturaleza del mundo (Nirmanakaya), la Tierra Pura, y hacerla una realidad en nuestras vidas, manifestando la Sangha Eterna. Es por ello que el Buda Eterno, el Dharmakaya, es el Verdadero Refugio, pues contiene los Tres Refugios.
"El Bodhisattva Kashyapa le dijo al Buda: 'Pregunto sobre lo que sé, no sobre lo que no sé. Pregunto sobre acciones puras e inmaculadas por el bien de los Bodhisattvas enormemente valientes, para que el Tathagata, por el bien de los Bodhisattvas, proclame lo que es maravilloso y lo exponga, y así (los Bodhisattvas) desearán alabar los Sutras Mahayana. El Tathagata, el Compasivo, ahora habla. Yo también moraré pacíficamente en ello. Las acciones puras del Bodhisattva están bien proclamadas en el Sutra del Nirvana. ¡Oh, Honrado por el Mundo! Ahora, por el bien de todos los seres, difundiré la tesorería no revelada del Tathagata. Además, ahora daré fe y conoceré los Tres Refugios. Si cualquier ser cree firmemente en la enseñanza del Sutra del Nirvana, ese ser alcanzará los Tres Refugios de manera natural y clara.'"
Ahora que hemos recibido esta maravilla enseñanza, debemos de aceptarla con fe hasta que su veracidad sea manifiesta en nuestras vidas. Debemos recordar que estas enseñanzas del Sutra del Nirvana, al igual que las del Sutra del Loto y el Sutra Avatamsaka, - la "Tesorería no revelada del Tathagata" - fueron predicadas para seres de capacidad superior que estaban preparados para recibirlas en su forma completa y perfecta, y que no las podremos comprobar inmediatamente. Pero si tenemos fe, la fe nos puede llevar muy lejos, y algún día, gracias a la Gracia del Buda y a nuestra práctica dedicada, podremo revelar nuestra Naturaleza Búdica y hacerla brillar, manifestandose en todos los aspectos de nuestras vidas, revelando nuestra Budeidad Innata, alcanzando el estado de Hijos del Buda, y podremos superar y trascender todas nuestras viscicitudes y salir victoriosos en esta vida. Pero debemos recordar que nuestra Naturaleza Búdica es algo que descubrimos a medida que caminamos el Camino del Bodhisattva, siempre siguiendo nuestra meta principal de alcanzar el Despetar, mientras trabajamos incansablemente por salvar a todos los seres sintientes.
"Entonces el Buda elogió al Bodhisattva Kashyapa: '¡Bien dicho, bien dicho, oh buen hombre! Has logrado la más profunda y aguda de las Sabidurías'."
El Budismo es una religión llena de optimismo, y la misma contiene, como hemos visto, todo lo necesario para nuestras vidas. Somos seres que vivimos en una encrucijada, entre la Iluminación y la Ignorancia, entre ser Budas y ser seres sintientes ignorantes, llenos de pasiones y deseos, y como tal, debemos de trabajar diligentemente por descubrir, manifestar y hacer brillar nuestra Naturaleza Búdica en nuestras vidas, y ayudar a los demás seres sintientes, pues solo así las sublimes verdades contenidas en este Sutra pueden llegarse a concretizar.