En el 822, la corte imperial le otorgó a la escuela Tendai el permiso para establecer su propia plataforma de ordenación y controlar sus procedimientos de ordenación, basándose en los Preceptos Bodhisattvas del Sutra de la Red de Brahma y en el Sutra del Loto, en lugar de los Preceptos Vinaya utilizados por todas las sectas budistas japonesas. El autor de esta propuesta, Saicho (Dengyo Daishi 767-822) murió una semana antes de que su propuesta fuera aprobada por la corte.
Los Preceptos Bodhisattvas, según se desprende de la propuesta de Saicho, podían ser conferidos tanto a monjes como a laicos. Estos Preceptos se basan en los Tres Preceptos Puros: Evita el mal; haz el bien; beneficia a todos los seres. Cuando se confieren a las personas laicas, se le llaman los "Preceptos de Evitar el Mal"; cuando se le confieren a los novicios, se les llama los "Preceptos de Hacer el Bien"; y cuando se le confieren a los sacerdotes ordenados, se les llama los "Preceptos de Beneficiar Todos los Seres". Estos son llamados las "Tres Colecciones de Preceptos". Según el Sutra de la Red de Brahma, los Preceptos pueden ser conferidos a todo el mundo, desde reyes hasta animales, y que todos los que los reciben se elevan al rango de Budas. Pero los preceptos han variado en el Monte Hiei desde su incepción. Sólo los hombres ordenados podían recibir todos los preceptos, ya que se prohibía la entrada a las mujeres al complejo de Hiei. Igualmente, el significado de los preceptos variaba de acuerdo con el rango del ordenado dentro de Hiei. Posteriormente, se le confirieron los Preceptos completos a las mujeres ordenadas equitativamente.
Es gracias a Saicho el que hoy día, todas las escuelas de Budismo japonés se basan en los 10 Preceptos como plataforma de ordenación. Saicho creía que los preceptos debían de adaptarse a las circusntancias, personas, tiempo y lugar. Esto ha sido desde siempre una característica fundamental del Budismo en general. Luego de la muerte de Saicho, surgieron muchas disputas sobre si se debían de complementar los Preceptos Bodhisattvas o si se debía de reinstituír el Vinaya, pero todas estas cuestiones fracasan ante el deseo de mantener la esencia y la visión del fundador.
Es gracias a Saicho el que hoy día, todas las escuelas de Budismo japonés se basan en los 10 Preceptos como plataforma de ordenación. Saicho creía que los preceptos debían de adaptarse a las circusntancias, personas, tiempo y lugar. Esto ha sido desde siempre una característica fundamental del Budismo en general. Luego de la muerte de Saicho, surgieron muchas disputas sobre si se debían de complementar los Preceptos Bodhisattvas o si se debía de reinstituír el Vinaya, pero todas estas cuestiones fracasan ante el deseo de mantener la esencia y la visión del fundador.
En el Budismo Tendai, cuando una persona toma el Refugio, se le confieren los 5 Preceptos laicos. Cuando una persona se ordena como novicia, recibe los 10 Preceptos. Y cuando un novicio se sordena como sacerdote, recibe los 52 Preceptos Bodhisattvas. Tanto el novicio como el sacerdote deben de pasar 21 días en confesión frente a los Budas y Bodhisattvas, además de realizar 300 postraciones y otras acciones de purificación para recibir los Preceptos.
La Fe es un requisito esencial al recibir los Preceptos. Hay que tener fe en: (I) la ley de causa y efecto, el camino budista, y en la eficacia de los Preceptos; (II) en que la mente de uno mismo y todos los seres contiene la naturaleza Búdica, creer que las buenas acciones producen buenos resultados, que estos resultados son eternos, jubilosos, puros y verdaderos.
Dado a que el Budismo no es una religión étnica, nadie nace siendo budista. Uno se convierte en un budista cuando acepta los Tres Tesoros: el Buda, el Dharma y el Sangha; y recibir los Preceptos como guías éticas para el diario vivir. Los Preceptos Bodhisattvas difieren del Vinaya grandemente, ya que se basan en la naturaleza búdica inherente en todos los seres. Cuando despertamos a la realidad de que todo esta interconectado con todo, como joyas en la Red de Brahma, vemos que existimos gracias a la gracia de muchos otros seres. Sólo podemos existir en relación con todo lo demás. Esta realidad es la fuente de los preceptos.