Hoy, comenzamos un nuevo ciclo de lecturas para el beneficio de toda nuestra comunidad hispana. El texto central del mismo en este momento es el Sutra de Vimalakirti (Yuimakyo), donde se expone el ideal laico del practicante budista en medio de la sociedad. Este es un Sutra hermoso y sumamente importante, sobre todo en nuestros días, donde muchas veces no encontramos cómo podemos aplicar el Dharma efectivamente en nuestras vidas y en nuestro trato diario con la sociedad.
El Sutra de Vimalakirti posee tres enseñanzas importantes: (1) Todos los seres pueden practicar el Budismo en medio de la sociedad y de sus vidas mundanas. No es necesario abandonar el mundo y buscar la paz y la soledad, sino que el Budismo realmente fue revelado para nuestra práctica en comunidad y en sociedad. (2) Todos los seres pueden alcanzar el Despertar. No es necesario estar ordenado para ser un buen practicante budista. (3) Todos estamos intrínsecamente interconectados, y somos parte de una Unidad Fundamental. Esta es la no-dualidad absoluta, y podemos accesar esta Unidad y ser transformados por ella por medio de nuestra práctica budista.
En esta serie, presentaremos extractos del Sutra de Vimalakirti con una breve exégesis o comentario, basado en las Enseñanzas Perfectas y Completas del Sutra del Loto y la escuela Tendai, con énfasis en cómo el mismo ilumina nuestra práctica y nuestras vidas. Espero que el mismo sea para el beneficio de toda la comunidad budista hispana y de todos los seres sintientes.
Capítulo 1 - Purificando las Tierras Búdicas
El Sutra de Vimalakirti fue un sermón predicado por el Buda Shakyamuni donde presenta las más altas enseñanzas del periodo Mahayana, como la no-dualidad o la Vacuidad, el rol del Bodhisattva, y la capacidad de todos los seres de alcanzar el Despertar. Pero mucho más que eso, en muchos sentidos, el Sutra de Vimalakirti es un Sutra Tierra Pura, pues en el mismo se revela la naturaleza de las Tierras Puras y la Verdadera Naturaleza de la Realidad. De hecho, el Sutra afirma que este mundo en el cual vivimos es, de hecho, una Tierra Pura, la Tierra Pura de la Luz Serena del Buda Shakyamuni, pero nosotros no lo vemos dado a nuestros deseos, pasioes y obstrucciones kármicas. Cuando purificamos nuestras mentes, vemos el mundo purificado como una Tierra Pura. Esto es lo que debemos de tener en mente mientras leamos y estudiemos el Sutra.
"Así he oído. Una vez el Buda residía en el jardín de Amrapali, en la ciudad de Vaisali, a la que asistió una gran reunión. Habían ocho mil bhikshus, todos santos. Estaban libres de impurezas y aflicciones, y todos habían alcanzado el dominio de sí mismos. Sus mentes fueron enteramente liberadas por el conocimiento perfecto. Eran tranquilos y dignos, como los elefantes reales. Habían cumplido su trabajo, hecho lo que tenían que hacer, deshaciéndose de sus cargas, logrando sus objetivos y destruyendo totalmente los lazos de la existencia. Todos ellos habían alcanzado la máxima perfección de cada forma de control mental.
"Habían treinta y dos mil Bodhisattvas, grandes héroes espirituales que fueron aclamados universalmente. Fueron dedicados a través de la actividad penetrante de sus grandes superconocimientos y fueron sostenidos por la gracia de Buda. Guardianes de la ciudad de Dharma, defendieron la verdadera doctrina y sus grandes enseñanzas resonaron como el rugido del león en las diez direcciones."
El Sutra de Vimalakirti comienza con la frase canónica, "Así he oído". Esto significa que lo que comenzaremos a leer fue un sermón daod por el Buda mientras vivía físicamente en el mundo, y que le mismo fue recordado y recitado por su primo y discípulo más cercano, Ananda, tras el Parinirvana del Buda en el Primer Concilio Budista, y que desde entonces, fue pasado oralmente por siglos hasta que fue compuesto en el Sutra que hoy tenemos. Este sermón fue dado por el Buda mientras se encontraba en el jardín de Amrapali, en la ciudad de Vaisali, al Norte de la India. En ese momento, se encontraban alrededor de él miles de discípulos, todos Arhats o discípulos avanzados, y junto con ellos, se encontraban miles de Bodhisattvas, seres trascendentes que posponen su Despertar de la Budeidad por el bien de la salvación de todos los seres sintientes. Como veremos, este Sutra fue predicado para terminar de convertir a los discípulos Arhats - Hinayana - al Gran Vehículo del Mahayana del Bodhisattva. Solo los Bodhisattvas son los verdaderos Guardianes del Dharma y poseen la Verdadera Doctrina. El Budismo Primitivo predicado por el Buda antes del Mahayana fue solo un medio hábil para poder preparar las mentes y corazones de los seres para recibir las enseñanzas Mahayana. Sin embargo, muchos creyentes aun se aferraban a las enseñanzas primitivas y expedientes. Por eso el Sutra dice que estos discípulos habían alcanzado y logrado lo que debían alcanzar; ya habían completado ese escalón del Arhat y ahora debían continuar su camino por escalón del Bodhisattva. Es por eso que el Buda ahora les hablará sobre la superioridad del Mahayana. Ahora, el Sutra describe las virtudes de los Bodhisattvas.
"Sin tener que preguntar, eran los benefactores espirituales naturales de todos los seres vivos. Mantuvieron ininterrumpida la sucesión de las Tres Joyas, conquistando demonios y enemigos y abrumando a todos los críticos. Su atención plena, inteligencia, realización, meditación, encantamiento y elocuencia fueron perfeccionados. Habían alcanzado la tolerancia intuitiva de la incomprensibilidad última de todas las cosas. Giraron la Rueda irreversible del Dharma. Fueron estampados con la insignia de la falta de firma. Eran expertos en conocer las facultades espirituales de todos los seres vivos. Fueron valientes con la confianza que sobrepasa todas las asambleas. Habían reunido las grandes reservas de mérito y de sabiduría, y sus cuerpos, hermosos sin ornamentos, estaban adornados con todos los signos y marcas auspiciosos. Fueron exaltados en fama y gloria, como la elevada cima del Monte Sumeru. Su gran resolución, tan dura como el diamante, inquebrantable en su fe en el Buda, el Dharma y la Sangha, derramaron la lluvia de ambrosía que se libera por los rayos de luz de la joya del Dharma, que brilla en todas partes.
"Sus voces eran perfectas en dicción y resonancia, y versátiles en hablar todos los idiomas. Habían penetrado en el profundo principio de la relatividad y habían destruido la persistencia de los hábitos mentales instintivos subyacentes a todas las convicciones relativas a la finitud y la infinitud. Hablaban sin temor, como leones, sonando el trueno de la magnífica enseñanza. Sin igual, superaron toda medida. Eran los mejores capitanes para el viaje de descubrimiento de los tesoros del Dharma, las reservas de mérito y sabiduría."
Estos Bodhisattvas encarnaban lo que era verdaderamente el Dharma del Buda en todas sus formas. Eran ejemplos vivos del trabajo del Buda Eterno en el Cosmos. Poseían todos los poderes sobrenaturales necesarios para poder usar los medios hábiles y predicarles el Dharma y salvar a todos los seres sintientes en el mundo. Podían hablar todos los idiomas, lo que significa que podían predicar el Dharma sin hablar del Dharma. Podían llevar a los seres a la salvación sin llevarlos a la salvación. Podían transformar sus mentes y corazones y alejarlos del camino del mal, dirigrilos en el camino del bien, y poco a poco, transformaban el mundo. Este es el poder del camino budista.
"Habían cruzado el aterrador abismo de las malas migraciones y, sin embargo, asumieron la reencarnación voluntariamente en todas las migraciones para disciplinar a los seres vivos. Los grandes reyes de la medicina, entendiendo todas las enfermedades de las pasiones, podrían aplicar la medicina del Dharma de manera apropiada."
Estos Bodhisattvas eran discípulos avanzados del Buda, quienes decidieron renacer voluntariamente en los mundos bajos como el nuestro para poder encender la llama del Dharma y salvar a todos los seres de los malos caminos del Samsara, pues en última instancia, este es el verdadero rol y destino de todos los seres, pues el Nirvana no es un destino final, como el Buda lo predicó expedientemente antes de su revelación final de su Dharma Eterno en el Sutra del Loto, sino que es un estado de vida y del alma que podemos experimentar en cada vida, en cada momento, cuando nos permitimos iluminar por la Gracia del Buda y sostenemos la Verdadera Naturaleza de la Realidad frente a nosotros, en nuestras mentes y corazones, en todo momento.
"Eran minas inagotables de virtudes ilimitadas, y glorificaron innumerables Tieras Puras del Buda con el esplendor de estas virtudes. Confieren gran beneficio cuando se ven, escuchan o incluso se acercan. Si uno fuera a exaltarlos por innumerables cientos de miles de miles de eones, uno todavía no podía agotar su poderoso diluvio de virtudes."
El mensaje principal de este capítulo es que, cuando nos transformamos a nosotros mismos - interiormente - causalmente, transformamos el mundo.
Ahora, el Buda no solo estaba rodeado en la asamblea por discípulos y Bodhisattvas, sino que se encontraban en ese momento muchos otros seres celestiales, que acompañaban al Buda en todo momento para poder beneficiarse iguamente de su Dharma.
"El Buda, rodeado así y venerado por estas multitudes de cientos de miles de seres vivos, se sentó en un majestuoso trono de león y comenzó a enseñar el Dharma. Dominando a todas las multitudes, al igual que Sumeru, el rey de las montañas, se alza sobre los océanos, el Buda brillaba, irradiaba e iluminaba todo mientras se sentaba en su magnífico trono de león."
Entonces, en ese momento, un Bodhisattva llamado Ratnakara, con quinientos jóvenes, cada uno con un parasol precioso hecho de siete tipos diferentes de joyas, se acercó al Buda, se inclinó a sus pies, y le presentó las mismas como ofrandas al Buda. Tan pronto como todos estos preciosos parasoles fueron colocados, de repente, por el poder milagroso del Buda, se transformaron en un solo dosel precioso tan grande que cubrió toda esta galaxia. Dentro del mismo, entonces, se pudo ver todo el Cosmos. En cada universo del gran Reino Dhármico, se podían ver a diferentes Budas predicando el Dharma y transformando a incontables seres sintientes. Todos en la asamblea se quedaron maravillados antes este milagro, y no pudieron contener su asombro, tanto que salieron lágrimas de alegría y piedad de sus ojos. Entonces, el Bodhisattva Ratnakara se postró nuevamente frente al Buda, juntó sus manos, y mirando al Bendito, recitó esta alabanza:
"Puros son tus ojos, amplios y hermosos, como los pétalos de un loto azul.Puro es tu pensamiento, habiendo descubierto la suprema trascendencia de todos los Samadhis.
Inmensurable es el océano de tus virtudes, la acumulación de tus buenas obras.
Afirmas el camino de la paz.
¡Oh, gran asceta, reverencia a ti!"
Los campos magníficos y radiantes de los Sugatas aparecen ante nosotros,
Y tus extensas enseñanzas espirituales, conducen a la inmortalidad,
Haciéndose escuchar en todo el alcance del espacio."
Y así otorgas los tesoros del Dharma a todos los seres vivos.
Experto en el análisis profundo de las cosas, enseñas su significado último.
Soberano Señor del Dharma, reverencia a ti."
"Todas estas cosas surgen dependientemente, de causas,
Sin embargo, no son ni existentes ni inexistentes.
En esto no hay ser, ni experimentador, ni hacedor,
Sin embargo, ninguna acción, buena o mala, pierde sus efectos.
Tal es tu enseñanza."
"Oh Sakyamuni, conquistando la poderosa hueste de Mara,
Encontraste la paz, la inmortalidad y la felicidad de esa Iluminación Suprema,
Lo cual no es realizado por ninguno entre los heterodoxos,
Aunque detienen sus sentimientos, pensamientos y procesos mentales."
"Oh maravilloso rey del Dharma,
Giraste la rueda del Dharma ante los hombres y los dioses,
Su pureza de naturaleza, y su paz extrema;
Y así se revelaron las Tres Joyas."
"Aquellos que están bien disciplinados por su precioso Dharma
Están libres de imaginaciones vanas y siempre profundamente pacíficas.
Doctor supremo, usted pone fin al nacimiento, a la descomposición, a la enfermedad y a la muerte.
¡Inconmensurable océano de virtud, reverencia a ti!"
"Al igual que en el monte Sumeru, no te conmueven ni el honor ni el desprecio.
Amas a los seres morales y los seres inmorales por igual.
Preparada en ecuanimidad, tu mente es como el cielo.
¿Quién no honraría una joya tan preciosa de un ser?"
"Gran sabio, en todas estas multitudes reunidas aquí,
Que miran su rostro con corazones sinceros de fe.
Cada ser contempla al vencedor, justo antes de él.
Esta es una cualidad especial de Buda."
"Aunque el Buda habla con una sola voz,
Los presentes perciben esa misma voz de maneras diferentes,
Y cada uno entiende en su propio idioma según sus propias necesidades.
Esta es una cualidad especial del Buda."
"Del acto del líder de hablar en una sola voz,
Algunos simplemente desarrollan un instinto para la enseñanza, otros obtienen realización,
Algunos encuentran la pacificación de todas sus dudas.
Esta es una cualidad especial del Buda.
"¡Obediencia a ustedes que mandan la fuerza del liderazgo y los diez poderes!
¡Obediencia a ustedes que son intrépidos, sin saber miedo!
¡Obediencia a ti, líder de todos los seres vivos!
¡Quien manifiesta plenamente las cualidades especiales!
¡Obediencia a ustedes que han cortado la atadura de todos los enemigos!
¡Obediencia a ustedes que, habiendo ido más allá, se mantienen firmes!
¡Obediencia a ustedes que salvan a los seres que sufren!
¡Obediencia a ustedes que no se quedan en las migraciones!
"Te asocias con seres vivos frecuentando sus migraciones.
Sin embargo, tu mente está liberada de todas las migraciones.
Así como el loto, nacido del lodo, no está contaminado por ello,
Así el loto del Buda preserva la realización de la vacuidad.
"Usted anula todos los signos en todas las cosas en todas partes.
Usted no está sujeto a ningún deseo de nada en absoluto.
El poder milagroso de los Budas es inconcebible.
Me inclino ante ti, que no estás en ninguna parte, como el espacio infinito."