Hoy continuaremos con nuestro ciclo de charlas sobre el Sutra del Loto, aunque lamentablemente no pudimos reunirnos. Dado a la pandemia mundial del Coronavirus, el gobierno ha decidido cancelar todo tipo de actividades y ha ordenado a todos los ciudadanos a quedarse en sus casas hasta Marzo 30. Nuestro templo madre, el Tendai Betsuin de Nueva York, y todas las Sanghas Tendai en Occidente, han pausado actividades para unirnos a los esfuerzos. Es importante recalcar la importancia de nuestra práctica devocional a los Budas y de nuestra meditación diaria para poder manejarnos con sabiduría y compasión en tiempos turbulentos. Es ahora que podemos templar la espada de nuestra vida y poner en práctica más que nunca nuestros principios budistas. Si lo hacemos, veremos indudablemente excelentes resultados.
El servicio pasado tocamos los capítulos 5 y 6, donde hablamos de una de las parábolas más hermosas en el Sutra del Loto, la Parábola de la Hierbas Medicinales, donde vemos al Buda como una gran nibe, que hace llover la lluvia del Dharma sobre todas las plantas, que representan a todos los seres, pero todos los seres la reciben de manera diferente, de acuerdo con sus capacidades, necesidades y naturalezas. Igualmente, vimos cómo el Buda Shakyamuni hace predicciones de Budeidad a muchos de sus discípulos, algo que extiende a todos los seres. Hoy tocaremos los capítulos 7 y 8.
El capítulo 7, titulado :La Ciudad Fantasma", consta de dos partes: primero, la historia de una vida pasada del Buda Shakyamuni, y luego, vemos otras de las Siete Parábolas principales del Sutra del Loto, la Parábola de la Ciudad Fantasma. En el Sutra del Loto ,el Buda explica que utiliza tres métodos para exponer la Ley o el Dharma: explicaciones lógicas, parábolas e historias de vidas pasadas.
El Buda explica que hace muchísimo tiempo, existía un Buda llamado Gran Sabiduría Universal, el cual vivió hace tanto tiempo que los números no pueden calcularse. Para hacer valer su punto, utiliza un símil: imagina que una persona llegara a aplastar a partículas mil millones de mundos hasta hacerlos polvo de tinta, y luego viajara al Este, colocando una partícula en un mundo localizado mil millones de mundos más allá de este mundo, y luego continuara haciendo esto en cada mundo con un intérvalo de mil mundos. Ahora, imagina que aplasta igualmente esos mundos hasta hacerlos polvo. El número de eones que han pasado es mucho más que eso. Luego el Buda explica que ese Buda tenía dieciseis hijos, los cuales renunciaron al mundo cuando conocieron que su padre había alcanzado la Iluminación, y fueron a donde el Buda para convertirse en discípulos. Todos los reyes Brahma de todos los mundos fueron a donde el Buda y le rogaron que expusiera el Dharma. Luego de 200,000 eones, el Buda expuso el Sutra del Loto por 8,000 eones, y luego entró en Samadhi por 84,000 eones. En ese tiempo, los dieciseis príncipes alcanzaron el Despertar y llevaron a muchos seres a la Iluminación. Entre esos Budas, se encuentra el Buda Akshobya, quien tiene un a Tierra Pura en el Este, y el Buda Amitabha (Amida), quien tiene su Tierra Pura en el Oeste. Finalmente, el Buda Shakyamuni revela que el era el príncipe decimosexto, quien ha alcanzado la Iluminación en este mundo Saha.
Todos los Budas en las diez direcciones y las tres existencias se iluminan a la Ley del Anuttarasamyaksambhodi, o la Ley del Despertar, el Dharma, para salvar a todos los seres del sufrimiento. Cuando un Buda aparece en el mundo, se le llama una Tierra Pura. Por ejemplo, la Tierra Pura más famosa es la Tierra Pura de la Bienaventuranza y la Felicidad del Buda Amida. Una Tierra Pura es un mundo ideal donde se dan todas las condiciones necesarias para alcanzar el Despertar rápidamente, y está más allá de este mundo nuestro. Pero en este mundo apareció un Buda, y el mismo es una Tierra Pura, pero no lo vemos como tal por nuestra Ignorancia Fundamental, nuestro karma, nuestros deseos y pasiones ciegas. Pero el Sutra del Loto nos revela, en su último capítulo, que este mundo es llamado la Tierra Pura de la Luz Serena, el nombre de este blog, y que Shakyamuni es el Buda Eterno, llamado Mahavairocana, "el que permea todos los mundos". En los capítulos que siguen, el Sutra del Loto afirma que el Buda Shakyamuni es el Buda Eterno, una emanación del Buda Cósmico Mahavairocana, y que la fe es importante para poder descubrir esta verdad en esta vida.
Este capítulo recalca la importancia de realizar el trabajo del Bodhisattva en este mundo, así como Shakyamuni lo ha hecho. Y que uanque no somos Budas, podemos realizar el trabajo del Bodhisattva y ayudar a salvar a todos los seres de este mundo.
Luego, el Buda revels que desde el principio, ha utilizado Medios Hábiles como el Sufrimiento y el Nirvana para hacer que los seres rompan sus ideas limitantes sobre sí mismos y el mundo y esten preparados para las verdaderas enseñanzas perfectas del Sutra del Loto. Para ello, el Buda expone la Parábola de la Ciudad Fantasma. Esta parábola es acerca de un grupo de personas que quiere viajar quinientos yojanas (una unidad de distancia larga) para llegar a un lugar remoto donde hay raros tesoros. Su líder es sabio, experimentado, y está muy familiarizado con la ruta, pero el camino por el que deben avanzar es escarpado y traicionero; y a mitad del camino, ellos se desaniman y quieren regresar. Viendo esto, su líder utiliza sus poderes de los medios hábiles y, cuando han avanzado trescientos yojanas a lo largo del escarpado camino, él conjura una ciudad. Ellos van allá para descansar y recuperan su espíritu, convencidos de que pueden escapar del temible camino. Sabiendo que se han recuperado del cansancio, el líder desaparece la ciudad fantasma y les dice que la tierra de los tesoros, su verdadero destino, está cerca.
En el capítulo, la ciudad fantasma es comparada con los Tres Vehículos, o los medios hábiles por los cuales el Buda conduce a las personas hacia la Budeidad; y la tierra de los tesoros, el destino del grupo, es comparada con el único vehículo de la Budeidad. El significado de la parábola está en que, así como el guía conjura una ciudad para conducir a su grupo de viajeros hasta la tierra de los tesoros, el Buda emplea los medios hábiles de los tres vehículos para conducir a las personas hacia el único vehículo de la Budeidad. Por ello, no existe el Nirvana como los discípulos creían, donde no volverían a renacer y extinguirían su cuerpo y su consciencia. El universo es una expresión infinita y vasta de la vida eterna, la cual asume diferentes formas en diferentes momentos y diferentes lugares. Y todos somos una expresión de esa vida eterna. Por ello, lo único que podemos hacer es aspirar alcanzar el Despertar y renacer voluntariamente en los mundos para aliviar el sufrimiento de los seres sintientes. Estas fueron enseñanzas reveladas hace más de 2,500 años por el Buda, pero parece que aun muchos budistas no las han escuchado o simplemente la han ignorado.
En el capítulo 8, titulado "La Predicción de Budeidad de los Quinientos Discípulos", el Buda continúa otorgando predicciones de Budeidad a sus discípulos individualmente, aunque ya había asegurado la consecución de la Budeidad de todos los seres en el universo. Felices, los discípulos relatan otra de las grandes parábolas del Sutra del Loto, la Parábola de la Joya en la Túnica.
Esta parábola trata acerca de un hombre pobre que va a visitar a un íntimo y acaudalado amigo. Siendo invitado con vino, él se embriaga y se queda dormido. El amigo acaudalado debe salir por unos asuntos, pero antes de irse, cose una joya preciosa en el forro de la túnica de su amigo dormido. Cuando el hombre pobre despierta, no tiene ni idea de que se le ha entregado una joya. Luego él sale de viaje. Para aprovisionarse de comida y vestido, él busca con todas sus energías, encontrando grandes dificultades. Estando siempre necesitado, él se contenta con cualquier pequeñez que pudiera obtener. Posteriormente, ocurre que encuentra a su viejo amigo, quien queda conmovido por su pobreza y le muestra la joya en la túnica. El hombre comprende por primera vez que posee una joya inapreciable y se regocija.
Los quinientos discípulos explican que, así como el hombre ignoraba el tesoro que poseía, los discípulos del Buda estaban inconscientes de que el Buda les había hecho plantar las semillas de una aspiración insuperable y que, más bien, se sentían satisfechos con las enseñanzas provisionales y una pequeña porción del Nirvana. Pero ahora habían abierto los ojos.
Todos poseemos la Naturaleza Búdica, la capacidad de alcanzar el Despertar, dado a que somos una expresión de la vida eterna del Universo, una emanación del Gran Buda Cósmico. Pero debido a nuestra Ignorancia Fundamental y an uestro egoísmo, somos ignorantes de ello, y cada pensamiento, palabra y acción negativa coloca una capa que oscurece la luz de nuestra Budeidad Innata. Pero la misma siempre está ahí, pura y sin mancha, Es por eso que practicamos las enseñanzas y ponemos nuestra fe en el Dharma, para eliminar las capas que nos ocultan nuestra Verdadera Naturaleza y hacer nuestra Budeidad brillar, siendo así igualmente faros de luz para el resto de los seres en el mundo. Continuaremos nuestra charla por este medio la próxima semana.