La escuela Tendai es una escuale tradicional y ortodoxa de Budismo japonés que abarca todas las enseñanzas y prácticas budistas. Por ello, es considerada la madre del Budismo japonés, sobre todo, ya que todos los fundadores de las otras escuelas, como el Zen, el Jodo (Tierra Pura y Nichiren, fueron todos monjes Tendai. Entre la Tesorería del Dharma de la escuela Tendai, se encuentran las enseñanzas y prácticas del Budismo Esotérico.
Las enseñanzas del Budismo Esotérico (Mikkyo), al igual que todas las enseñanzas y prácticas budistas, están destinadas a guiar a las personas a la Iluminación. Las mismas hacen hincapié en que el Buda es en esencia el Dharmakaya, la naturaleza esencial de la Unidad Fundamental. Este cuerpo del Dharma es la realidad luminosa de la Sabiduría y la Compasión que penetra y abarca toda la existencia de tal manera que el Dharmakaya es en realidad la propia naturaleza innata del Buda dentro de todos los seres y el Cosmos. El Budismo Esotérico identifica esta realidad del universo con el Buda Mahavairocana, que es simbolizado con el sol, que irradia su luz a todos los seres del universo. Para el Budismo Tendai, Mahavairocana, como el Cuerpo del Dharma del Universo, predica y actúa de forma continua a través del cosmos.
Una de sus manifestaciones es el Komyo Shingon o el Mantra de la Luz:
"On abokya beiroshano maka-bodara mani
handoma jimbara harabaritaya un."
El Komyo Shingon o "Mantra de la Luz" se compone de 23 carácteres, que encierran todo el poder de Dainichi Nyorai - el Buda Mahavairocana. El Mantra de la Luz se deriva de una serie de Sutras Mahayana que se remontan a fuentes indias como, en particular, el Sutra del Mantra de la Transformación Divina del Inquebrantable Lazo Dhármico (Amoghapasavikrinita-mantra Sutra). Las deidades centrales del mantra son el Buda Dainichi (Mahavairocana) y Fukukenjaku Kannon (Bodhisattva de la Compasión - Avalokiteshvara - del lazo inquebrantable - Amoghapāśa Avalokiteśvara). Este Sutra fue traído a Japón inicialmente por Saicho y Kukai durante el periodo Heian (794 - 1185) y su uso conocido más antiguo data de la última parte del Siglo IX. Sin embargo, no tuvo un uso amplio hasta el Siglo XI. De hecho, incluso Kukai nunca empleó la práctica del Mantra de la Luz. Además de su recitación, una práctica común consistía en rociar arena bendecida por el Mantra sobre un cadáver o lugar de entierro para limpiar al difunto de cualquier residuo kármico negativo, facilitando así el nacimiento en una variedad de reinos del Buda. En una traducción del Sutra atribuida a Amoghavajra (705-774), encontramos el siguiente pasaje:
"Uno debe potenciar la arena con el Mantra repitiéndolo 108 veces, y la arena debe ser rociada sobre los cadáveres en el cementerio o en las tumbas de los difuntos; se debe rociar la arena dondequiera que se los encuentre. El difunto puede estar en [los reinos de] habitantes del infierno, fantasmas hambrientos, asuras [titanes en guerra] o bestias. Sin embargo, por medio de las penetraciones divinas y el asombroso poder de la arena empoderada del Mantra de Luz de la verdadera consagración del voto original del Buda Infalible, el Buda Mahavairocana, de acuerdo con las necesidades del tiempo y las circunstancias, alcanzarán el cuerpo de luz, eliminarán su retribución kármica por sus pecados, y desecharán sus cuerpos que sufren; así, renacerán en la Tierra Pura de la Felicidad [la Tierra Pura del Buda Amida]".
Debido a que se decía que el rito ayudaba a aquellos que buscaban renacer en la Tierra Pura del Buda Amida, en particular, llegó a ser visto como una práctica complementaria a la recitación de Nenbutsu. Es por eso que Genshin (942-1017), el gran sstematizador de las enseñanzas y prácticas Tierra Pura dentro de la escuela Tendai, recomienda su recitación en el Ojoyoshu, su obra maestra, así como incorporó su recitación y su uso con arena en su Sociedad de Amida (Amidako), que se formó en el 986. La Asamblea del Samadhi de los Veinticinco (abreviado como Sociedad de Amida o Amidako), originalmente constituía un grupo de monjes en el Monte Hiei, quienes prometieron reunirse mensualmente para forjar vínculos kármicos y ayudarse mutuamente en sus prácticas del Nembutsu. Por ejemplo, al final de sus prácticas mensuales de Nembutsu, debían recitar el Mantra de la Luz, y potenciar la arena que se había colocado ante la imagen del Buda en la sala de práctica. Cuando cualquier miembro del grupo muriera, la arena debía ser rociada sobre sus cadáveres, para asegurar su Renacimiento en la Tierra Pura del Buda Amida.
Se cree que cuando el Komyo Shingon es recitado enfocando y concentrando la mente en un solo punto - eliminando el ego - la Gran Luz Radiante de la Sabiduría del Buda abraza al recitador (o la persona por quien se recita), dispersando Compasivamente las ilusiones que obstaculizan nuestro desarrollo, y devolver la mente a su "estado "no nacido" de pureza y a su naturaleza búdica esencial.
El Komyo Shingon se recita 3, 7, o 21 veces al día, depositando toda nuestra fe en la naturaleza pura y esencial del cosmos y del Universo.