Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


jueves, 5 de noviembre de 2015

La Inseparabilidad de la Práctica y la Fe en el Budismo


Muchas personas creen que el Budismo es una religión que no envuelve la fe, pero no es correcto. En el Budismo, la fe se debe de estar presente desde el principio del camino, durante el camino, y sobre todo, al final del camino. La fe, el estudio la práctica son los tres pilares del Budismo.

La fe es esencial en el inicio del camino a la Iluminación. La fe siembra la semilla del Bodhicchita en la mente. Es la gran puerta universal que permite a todos los seres entrar en el Dharma, sin importar su capacidad espiritual. Luego, en el transcurso de la práctica, esa semilla crece a través de la devoción, la práctica de la meditación y el estudio del Dharma. A medida que la semilla de la fe madura y madura, esta crece y se manifiesta en los Seis Paramitas y en el uno de los Medios Hábiles. La práctica de la fe es también esencial al final del camino de la iluminación. Cuando la práctica de uno da fruto, uno siembra la semilla de la fe a los demás, y el ciclo comienza de nuevo. Esta es la mejor forma de predicar el Dharma.

La práctica de la fe le da a uno la inspiración y determinación de permanecer diligente y firme y nunca retroceder hacia atrás. Sin embargo, la práctica de la fe, sin la práctica del Dharma, puede resultar en el fanatismo. La práctica del Dharma nos ayuda a desarrollar una mente con pensamiento crítico, así como buenas capacidades espirituales, tales como la resistencia, la diligencia, la serenidad, la concentración mental, la visión espiritual, y la imparcialidad. Sin embargo, la práctica del Dharma sin la práctica de la fe puede resultar en el egoísmo espiritual. Si uno aprende las diferentes técnicas y enseñanzas, pero se olvida de su fin último, su entendimiento del Budismo será superficial.

En última instancia, las dos prácticas son dos fascetas diferentes pero totalmente complementarias e inseparables del Budismo.