Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


jueves, 1 de diciembre de 2022

La Orden de los Hijos del Buda: Un Llamado a una Budología Sútrica y la Reforma de la Orden Budista en Occidente

 En los Sutras, la literatura canónica budista, el Buda profetiza que, tras su Parinirvana, su Dharma pasará por tres periodos o eras, llamadas las Tres Eras del Dharma (Sanpo). A medida que pasa el tiempo, la institución budista de la Sangha, sus sacerdotes y creyentes pierden la capacidad de realizar su labor dhármica salvífica en el mundo. Esto hace que el Verdadero Dharma del Buda sea distorsionado y que sus Hijos, los sacerdotes budistas, necesiten tener un entrenamiento, formación y ordenación adecuada para poder mantener viva la Luz del Dharma e iluminar la vida de sus devotos. A medida que el Budismo sigue adentrándose a Occidente, es imperativo que sus sacerdotes puedan mantener una vida, conocimiento y vocación personal para poder, no solo vivir el Dharma, sino atemperar el mismo a los tiempos y las circunstancias culturales donde viven, sin perder la ortodoxia canónica. Esto solo es posible con una educación y un ministerio Budocéntrico, con una Budología Sútrica; esto es, un ministerio basado en el Buda y fundamentado principalmente en el Canon Budista. Este artículo pretende hacer un llamado a la reforma de la Orden Budista en Occidente y presentar las guías básicas, competencias y disciplinas necesarias para realizar la labor del Buda en el mundo hispano.

Versión Simplificada

En los Sutras, la literatura canónica budista, el Buda profetiza que, tras su Parinirvana, su Dharma pasará por tres periodos o eras, llamadas las Tres Eras del Dharma. La Primera Era del Dharma, llamada también la Era del Dharma Correcto o Primer Día de la Ley (Shobo), las enseñanzas y prácticas budistas tendrían suma eficacia, las personas poseen las capacidades para ponerlas en práctica y alcanzan el Despertar espiritual.  Luego de alrededor de 500 a 1,000 años, comienza la Segunda Era de Dharma, también llamada la Era del Dharma de la Semblanza o el Segundo Día de la Ley (Zoho), donde el Budismo existe, pero los templos son más edificios que lugares de devoción e instrucción, sus monjes no siguen correctamente las enseñanzas, y las personas, cayendo cada vez más en la oscuridad de la Ignorancia, pierden la capacidad de poner las enseñanzas en práctica y no alcanzan el Despertar. Finalmente, luego de alrededor de 500 a 1,000 años, entramos en la Tercera Era del Dharma, también llamada la Era Final del Dharma o el Tercer día de la Ley (Mappo), donde “surgirán peleas y disputas entre los seguidores de las enseñanzas, y el Dharma Puro se oscurecerá y se perderá”. En esta última era malvada, cuando la sociedad esté desordenada, el Budismo perderá su poder para beneficiar a la gente, ya que las personas nacidas en el Último Día del Dharma no tienen la semilla de la Budeidad sembrada en ellos. Esto se corrobora en Sutras como el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana. 

De acuerdo con esta profecía, ahora mismo nos encontramos en el Ultimo Día de la Ley (Mappo). Esto es algo que comenzó desde los inicios mismos del Budismo. Tras el Parinirvana del Buda Shakyamuni, sus discípulos se centraron demasiado en el monacato y sus reglas, y olvidaron el verdadero mensaje del Buda para el mundo. Diferentes grupos formaron diversas escuelas basadas en partes o en cúmulos de la Enseñanza y poco a poco excluyeron u olvidaron el Verdadero Dharma Eterno, que el Buda predicó cerca del final de su vida en el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana, los cuales redefinen y unifican los más de cuarenta años de ministerio del Buda en la Tierra. Sin embargo, estas enseñanzas se preservaron y fueron pasadas por un grupo selecto de discípulos como Nagarjuna, Vasubandhu, Kumarajiva, Daosheng y Huisi, hasta que el Gran Maestro Chih-i (Tendai Daishi 538-597) en China logró rescatar el verdadero Mensaje del Buda para el mundo, clasificando todo el Canon Budista en orden cronológico y de importancia, estableciendo la clasificación doctrina de los Cinco Periodos y Ocho Enseñanzas,  y formó una escuela llamada la Escuela Tientai restaurando el Verdadero Dharma Eterno del Buda para la posteridad. 

Cuando vemos el estado actual del mundo y del a institución budista, no podemos negar que vivimos en la Era Final del Dharma. Es por eso que hoy, mas que nunca, debemos de estudiar a profundidad y poner las enseñanzas del Buda en práctica. Si bien esto es responsabilidad de todos los creyentes budistas, los sacerdotes, la Orden Budista, tiene una responsabilidad mayor que los laicos, ya que es su deber, como representante del Buda, el presentar correcta y adecuadamente el Dharma a los creyentes, y asegurarse de que el mismo perdure para la posteridad. Por ello, este artículo está especialmente dirigido a los sacerdotes budistas occidentales y hace un llamado a una reforma en la Orden Budista en Occidente. 

El Llamado a la Orden del Buda – Sacerdocio 

Si una persona siente el deseo y la necesidad de ordenarse como sacerdote budista, es porque responde a un llamado: un llamado del Buda Eterno para preservar y predicar su Dharma y realizar su labor salvífica en el mundo. Aunque muchos sacerdotes budistas no lo vean así, el ministerio – la ordenación – es un llamado. Es el Voto Primal del Buda Eterno, establecido desde el principio de los tiempos, de llevar a todos los seres al Despertar y la salvación. Es, principalmente, a través de sus ministros que el Buda realiza esta obra en la Tierra. Por ello, el primer paso para un buen ministerio budista es reconocer el llamado al sacerdocio y la posterior ordenación como una respuesta voluntaria a ese llamado. Por ello, podemos resumir este proceso en siete puntos clave:

  • Deseo – El llamado del Buda a su ministerio comienza con un deseo dentro del practicante por ordenarse como sacerdote y dirigir una Sangha, una comunidad budista. El deseo solo por si mismo no es suficiente. Debemos recordar que, como Hijos del Buda, no buscamos la ordenación para nosotros mismos, así como no buscamos alcanzar el Despertar para nuestra salvación, sino que lo hacemos por la salvación de todos los seres sintientes, por lo que también se requiere, además del deseo, vocación. 
  • Vocación – La vocación es el compromiso, primero, con el Verdadero Dharma Eterno, y segundo, con la Sangha: la comunidad de sacerdotes y creyentes que revelan su Naturaleza Búdica y que preservan, estudian y ponen el Dharma en práctica, realizando la labor del Bodhisattva en el mundo. 
  • Compromiso – Además del deseo, que es un llamado del Buda al ministerio, y de la vocación del practicante, un verdadero Hijo del Buda debe de tener un compromiso indeleble para con los Tres Tesoros del Buda, el Dharma (Enseñanza) y la Sangha. Este compromiso, idealmente, es uno de por vida, y trasciende múltiples vidas. 
  • Capacitación – Una vez uno ha respondido el llamado, es importante y absolutamente necesario la educación, el entrenamiento, la formación y la ordenación como un sacerdote budista dentro de alguna denominación. Existen muchas denominaciones, unas más abiertas y completas que otras, con muchas diferencias culturales, desde las célibes hasta las más abiertas y comprometidas con la sociedad. Es importante y necesario estudiar a fondo las diferentes denominaciones y comenzar dentro de una que se ajuste a tu capacidad, naturaleza y necesidad. En este proceso formativo, uno aprenderá – idealmente – sobre Budología, que es sobre Budismo general, y Dharmología, que son las enseñanzas y prácticas fundamentales de la denominación a la que perteneces. Es necesario igualmente que esta institución sea una fidedigna, en una línea de patriarcas que se pueda trazar legítimamente hasta la fundación de la Orden por el Buda en el mundo. Esto es un linaje. El linaje es importante porque las personas necesitan saber si alguien tiene autenticidad, autoridad, capacitación y apoyo. ¿En qué consiste la labor de un sacerdote budista? Consiste en estudiar y preservar el Verdadero Dharma y aplicarlo, tanto en publico como en privado, a todo tipo de personas, situaciones y necesidades, manteniendo la ortodoxia. El proceso de capacitación te da las herramientas necesarias para hacerlo. Pero el Budismo, al venir de Oriente, no necesariamente está capacitado para brindarnos las herramientas necesarias para realizar nuestro ministerio en Occidente, por lo que debemos de suplir estas lagunas con educación ministerial pastoral. 
  • Reconocimiento – En la etapa anterior hablamos del linaje, y mencionamos que el linaje es lo que asegura la legitimidad y ortodoxia de la denominación budista. Si una persona desea ser un sacerdote budista, debe obligatoriamente de pasar por un proceso de educación y formación para ello. A medida que nos aventuramos al mundo y realizamos la labor del Bodhisattva como Hijos del Buda, poco a poco la comunidad nos reconoce y nos confirma como representantes del Buda en el mundo.
  • Progreso – Una vez nos educamos, capacitamos y formamos, llegando a ordenarnos como sacerdotes budistas, el lograr el reconocimiento no es el final del camino, sino solo el comienzo. A partir de ese momento, es que debemos esforzarnos por crecer como ministros y ayudamos a otros a crecer en la fe budista. Esto es algo que debemos de hacer por el resto de nuestras vidas, y requiere un estudio continuo de los Sutras y los Tratados del os maestros, así como nuestra total dedicación al desarrollo de la Sangha. 
  • Utilidad – Finalmente, como sacerdotes budistas y representantes del Buda, nuestra labor principal es la de cuidar de la Sangha, su Cuerpo, en la Tierra. Esto requiere que seamos de utilidad para los creyentes, y que, por medio del uso de los medios hábiles, podamos ayudarles a revelar y manifestar su Naturaleza Búdica individual, para continuar la labor salvífica del Buda en el Cosmos. 

Con todo esto, podemos apreciar que el ministerio es un maratón, sino una carrera. Debemos de pasar por todos y cada uno de los requisitos esenciales para nuestra formación, y debemos de hacerlo con absoluta humildad. 

La Necesidad del Estudio, la Formación y la Ordenación Legítima

Ninguna vocación en el mundo sufre de una mayor falta de claridad en lo que se refiere a los requisitos básicos de su tarea que el ministerio Budista. Sobre todo, hay confusión sobre lo que debe hacer un sacerdote y qué competencias debe suplir para poder ministrar una Sangha. Por encima de esto, se añade la deficiencia en materias de estudio del Dharma. Como resultado, la Sangha no tiene concepto de lo que es un sacerdote o lo que debe hacer. 

Todo sacerdote Budista debe ser Budólogo y Dharmólogo. Esto es, debe tener un conocimiento vasto del Dharma del Buda y de las enseñanzas esenciales de su denominación. La Budología es el estudio sistemático del Buda y la Budeidad, así como de las enseñanzas principales generales del Budismo. La Dharmología, entonces, es el estudio de las enseñanzas y prácticas fundamentales de la denominación budista a la que uno pertenece. Ambas áreas son necesarias e importantes en la vida, la formación y el trabajo de un sacerdote budista. Pero los sacerdotes budistas occidentales no se mueven en el ámbito de la Budología, sino que, por el contrario, se dedican a dar charlas motivaciones, implementar programas, y son instructores de meditación. No son realmente sacerdotes o monjes budistas. Esto hace que la Religión Budista esté por debajo, no solo de los estándares establecidos por el Buda, sino que no pueda estar hombro con hombro en la mesa con ministros de otras religiones. Este rol, tristemente, ha sido relegado a los académicos y las instituciones universitarias. Pero los sacerdotes budistas son los custodios del Dharma Eterno del Buda. La Sangha entiende el Dharma de los sacerdotes, no los académicos. Por todo esto, debe hacerse un llamado a un ministerio Dharmocéntrico – basado en el Canon Budista, los Sutras, que contienen las palabras sagradas del Buda.

Por otro lado, muchos monjes budistas y Sanghas están cayendo en el flujo de la cultura actual orientada al consumidor y están perdiendo de vista el Verdadero Dharma. Preocupados por la imagen y la posición social, la fama y su posición en las redes sociales, los monjes budistas están reemplazando su rol como monjes por la de coaches o administradores de negocios. Esto no es correcto. Es hora de que los monjes recuperen, reafirmen y restauren su rol como representantes del Dharma y del Buda en el mundo. Para esto, es necesario que entiendan el carácter y la esencia del ministerio Budista, tengan una buena educación y formación en un linaje y un templo fidedigno y lo suplan con formación pastoral occidental, cumplan con los requisitos personales para ser un buen representante del Dharma, y pongan la Sangha como Norte de su labor dhármica. 

Las Disciplinas Personales del Sacerdote Budista

Un sacerdote budista debe vivir el Dharma. Esto le permite ser un ejemplo vivo del poder del Dharma Eterno en nuestras vidas y le permite ayudar a otros a aplicar el Dharma en sus vidas. Para poder vivir el Dharma, primero que todo, debe de tener una disciplina espiritual personal. Para esto, es recomendado que un sacerdote budista lea los Sutras diariamente, medite, ponga los Preceptos en práctica y atienda sus necesidades espirituales.

Los Sutras – Los Sutras contienen las palabras sagradas del Buda. Los Sutras son la fuente primaria del Dharma Eterno, por la sencilla razón de que contienen las palabras del Buda para todos los seres sintientes. Por eso, no debe leer los Sutras como profesionales, buscando aleatoriamente versos para dar sermones, sino que debe leerlos con una mente y un corazón abierto para alimentar su alma y crecer espiritualmente. Es recomendable leer los Sutras todos los días, durante todo el año. Pero además de leerlos, debe meditar sobre su contenido y ponerlo en práctica. Dado a la vastedad del Canon Budista, es recomendado leer los Sutras principales del Budismo, especialmente los de la denominación a la que perteneces, sin negligir el resto del Canon. Entre estos, los más importantes son: el Sutra Avatamsaka, el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana. Además de estos, están el Sutra del Corazón, y otros Sutras relacionados con el Calendario Litúrgico. A esto, puede añadir los Tratados y comentarios de los maestros. El tener una base sólida en el Canon Budista nos permite dirigir un ministerio Dhármico, lo cual enriquece nuestras vidas, nos permite enraizar nuestra enseñanza en los Sutras, y nos provee la fuerza y las herramientas necesarias para realizar nuestro ministerio efectivamente. 

La Meditación o Comunión con el Buda – Aunque no todas las denominaciones budistas meditan, la meditación, de una forma u otra, o cualquier práctica espiritual dentro de la escuela, es necesaria para el desarrollo del sacerdote budista. La meditación, o la práctica budista principal, es la forma en la cual comulgamos con el Buda Eterno y conectamos con nuestra Naturaleza Búdica, para poder actuar con mayor compasión y sabiduría en el mundo. la práctica personal nos permite recobrar nuestro equilibro, regresar a nuestro centro, y poder realizar nuestra labor eficazmente en la Sangha. Es importante igualmente el abordar la misma como un sacramento, ya sea con la ayuda del ayuno o la purificación. En fin, tener una práctica personal es necesario en el desarrollo del sacerdote, pues no solo le permite ejercer su labor con ejemplo y prueba del poder del Dharma, y ser el canal del a Gracia del Buda en la Tierra.

Los Preceptos – Ser un budista es realizar una declaración de fe en el Budismo, tomar refugio en los Tres Tesoros, y pensar, hablar y actuar en base a los Preceptos. . Esto es, que se comporte como un budista, siendo un ejemplo vivo de los Brahmaviharas o las Cuatro Virtudes Ilimitadas de Bondad Amorosa, Compasión, Felicidad y Ecuanimidad, y siguiendo los Paramitas o Virtudes Budistas de Caridad, Moralidad, Paciencia, Esfuerzo, Contemplación y Sabiduría, velando por aplicar correctamente los Medios Hábiles, desarrollando nuestros Votos, descubriendo y poniendo nuestros Dones al servicio de los demás, y siendo una Fuente de Luz y Conocimiento para la comunidad.  El sacerdote es el representante del Buda en el mundo, y tiene los ojos de su Sangha y de la comunidad siempre sobre su persona y su comportamiento. Por ello, es importante tener siempre la casa en orden, desde su práctica y fe personal, su familia, su trabajo, y todas sus relaciones en la sociedad. Con esto, el sacerdote debe de mantener una identidad moral intachable, ser humilde, compasivo, experto en el Dharma, y ser un ejemplo para otros. Por supuesto, como seres humanos en el Samsara, no somos perfectos, y podemos caer, pero es importante el tratar de mantener los Preceptos en la vida diaria y ser un ejemplo para la Sangha y la comunidad. El Buda predicaba con su propia vida, y nuestra vida es un ejemplo diario ante los ojos de las personas de la fe de millones de personas en todo el mundo. 

Además de esto, es recomendado que el sacerdote budista continue capacitándose como ministro, estudiando bajo un maestro, que tenga una red de amistades y apoyo, que continue su estudio del Dharma global, atienda sus necesidades espirituales, y que trabaje incansablemente por su Despertar y el de todos los seres sintientes. 

La Importancia de la Sangha – el Templo del Buda en el Mundo

El ser un monje y ministrar una Sangha es un gran privilegio, por lo que para poder desempeñar el ministerio Budista, un monje debe entender que:

  • La Sangha es el Cuerpo del Buda en el Mundo. 
  • La Sangha está compuesta de los Hijos del Buda, hombres y mujeres, tanto ordenados como laicos.
  • La Sangha es la más preciosa de los Tres Tesoros. 
  • La Sangha es la expresión del Dharma y su acción en la tierra; la expresión terrenal de la Tierra Pura. 
  • La Sangha monástica es la custodia del Verdadero Dharma, y es el medio que el Buda utiliza para administrar su Gracia a todos los seres en la Tierra.
  • La Sangha es el principal lugar de formación Budista y crecimiento espiritual.
  • La Sangha nos permite respirar, vivir y comulgar con el Buda Eterno y nuestra Naturaleza Búdica.
Como sacerdotes budistas, para poder dirigir correctamente una Sangha, existen tres elementos que todo ministro Budista debe superar:
  • La secularización del Budismo;
  • La egolatría (el ser humano sobre los Tres Tesoros); y
  • El constructivismo o nihilismo espiritual en la Sangha.

No podemos poner la relevancia por encima de la Verdad del Dharma. Todo lo mencionado arriba son tendencias a las cuales se inclina el Budismo en Occidente. Como la más preciosa de los Tres Tesoros, debemos de proteger la Sangha de los males que están enfermando y corroyendo los pilares de nuestra sociedad. esto muestra nuevamente la gran importancia de una sólida Budología.

Existen dos formas de Budología: “Budocéntrica” o “Antropocéntrica”; centrada en el Buda o en la naturaleza humana. Para saber a cuál pertenece tu denominación, debes preguntarte, ¿en qué pone énfasis, en el Dharma o en cuestiones sociales actuales? No podemos cambiar los métodos por el mensaje. Los tiempos cambian, pero el mensaje no. No podemos seguir diluyendo el Dharma. Debemos no poder:

  • Poner demasiado énfasis en los hechos contemporáneos y no en el Dharma.
  • Poner demasiado énfasis en la necesidad humana conforme a la Humanidad y el deseo y no en la definición del Buda y la naturaleza humana. 
  • Poner demasiado énfasis en el Samsara y no en la Budeidad. 
  • Poner demasiado énfasis en los Tres Sellos del Dharma (Impermanencia, Sufrimiento y No-Ser) y no en las Cuatro Virtudes Iluminadas (Eternidad, Felicidad, Verdadero Ser y Pureza).
  • Poner demasiado énfasis en la política y cultura moderna y no en el Dharma. 
  • Poner demasiado énfasis en el llamado social y no en la predicación del Dharma - Misionología. 

Es por eso que es importante que los monjes tengan una filosofía de ministerio, una declaración de misión y propósitos. El ministerio no existe independiente de la Sangha, sino como el medio para cumplir su propósito y el Trabajo del Buda en el mundo. Esto nos permite mantenernos prácticos y en rumbo a una meta definida. Igualmente, los sacerdotes deben tener una base sólida en el Marco Teológico de su denominación, sobre todo, en la Budología, Dharmología y Sanghología, tanto en términos históricos, como doctrinales, así como sistemáticos, manteniéndose Budocéntricos. Esto le permite enfocarse en la predicación canónica efectiva del Dharma. Es por eso que es también importante definir una misión.  Por medio de una buena declaración de misión, el sacerdote puede:

  • Reestablecer la figura iluminada del Buda Eterno como eje central del Budismo.
  • Reestablecer su Despertar como la apertura de la posibilidad de Despertar o salvación de todos los seres.
  • Reestablecer la pureza innata incorrupta de todos los seres gracias a su Naturaleza Búdica.
  • Reestablecer el lado misionero del Budismo como Bodhisattvas y nuestro compromiso por hacer de este mundo una Tierra Pura.

 Todo esto es solo posible si tenemos una Budología Dhármica o Sútrica, fundamentada principalmente en el Canon Budista, y de el mismo, en los Sutras. 

Este mundo es llamado el “Mundo Saha”, el “Mundo del Esfuerzo”, y es un mundo lleno de impermanencia, sufrimiento, falsos seres e impureza, pero que existe otro mundo, el Nirvana o la Tierra Pura. Esto es solo alcanzable cuando nos convirtamos en un Buda. Y todos podemos alcanzar la Budeidad, porque todos poseemos la Naturaleza Búdica. Esto significa que no importa nuestras circunstancias y mal karma, todos podemos transformar nuestras vidas. 

El Canon Budista nos dice que no existen realmente dos mundos, uno “impuro” y otro “puro”, sino que la impureza y la impureza radican en la mente y el karma de los seres. El Dharma es el agua que nos permite remover todas nuestras impurezas kármicas y ver la Verdadera Naturaleza de la Realidad: que este mundo es verdaderamente una Tierra Pura; somos nosotros quienes la hemos contaminado con nuestros deseos, pasiones y nociones falsas de la Realidad. Pero dado a que todos poseemos la Naturaleza Búdica y somos uno con el Buda Eterno, podemos manifestar nuestra Budeidad Innata en esta vida y en este cuerpo. La Sangha es entonces el canal a través y por el cual podemos manifestar nuestra Naturaleza Búdica y realizar la labor del Buda en el mundo.

Hacia una Budología Dhármica y la Reforma de la Orden Budista en Occidente

Así como el Buda predicaba en montañas, lo que le permitía darles una visión amplia, elevada y clara a sus discípulos de su Mensaje, existe una herramienta que nos permite ver mejor lo que el Dharma nos muestra, la Budología Sútrica. La Budología Sútrica nos permite aprender los Sutras como una historia inspirada por un solo autor, el Buda, que comienza y culmina con su Despertar y Mensaje, y nuestra labor Dhármica en el Mundo basándonos principalmente en los textos Canónicos. Esta es la continuación natural del sistema articulado por el Gran Maestro Chih-i en su esquema de los Cinco Periodos y Ocho Enseñanzas. Debemos leer los Sutras dentro de este marco, de comienzo a fin, porque si no, es como si leyéramos una novela o un libro comenzando por capítulos o versos aleatorios y fuera de orden; no lo entenderíamos. Los Sutras nos presentan una sola historia, una meta-narrativa de principio a final. La Budología Sútrica nos permite entender esta historia. Es por eso que debemos hacer uso de la Hermenéutica del Loto al momento de leer los Sutras. La Budología Dhármica es de suma importancia porque el Buda nos reveló un mensaje de redención e Iluminación, no un conjunto de moralejas. De lo contrario, como dijo el Buda en el Sutra del Nirvana, seremos los sirvientes de Mara, quienes citan pasajes de los Sutras fuera de contexto, y predicamos con sermones preñados con opiniones personales, y no con la Palabra del Buda.

El poseer una Budología Dhármica nos permite transmitir el Verdadero Dharma correctamente, ser representantes fieles del Buda Eterno, y atemperar su Mensaje correctamente para los tiempos en los cuales vivimos. 

En el capítulo 14 del Sutra del Loto, vemos los requisitos que el Buda establece para un buen ministerio budista. Estos son: (1) deben entrar en la habitación del Buda, (2) ponerse la túnica del Buda, y (3) sentarse en el trono del Buda. La habitación Buda significa que deben tener una profunda compasión; su túnica, un corazón tierno y tolerante; y su trono, la capacidad de entender y poder comunicar su Verdadero Dharma Eterno. Esto se resume en (1) Compasión, (2) Sabiduría, y (3) Uso de los Medios Hábiles. 

El no tener una educación formal y una formación completa en Budismo y el ministerio hace que los sacerdotes no estén preparados para estudiar, entender y poder explicar el Dharma a las personas. Pero también, debemos tener una Budología Sistemática, esto es, poder ver el Dharma como: (1) una revelación progresiva, (2) el orden cronológico de los textos, sus importancia y enseñanzas, (3) el hilo conductor de todo el Dharma - el Buda, el Dharma y su Sangha. Esto es precisamente lo que hace el esquema de los Cinco Periodos y Ocho Enseñanzas. Por ello, el mismo, junto con su Hermenéutica Budista del Loto, debe ser el mapa que todo sacerdote budista use diariamente para guiarse a través del océano del Dharma. Es por todo esto que en los últimos años me he dado a labor de confeccionar un Catecismo Budista, y un libro explicativo que lo expanda sistemáticamente dentro de la Budología. 

Conclusión 

Como mencionamos al principio, cuando miramos a nuestro alrededor, ciertamente podemos ver evidencia de lo que fue profetizado para la Era del Fin del Dharma. Pero si bien esto fue profetizado por el Buda, esta profecía no fue una condena sino una advertencia que nos presenta una oportunidad. A través de mi ministerio orto ministerio de más de 10 años escribiendo y liderando una pequeña comunidad budista, he podido recibir la inspiración de que esto, mas que un suceso definitivo, es una advertencia de cómo, como budistas, podemos aportar a la continuidad de la llama Eterna de la Luz del Dharma en el mundo. Así como no existen tierras impuras o puras, las Tres Eras del Dharma existen en nuestras mentes. Si permitimos que el Verdadero Dharma sea oscurecido por las fuerzas el caos, la oscuridad y la secularidad, y somos laxos con nuestro estudio, fe y práctica, vivimos en la Era Final del Dharma. Pero si somos disciplinados en nuestro estudio y oramos por recibir la Gracia del Buda, podemos revelar nuestra Naturaleza Búdica y vivir en la Era del Dharma Correcto. Ahora, más que nunca, es hora de abrazar el Verdadero Dharma Eterno en nuestros corazones y practicar con sinceridad. Como sacerdotes budistas, tenemos la responsabilidad y el privilegio de hacer de esta nuestra misión principal en la vida, por el bien de todos los seres sintientes. 

Finalmente, no debemos perder de visa que, en su misericordiosa soberanía, el Buda busca reconciliar a los seres con la Budeidad por medio del Dharma, y los sacerdotes budistas son la Torre de los Tesoros, donde el Verdadero Dharma y su contemporaneidad se sientan lado a lado y esparcen sus bendiciones sobre la Sangha.