La obra titulada "El Significado de los Sonidos, Letras y la Verdadera Realidad" (Shoji Jisso Gi) constituye uno de los tratados doctrinales más refinados y profundos del corpus esotérico atribuido al Maestro Kukai (774–835), también conocido como Kobo Daishi, fundador de la escuela Shingon del Budismo japonés. Esta obra forma parte del esfuerzo del autor por expresar la visión mahayanica esotérica de la realidad como una totalidad lingüística, simbólica y mística.
Compuesta probablemente durante la primera mitad del Siglo IX, en los años de madurez doctrinal del maestro tras su regreso de China y la recepción de las enseñanzas de Mahavairocana (Dainichi Nyorai) por medio de su maestro Huiguo, esta obra refleja la integración singular que Kukai logró entre el lingüismo sagrado del tantrismo budista, la ontología mahayanica del Dharmadhatu, y la cultura japonesa de la escritura. En este texto, se entreteje una ontología del sonido y la letra como manifestación activa del Buda, ofreciendo una filosofía del lenguaje profundamente mística que se desarrolla en paralelo a las especulaciones del Abhidharma, Yogacara y la doctrina de la Budeidad Innata.
El término "sonido, letra y verdadera realidad" sintetiza la triada doctrinal que recorre toda la obra. Para Kukai, el sonido articulado, la forma gráfica de la palabra y la realidad última no son elementos separados ni convencionales, sino tres aspectos simultáneos e interdependientes del Triple Misterio (Sanmitsu) del Buda. La palabra —en su dimensión fonética, gráfica y semántica— no solo comunica el Dharma: es el Dharma, cuando se reconoce su origen en la sabiduría iluminada del Tathagata.
En su estructura, la obra se divide en tres secciones principales:
Exposición del propósito: El autor establece el marco doctrinal general, afirmando que todo el discurso del Buda se articula por medio de letras, que estas nacen de los seis objetos sensoriales, y que, en última instancia, todo ello es una manifestación del Triple Misterio del Dharmakaya.
Explicación de los nombres, la naturaleza y el sentido doctrinal: Se aborda aquí, con minucioso rigor, la clasificación semiótica y ontológica del sonido y la letra, fundamentando la enseñanza en el Sutra de Mahavairocana, y explicando cómo los cinco grandes elementos, los Diez Mundos y los seis objetos sensoriales son expresiones activas del mandala sonoro de Mahavairocana.
Diálogo doctrinal: Aunque no aparece desarrollada plenamente en todas las versiones, esta sección tiene forma catequética y presenta objeciones y aclaraciones, común en los textos doctrinales medievales japoneses.
A lo largo del tratado, se entrelazan referencias explícitas al Sutra Mahavairocana, el Sutra del Pico del Diamante, al Sutra Avatamsaka, y al pensamiento Yogacara, especialmente en lo que se refiere a la relación entre los Seis Grandes Elementos, los mundos búdicos, y los cuerpos del Buda. En especial, destaca la afirmación radical de que todas las formas, colores, sonidos, palabras, movimientos y paisajes son letras del Dharma, si son comprendidas desde la sabiduría. En cambio, cuando son interpretadas desde la ignorancia, se convierten en causas de ilusión y sufrimiento.
Kukai despliega una visión sacral del lenguaje en la que los mantras (Shingon) no son meros instrumentos mágicos, sino palabras verdaderas que, por su pureza y origen en la sabiduría de los Budas, tienen el poder de manifestar el Mandala del Reino del Dharma. Toda fonética, toda caligrafía, toda vibración acústica es parte de la actividad compasiva de Mahavairocana en el Cosmos.
Por su profundidad y sutileza, esta obra se convirtió en una de las piedras angulares de la doctrina Shingon, y fue comentada ampliamente por generaciones de monjes esotéricos, tanto en el Japón medieval como en los periodos posteriores.Veamos una traducción original de la misma.
El Significado de los Sonidos, Letras y la Verdadera Realidad
I. Exposición de la Intención
Ante todo, exponer la intención significa lo siguiente: la predicación del Tathagata —el Buda— se realiza inevitablemente por medio de las letras. Y el lugar donde las letras existen es la sustancia misma de los seis objetos sensoriales (rokujin). La raíz de estos seis objetos sensoriales es, en verdad, el Triple Misterio del Buda-Dharma, el cual es la manifestación del Buda de la Ley (Hobutsu). Este triple misterio, en su perfecta igualdad, permea el Reino del Dharma, permaneciendo constante y eterno. Las Cinco Sabidurías y los Cuatro Cuerpos Búdicos se hallan plenamente presentes en los Diez Reinos, sin carecer de nada.
A aquellos que han despertado se les llama "el Gran Despierto"; a quienes aún están envueltos en la confusión se les denomina "seres sintientes". Los seres sintientes, sumidos en la oscuridad y la necedad, no poseen por sí mismos el medio para Despertar. Por ello, el Tathagata ejerce su poder de bendición (kaji) para mostrarles el camino del retorno. El fundamento de este retorno no puede establecerse sin recurrir a la enseñanza expresada mediante nombres y doctrinas. El surgimiento de esta enseñanza, a su vez, no se logra sin la mediación de sonidos y letras.
Cuando sonidos y letras se hacen claros, entonces la realidad verdadera se manifiesta. Aquello que llamamos "la realidad verdadera de sonidos y letras" no es otra cosa que el Triple Misterio del Buda de la Ley en su igualdad y plenitud, así como el Mandala innato en los propios seres sintientes. Por esta razón, el Gran Buda Mahavairocana (Dainichi Nyorai) enseñó esta doctrina sobre la realidad verdadera de sonidos y letras, despertando así los oídos de los seres que yacían en el sueño profundo de la ignorancia.
Ya sea que hablemos de enseñanzas exotéricas o esotéricas, internas o externas, ninguna doctrina escapa a este portal fundamental. Y ahora, gracias a la sublime guía del Gran Maestro —el Fundador— se extrae y se clarifica esta enseñanza. Que los estudiantes venideros dediquen su mente con esmero y se deleiten en el estudio contemplativo. Con esto concluye la exposición general del propósito.
II. Explicación del Nombre, la Naturaleza y la Doctrina
Ahora, pasamos a explicar el nombre, la naturaleza y la doctrina. Esto, a su vez, se divide en dos partes:
(1) la explicación del nombre;
(2) la exposición de la naturaleza y el sentido doctrinal.
(1) Explicación del Nombre
Primero, en cuanto al nombre: cuando los vientos y aires —ya sean internos o externos— se mueven apenas un poco, ineludiblemente surge una resonancia. A eso se le llama "sonido" (sei). Toda resonancia depende necesariamente del sonido, y el sonido es, por tanto, la raíz de toda resonancia. El sonido no se emite en el vacío, sino que manifiesta inevitablemente el nombre de un objeto; a esto se le denomina "letra" (ji). El nombre convoca forzosamente la sustancia, y a esa sustancia se le llama “realidad verdadera” (jissō). Así, los tres —sonido, letra y realidad verdadera— se distinguen uno del otro y se denominan conjuntamente "doctrina" (gi).
Además, cuando los Cuatro Grandes Elementos se interrelacionan, producen inevitablemente una resonancia sonora; eso también se llama "sonido". Las cinco notas, los ocho tonos, las siete variaciones, las ocho transformaciones: todo surge en dependencia del sonido. El modo de explicar el nombre del sonido necesariamente recurre a las letras, y el origen de las letras es, en esencia, el de los seis objetos sensoriales. Las letras formadas a partir de estos seis objetos serán explicadas más abajo.
Si empleamos la clasificación de las "seis formas de análisis", veremos que:
– Si decimos que la letra existe por medio del sonido, y que la letra es el sonido que ha tomado forma, entonces estamos usando una explicación por dependencia del agente.
– Si afirmamos que la realidad verdadera se manifiesta por medio del sonido y la letra, entonces sonido y letra son la realidad verdadera, y esta también es una explicación por dependencia del agente.
– Si decimos que el sonido incluye necesariamente una letra, y que el sonido es el que posee, mientras la letra es lo poseído, y que el sonido posee así la cualidad de la letra, entonces estamos usando una explicación por posesión de cualidades.
– Si afirmamos que el sonido y la letra siempre contienen en sí la realidad verdadera, y que la realidad verdadera contiene a su vez el sonido y la letra, en mutua relación de sujeto y objeto, entonces estamos nuevamente usando el mismo tipo de explicación por interdependencia.
Y además:
– Si no existe ninguna letra fuera del sonido, y que la letra es el mismo sonido, esto se llama una explicación por función inherente.
– Si no hay realidad verdadera fuera del sonido y la letra, y que el sonido y la letra son en sí la realidad verdadera, esto también concuerda con la explicación anterior. Esta doctrina está ampliamente expuesta en el Comentario al Sutra de Mahavairocana, y debe conocerse acudiendo directamente al texto.
– Si se dice que el sonido y la letra y la realidad verdadera están tan cercanamente relacionados que no puede encontrarse distancia alguna entre ellos, se denomina explicación por proximidad.
– Si se dijese, por otro lado, que el sonido y la letra son convencionales y no alcanzan el principio último, mientras que la realidad verdadera es silenciosa y misteriosa y se halla más allá de todo nombre, entonces estaríamos afirmando que sonido/letra y realidad verdadera son distintos. El sonido resonaría en el vacío sin expresar significado, y las letras se extenderían en longitud o brevedad formando estructuras, diferenciándose así del sonido. Esta es una explicación por diferencia.
La clasificación de "explicación por número" está ausente en esta exposición. De las cinco formas de denominación mencionadas arriba, la explicación por diferencia corresponde a una interpretación superficial; mientras que la explicación por función inherente y por proximidad pertenecen al nivel más profundo y secreto de la enseñanza. Las otras dos formas pueden aplicarse a ambos niveles.
(2) Explicación del Cuerpo y la Doctrina
A continuación, en cuanto a la exposición de la naturaleza (tai) y de la doctrina (gi), se establecen dos divisiones: primero, se citan las pruebas canónicas; luego, se interpreta el texto en sí.
(i) Pruebas canónicas
Pregunta: ¿En base a qué sutra se establece esta doctrina?
Respuesta: Nos apoyamos en la luminosa evidencia del Sutra deMahavairocana.
Pregunta: ¿Y cómo se expresa esto en el Sutra?
Respuesta: En dicho Sutra, se proclama un verso en alabanza al Cuerpo del Dharma del Tathagata, que dice:
"La forma en que se establece el nombre verbal del mantra de la Iluminación PerfectaEs como la red de Indra, en la que se cumplen todos los significados y beneficios.
Hay correspondencia entre las frases del Dharma, los nombres originales y las prácticas."
Pregunta: ¿Cuál es el significado que expresa este verso?
Respuesta: Este verso contiene un doble nivel de significado: el exotérico (ken) y el esotérico (mitsu).
En cuanto al sentido exotérico, se interpreta según las explicaciones de los comentaristas ordinarios. Pero dentro del sentido esotérico se encuentran niveles profundos, múltiples, dispuestos tanto horizontal como verticalmente. Por ello, el verso recurre a una analogía, diciendo: "Es como la Red de Indra, en la que se cumplen todos los significados y beneficios".
La expresión "Red de Indra" incluye tanto el sentido exotérico como el esotérico.
En el sentido exotérico, es uno de los nombres del rey celestial Indra. Que "todos los significados y beneficios se cumplen" significa que “el emperador celestial creó por sí mismo una teoría del sonido, y fue capaz de incluir en una sola palabra múltiples significados completos”. Por ello se emplea como prueba. Si hasta la sabiduría mundana es capaz de esto, ¡cuánto más el Tathagata, que posee perfecta libertad dentro del Dharma!
Y si se explica esta frase según el sentido secreto, entonces cada palabra, cada nombre, cada forma de expresión contiene innumerables significados en plenitud. Aunque los Budas y Bodhisattvas manifiesten ilimitadas nubes de cuerpos y, en los tres tiempos, prediquen constantemente los significados de cada letra y cada sílaba, no serían capaces de agotarlos. ¡Cuánto menos podría comprenderlos un ser común! Aquí simplemente mostramos un rincón de este vasto panorama.
Al comienzo del verso se dice "Iluminación Perfecta", que se refiere al cuerpo secreto del Buda de la Ley en su igualdad, la realidad del Triple Misterio (Sanmitsu). Este cuerpo secreto es ilimitado en número. Así lo explica el texto "Doctrina del Cuerpo Actual" (Sokushin gi). Y este cuerpo secreto es precisamente la Realidad Verdadera.
A continuación, el "mantra" (shingon) se refiere al sonido, el cual es el misterio verbal (gomitsu). Luego, "nombre verbal" indica la letra. A través del habla se revela el nombre; y el nombre es precisamente la letra. Así pues, en este único verso se hallan los tres elementos: sonido, letra y realidad verdadera.
Si interpretamos esta enseñanza dentro de todo un Sutra, recurrimos al Sutra de Mahavairocana. Allí, los mantras de las diversas deidades son "sonido"; las puertas de las letras —como la Puerta del Sílaba A — y la Sección del Mandala de Letras son "letras"; y los pasajes que explican la naturaleza esencial de las deidades y la sección sobre lo Incondicionado representan la "Realidad Verdadera".
Asimismo, si se interpreta esta enseñanza desde una sola letra, entonces volvamos al sánscrito.
Cuando pronunciamos la letra A, que es la primera de todas, suena con la voz A. Ese sonido es el sonido. ¿A qué nombre corresponde ese sonido? Representa el nombre del Cuerpo del Dharma. Por lo tanto, ese sonido A es letra y sonido. ¿Y qué significa el Cuerpo del Dharma? Significa que "todos los fenómenos carecen de nacimiento desde el principio" —esto es, la Realidad Verdadera.
(ii) Interpretación del Contenido Doctrinal
Ya que hemos escuchado las pruebas escriturales, roguemos ahora que se explique el significado esencial.
Un verso declara:
"En los Cinco Grandes Elementos resuena el sonido,En los Diez Mundos se halla el lenguaje.
Los seis objetos sensoriales son, sin excepción, letras.
El Cuerpo del Dharma es la Realidad Verdadera."
Interpretémoslo, dividiendo el verso en cuatro partes:
- la primera línea agota la sustancia del sonido mental;
- la segunda examina la veracidad o falsedad de las letras;
- la tercera revela el carácter interior y exterior de las letras;
- la cuarta culmina en la comprensión de la Realidad Verdadera.
(A) Primero: “Cinco Grandes Elementos”
Estos son:
- el gran elemento tierra (chidai),
- el gran elemento agua (suidai),
- el gran elemento fuego (kadai),
- el gran elemento viento (fūdai),
- el gran elemento espacio (kūdai).
Los Cinco Grandes Elementos contienen ambos niveles: el exotérico y el esotérico. El significado exotérico de los Cinco Grandes Elementos es el que comúnmente se enseña. En cuanto al sentido esotérico, los Cinco Grandes Elementos representan los Cinco Caracteres Sagrados, los Cinco Budas, y las deidades del océano del Mandala (kaie no shoson). La doctrina de los Cinco Grandes Elementos se explica en el tratado "Doctrina del Cuerpo Actual".
Cada uno de estos Cinco Grandes Elementos —ya sea interior o exterior— contiene sonido y resonancia. Todos los sonidos y resonancias surgen en dependencia de los Cinco Grandes Elementos. Los Cinco Grandes Elementos son el fundamento de todo sonido; y el sonido es su función. Por ello se dice: "En los Cinco Grandes Elementos resuena el sonido".
(B) Luego: "En los Diez Mundos se halla el lenguaje".
Los Diez Mundos (Jikkai) son:
- el mundo de todos los Budas,
- el mundo de todos los Bodhisattvas,
- el mundo de los Pratyekabuddhas,
- el mundo de los Shravakas,
- el mundo de los Dioses,
- el mundo de los Seres Humanos,
- el mundo de los Asuras,
- el mundo de los Animales,
- el mundo de los Fantasmas Hambrientos,
- el mundo de los Infiernos.
Todos los demás tipos de existencia —dioses menores, demonios y seres no humanos— se incluyen dentro de estos Tres Reinos: Celestiales, Fantasmales y Animales.
En el Sutra Avataṃsaka y en el Sutra del Pico del Diamante se encuentran pasajes que describen los Diez Mundos.
Todo lenguaje en estos Diez Mundos surge a partir del sonido. El sonido posee longitud, brevedad, agudeza o gravedad, y diversos ritmos y acentuaciones. Esto se llama "frase". Las frases dependen de los nombres, y los nombres dependen de las frases. Por eso los comentadores dicen que "la frase es la letra", refiriéndose a la mutua dependencia de ambos. Esto corresponde a las letras del sonido interior. Estas letras se dividen provisionalmente en diez tipos, que corresponden a la diferenciación de los Diez Mundos anteriormente descritos.
Ahora bien, ¿son verdaderas o falsas estas diez clases de letras?
Si se sigue la explicación vertical según niveles de profundidad, entonces los nueve mundos son ilusorios, mientras que las letras del mundo del Buda son verdaderas. Por ello, los Sutras alaban al Buda como "aquel que habla palabras verdaderas, reales, tales como son, no engañosas, y no contradictorias".
Estas cinco clases de expresión verbal se llaman, en sánscrito, Mantra (mandara). Cada una de ellas representa una distinción dentro de un solo mantra. Por eso Nagarjuna las denomina "lenguaje secreto" (himitsugo). Este "lenguaje secreto" es lo que se llama "mantra verdadero" (Shingon).
¿Y qué designa el mantra verdadero? Designa precisamente la Realidad Verdadera de todos los dharmas. Por ser expresado sin error ni falsedad, se llama "mantra verdadero".
¿Cómo es que el mantra nombra todos los dharmas? Aunque los mantras son innumerables y diversos, todos tienen su fuente en el mantra del Rey de la Meditación del Sello Oceánico del Honorable Mahavairocana.
¿Y cuál es ese mantra rey? Es la rueda de letras, los caracteres sagrados, y los alfabetos enseñados en el Sutra del Pico del Diamante (Kongōchō) y en el Sutra del Gran Sol (Dainichi-kyō). Los caracteres sagrados son los sonidos del alfabeto sánscrito, desde la A hasta el Ha. Estas letras representan los nombres secretos del Cuerpo del Dharma de Mahavairocana. Incluso los dioses celestiales, los dragones, los demonios, etc., llevan estos nombres.
La raíz de todo nombre es el Cuerpo del Dharma; desde él emanan y, al descender, se convierten gradualmente en las palabras convencionales de este mundo. Si uno comprende el significado real, entonces se llama mantra verdadero; si uno no conoce la fuente, se llama "lenguaje ilusorio". El lenguaje ilusorio es la causa de recibir sufrimiento en la larga noche del Samsara. El mantra verdadero elimina el sufrimiento y concede la dicha. Es como el veneno y el remedio: uno daña, el otro sana. Así ocurre con la ilusión y el Despertar.
Pregunta: ¿Cómo se relacionan las cinco clases de lenguaje de Nāgārjuna con las dos clases de lenguaje que hemos explicado ahora?
Respuesta: “Imagen”, “sueño”, “ilusión” y “sin comienzo” pertenecen a lo ilusorio. Solo el “significado tal cual es” (nyogi) pertenece a lo verdadero.
Con esto concluye la explicación sobre las letras verdaderas y falsas.
(C) Exposición del Aspecto Interno y Externo de las Letras
Ahora explicaré el significado de la frase del verso: "Los seis objetos sensoriales (rokujin) son, sin excepción, letras."
Los seis objetos sensoriales son:
- el objeto visual,
- el objeto auditivo,
- el objeto olfativo,
- el objeto gustativo,
- el objeto táctil,
- el objeto mental.
Cada uno de estos seis posee un aspecto que puede denominarse "letra".
Comenzaremos por exponer el carácter de “letra” del objeto visual, es decir, el objeto de la visión.
Verso:
"Hay formas manifiestas y formas modeladas,Que existen en lo interno y lo externo, como soporte y como manifestación.
Algunas surgen por naturaleza, otras por condiciones;
Pueden causar ilusión, o bien, conducir al Despertar."
Interpretamos este verso en cuatro partes:
(1) la primera línea describe las diversas formas de color y forma;
(2) la segunda muestra que las formas internas y externas se relacionan como soporte y manifestación ;
(3) la tercera distingue dos modos de origen: natural y condicionado;
(4) la cuarta enseña que estas múltiples formas, si se contemplan con necedad, son veneno; pero con sabiduría, son medicina.
(a) Primer verso: “Formas manifiestas y modeladas”
Aquí se distinguen tres tipos de forma:
- Formas manifiestas,
- Formas estructurales o geométricas,
- Formas dinámicas o de acción.
1. Las formas manifiestas
Estas corresponden a los colores de los Cinco Grandes Elementos. La escuela Hosso establece solo cuatro colores, omitiendo el negro. Sin embargo, el Sutra de Mahavairocana establece cinco colores primarios asociados a los cinco elementos:
- amarillo (tierra),
- blanco (agua),
- rojo (fuego),
- negro (aire),
- azul (espacio).
Estos cinco colores constituyen lo que se llama "formas manifiestas". También se incluyen manifestaciones como sombras, luces, claridad, oscuridad, nubes, humo, polvo, niebla y el cielo mismo. Si algo es claramente perceptible y es captado por la conciencia visual , se le llama forma manifiesta. Estas formas se distinguen por su cualidad agradable o desagradable, y por variaciones en su intensidad o nitidez.
El Sutra de Mahavairocana afirma: "La mente no es azul, ni amarilla, ni roja, ni blanca, ni púrpura, ni del color del cristal, ni luminosa." Esto niega que la mente pertenezca al dominio de las formas manifiestas.
2. Las formas geométricas
Estas son las distinciones de largo y corto, grueso y fino, correcto e incorrecto, alto y bajo. También incluyen las formas geométricas: círculo, cuadrado, triángulo, media luna, etc. Cuando los colores se acumulan y forman estructuras que permiten distinguir proporciones como largo o corto, ello pertenece a este grupo.
El Sutra de Mahavairocana dice: "La mente no es larga ni corta, ni redonda ni cuadrada." Lo cual indica que la mente no pertenece a las formas estructurales.
3. Las formas dinámicas
Estas son los movimientos y posturas como tomar y soltar, doblar y estirar, caminar, estar de pie, sentarse, acostarse. El conjunto de formas que nacen y perecen continuamente, que se suceden por causa del cambio, se incluye también aquí. Desde el punto de su origen, estas formas no se generan repetidamente en el mismo lugar, sino que se trasladan: algunas nacen sin intervalo, otras con intervalo, algunas cerca, otras lejos, según diferentes condiciones. También incluyen los movimientos motivados por acciones, trabajo o intencionalidad: estos son denominados "formas dinámicas".
El Sutra de Mahavairocana dice: "La mente no es hombre ni mujer." Esto niega también que la mente pertenezca a las formas dinámicas. Las formas dinámicas abarcan tanto las formas manifiestas como las estructurales.
Se afirma también: "¿Cómo puede uno conocer la mente por sí mismo? Sea a través de formas manifiestas, formas geométricas, o mediante las cinco agregados —forma, sensación, percepción, volición, conciencia—; sea a través del yo, o de lo que se considera como del yo, sea por medio del sujeto cognoscente o del objeto cognoscido: en ninguno de estos puede hallarse verdaderamente."
Esto aclara los nombres de las formas manifiestas, estructurales y dinámicas. Las formas manifiestas son como se ha explicado; las formas dinámicas comienzan desde las acciones como tomar o soltar. Así, todas las formas —manifiestas, estructurales o dinámicas— son objeto de la visión ocular, objeto de la conciencia visual, objeto de la conciencia mental, y son consideradas letras debido a sus distinciones.
Cada aspecto particular constituye una "frase"; y cada frase tiene su "nombre", por lo cual se las denomina "letras". Estas tres categorías constituyen las letras del objeto visual.
En ocasiones, se subdividen en veinte clases, lo cual coincide con las distinciones de forma del soporte y manifestación en los diez mundos.
Apéndice doctrinal: enseñanza del Yogacarabhūmi-Shastra (Yugaron)
Ahora debemos explicar primero los dharmas compuestos del agregado forma.
Pregunta: Si todos los dharmas nacen de sus propias semillas, ¿cómo puede decirse que los grandes elementos producen las formas compuestas? ¿Cómo pueden estas formas derivarse de ellos, establecerse en ellos, depender de ellos y crecer por ellos?
Respuesta: Todas las semillas —tanto de los grandes elementos como de las formas que producen— residen en la continuidad de la mente interna. Antes de que los grandes elementos generen otros grandes elementos, las semillas de las formas aún no pueden producir formas. Solo una vez que los grandes elementos han sido producidos, las formas nacen de sus propias semillas. Así se afirma que los grandes elementos son la causa de las formas.
Pregunta: ¿Por qué se dice que las formas dependen de ellos?
Respuesta: Porque, una vez nacidas, las formas no se separan del lugar donde están los grandes elementos.
Pregunta: ¿Por qué se dice que las formas se establecen en ellos?
Respuesta: Porque cuando los grandes elementos se alteran, las formas también se ven afectadas.
Pregunta: ¿Por qué se dice que las formas dependen de ellos para su sostén?
Respuesta: Porque mientras los grandes elementos no se destruyan, las formas también permanecen.
Pregunta: ¿Por qué se dice que los grandes elementos nutren las formas?
Respuesta: Porque por medio de alimentación, descanso, cultivo, vida pura, y meditación, las formas se fortalecen y expanden.
Por estas razones, los grandes elementos son llamados "grandes" porque actúan como causa generadora.
También se enseña que dentro del agregado forma (rūpa-skandha) no hay surgimiento desde partículas mínimas (paramāṇu). Si las formas se generan a partir de sus propias semillas, entonces estas surgen por agregación. Tales agregaciones pueden ser sutiles, medianas o grandes. Las partículas mínimas no producen las formas compuestas. Más bien, a través del análisis mental (kakuhō) se conceptualizan estos límites como partículas mínimas, sin una existencia real.
Si un conjunto de formas tiene partes, entonces también las partículas mínimas deberían tener partes. Pero si una forma tiene partes, ya no es una partícula mínima. Por definición, la partícula mínima no se divide más, y no contiene otras partículas dentro. Así, la partícula mínima no tiene partes distinguibles.
Además, se reconocen dos tipos de inseparabilidad (fusori):
- Inseparabilidad por ubicación común: Esto se refiere a cómo los elementos (color, olor, sabor, tacto) y los grandes elementos coexisten en una misma ubicación, ya sea en cuerpos dotados de órganos sensoriales o sin ellos.
- Inseparabilidad por mezcla: Esto significa que las partículas mínimas de los grandes elementos se combinan y se mezclan con los compuestos formados, produciendo una unidad inseparable, como el polvo mezclado con agua, sin separación.
Esta mezcla no es como una colección de granos de sésamo, frijoles o mijo, que aunque estén juntos, siguen siendo distinguibles. Todas las formas compuestas dependen del soporte de los grandes elementos, y no exceden su ámbito de operación. Toda forma, al final, regresa a este fundamento. Por ello se enseña que las formas surgen en dependencia de los grandes elementos.
También se dice que dentro del agregado de la forma existen catorce categorías generales: los elementos tierra, agua, fuego, aire; los objetos de los sentidos: color, sonido, olor, sabor, tacto; y las cinco facultades sensoriales: visión, audición, olfato, gusto y tacto —exceptuando la forma relacionada con el pensamiento (que pertenece al dominio del mental).
Asimismo, se reconocen diez clases de formas, descritas extensamente en tratados como el Yogacarabhumi. De este modo, todas estas múltiples distinciones de forma son llamadas letras visuales.
Escribir la sílaba A, por ejemplo, usando cinco colores, también se considera una letra visual. Pintar imágenes de seres animados o inanimados, emplear brocados, sedas bordadas y telas ornamentales, todo ello son igualmente formas de "letras visuales".
Los Sutras del Loto, Avataṃsaka y Prajnaparamita también enseñan detalladamente la variedad de las formas. Sin embargo, ninguna se sitúa fuera del ámbito de los Diez Mundos internos y externos. Por lo tanto, todas estas diferencias de forma son lo que se denomina: las letras del color y la forma. De este modo, todas las formas diferenciadas —ya sean internas o externas, producidas por los grandes elementos o sus condiciones, perceptibles o simbólicas—, por ser portadoras de significados, son llamadas letras del color, o también letras del objeto visual. Cada una de sus manifestaciones es una frase, y cada frase lleva un nombre, razón por la cual reciben el nombre de "letras". Así, todas estas diferenciaciones pertenecen al conjunto de las letras visuales.
Es también por esto que se considera como letra el hecho de escribir sílabas sagradas —como la A, símbolo del no nacimiento— con cinco colores. Asimismo, toda imagen pintada que represente seres sintientes o insensibles, cualquier iconografía sagrada, cualquier representación en arte sagrado o secular, se incluye entre las letras visuales. Lo mismo puede decirse de los bordados, sedas preciosas, brocados, tapices y ornamentos rituales. Todos ellos, al participar de la forma y del color, al comunicar sentido, al actuar como soportes del pensamiento y medios del Dharma, son también "letras".
Y no solo en este tratado, sino también en los grandes sutras de la tradición Mahayana —el Sutra del Loto, el Sutra Avatamsaka y el Sutra de la Perfección de la Sabiduría—, se expone extensamente la variedad de las formas, y se las describe como portadoras del Dharma, como manifestaciones de los méritos del Buda, como símbolos visibles de lo invisible.
Sin embargo, todo lo que estas escrituras afirman se encuentra contenido, sin excepción, dentro de los diez mundos, tanto en sus aspectos internos como externos, tanto como reinos espirituales como como expresiones corpóreas. Por tanto, todas estas distinciones del color y la forma deben denominarse correctamente: las letras del color, o también letras visuales, por ser expresiones visibles del Dharma.
(b) El Uso de las Letras Visuales en la Ilusión y en el Despertar
Estas "letras" —las formas y colores perceptibles—, cuando se reciben desde la ignorancia, se convierten en causas de apego y fascinación, activando la codicia, el odio, la necedad y demás pasiones kármicas. Así surgen, una tras otra, las raíces del mal: las Diez Malas Acciones y las Cinco Ofensas Graves. Por eso el verso declara: "pueden causar ilusión". Pero cuando estas mismas formas se contemplan desde la sabiduría, se reconocen como lo que son: apariencias interdependientes, sin substancia propia. Entonces el sabio no se aferra ni rechaza; ve con ojos ecuánimes y establece mandalas del Reino del Dharma, expresando así la vasta actividad del Buda.
Con ello, ofrece beneficio a los Budas del pasado mediante la ofrenda y veneración, y conduce a la liberación de los seres sintientes, completando así simultáneamente su beneficio propio y el beneficio ajeno. Por eso el verso añade: "y también pueden conducir al Despertar".
(c) Las Formas están Presentes en lo Interno y en lo Externo como Soporte y Manifestación
La expresión "se encuentran en los aspectos internos y externos como soporte y manifestación" se desarrolla en tres puntos:
- Primero, se explica que las formas internas poseen los tres aspectos mencionados anteriormente: forma manifiesta, forma estructural y forma dinámica.
- Segundo, que las formas externas también los poseen.
- Tercero, que aquello que es forma interna no está absolutamente limitado a lo interno, ni lo externo está fijo en lo externo, sino que ambas se interrelacionan mutuamente como soporte y manifestación.
En este contexto, la forma interna se refiere a los cuerpos de los seres sintientes, y la forma externa al mundo objetivo o "reino de los objetos".
El Sutra enseña: "El cuerpo del Buda es inconcebible. Todos los países y mundos se hallan dentro de él. En un solo poro de un solo vello, el Buda hace aparecer océanos de mundos. Y cada uno de estos poros contiene incontables mundos, en los que aparecen innumerables Budas, cada uno predicando el Dharma sublime ante asambleas de seres sintientes. En una sola mota de polvo se hallan grandes y pequeños mundos, en número igual a los granos del polvo. Y en cada una de esas motas, todos los Budas entran plenamente."
A la luz de estos pasajes, se comprende con claridad que tanto el Cuerpo del Buda como el de los seres sintientes existen en formas superpuestas y en múltiples dimensiones, grandes y pequeñas.
A veces, el cuerpo del Buda tiene como medida todo el espacio del Dharma; otras, se manifiesta como un número incalculable de Tierras Puras; incluso puede tomar como medida un solo mundo búdico, o una sola mota de polvo. De este modo, el cuerpo y el suelo, lo interno y lo externo, el soporte y la manifestación, se interrelacionan y contienen mutuamente.
Dentro de estas formas internas y externas se encuentran siempre las tres formas mencionadas: manifiesta, estructural y dinámica. Por ello el verso afirma: "se encuentran en lo interno y lo externo como soporte y manifestación."
(d) Algunas Formas Surgen por Naturaleza, otras por Condiciones
El verso dice: "Algunas surgen por naturaleza, otras por condiciones".
Esto se refiere a que las formas como las manifestaciones, colores y estructuras pueden nacer:
- unas directamente desde la naturaleza del Dharma,
- otras a través del poder de las condiciones kármicas y el mérito acumulado.
Aquellas que surgen por naturaleza inmutable son las del Buda del Dharma.
El Sutra de Mahavairocana dice: "En ese momento, el Honorable Gran Sol (Mahavairocana) entró en el samādhi llamado 'Igualdad Suprema'. Inmediatamente, todos los mundos búdicos se mostraron tan planos como la palma de la mano, decorados con cinco joyas, llenos de aguas de ocho virtudes y fragancias exquisitas. Incontables aves —como garzas, patos y cisnes— emitían sonidos armoniosos. Flores celestiales y árboles maravillosos adornaban el paisaje. Instrumentos de música surgían espontáneamente, con melodías tan sutiles que los seres deseaban escucharlas. Incontables Bodhisattvas se manifestaban en palacios y tronos según su mérito, nacidos por la fuerza de su karma virtuoso. En medio del loto real, surgido del estandarte del Reino del Dharma, residía el Buda Mahāvairocana, en su Cuerpo de la Naturaleza del Dharma."
Este pasaje expresa dos niveles de significado:
- La manifestación de la tierra y el cuerpo del Buda como surgidos por naturaleza —como se ve en la frase "Cuerpo de la Naturaleza del Dharma", el cual mora en el loto de la Verdad.
- La manifestación de la tierra y cuerpo como surgidos por condiciones kármicas —como se ve en las frases "nacidos por el mérito de los Bodhisattvas" y “por la fuerza del voto del Buda”.
El Honorable Mahavairocana (Dainichi Nyorai) —Mahavairocana, según el sánscrito— es el Buda del Dharma, y su tierra y cuerpo surgen por naturaleza. No obstante, también se dice que el Buda del Recompensa, cuyo cuerpo es fruto de su práctica y votos, se llama igualmente Dainichi. Por eso se dice que su cuerpo surge de la "comprensión, la fe y el poder del voto".
También el texto dice: "Ese Tathāgata posee un cuerpo sin obstáculos. Sus miembros emanan la fuerza nacida de las diez sabidurías y la fe. Tiene una forma decorada con innumerables cualidades visuales." Este es el cuerpo del Buda del Recompensa.
Si se dice que el Buda del Rescate y Transformación también se llama Dainichi, entonces, por su luz que ilumina el Reino del Dharma, también merece este nombre. Por eso en los sutras a veces se le llama Shakyamuni, a veces Vairocana.
En el Sutra del Gran Sol se afirma: "Después de incontables miles de kotis de nayutas de kalpas, este cuerpo fue perfeccionado con la práctica de las Seis Perfecciones." Esto se refiere al cuerpo del Buda Transformado, surgido por su práctica y votos.
Si también se denomina Dainichi al Cuerpo del Buda afín a los seres sintientes, ello se justifica por la presencia en él de este principio.
El texto dice: "En ese instante, apareció súbitamente."
Esto indica la aparición momentánea del Buda del Tipo-Afín, que aparece y desaparece conforme a las condiciones. Donde hay cuerpo, también hay tierra. Este es, pues, el cuerpo y la tierra del Buda del Tipo-Afín. Así, todas las tierras de soporte y manifestación que se mencionan arriba se corresponden con los cuatro tipos de cuerpos del Buda. Si se consideran verticalmente, hay grandes y pequeños, burdos y sutiles. Si se consideran horizontalmente, son todos iguales, uno con el Dharma. Por tanto, tanto el cuerpo como la tierra del Buda poseen estos dos aspectos: lo que surge por naturaleza y lo que surge por condiciones. De ahí que el verso diga: "algunas surgen por naturaleza, otras por condiciones."
Estas múltiples formas, ya sean internas o externas, contienen siempre las tres formas descritas, y se relacionan mutuamente como soporte y manifestación. Esto se ha explicado tomando como base el Cuerpo del Buda. Pero puede explicarse también desde el punto de vista de los seres sintientes.
Si se acepta que los seres sintientes también poseen un Cuerpo del Dharma original e igual al del Buda, entonces su cuerpo y su mundo también son realidades surgidas por naturaleza. En cambio, los cuerpos y mundos de los seres en los Tres Mundos y Seis Caminos surgen de condiciones kármicas. Esto se llama: las manifestaciones condicionadas de los seres.
Y en los sutras se afirma: "Los seres que tiñen el mundo de las existencias lo hacen con el sabor del Reino del Dharma." Aquí, "sabor" es sinónimo de color. Como el sabor del azafrán que tiñe toda agua, así es el color surgido por naturaleza.
(e) Conclusión sobre el Objeto Visual y sus Letras
Así pues, todas estas múltiples formas internas y externas, cuando se ven desde la ignorancia, son veneno; pero cuando se ven desde la sabiduría, son medicina. Por eso el verso declara: "pueden causar ilusión, también pueden conducir al Despertar."
Estas formas diversas —nacidas por naturaleza o por condiciones— incluyen tanto el agente que produce como lo producido. El agente que produce son los cinco elementos y los cinco colores; lo producido son los Tres Mundos. Dentro de estas tres clases de mundo, hay diferenciaciones ilimitadas. Por ello se llama a estas manifestaciones: letras del surgimiento por naturaleza y por condiciones.
Con esto concluye la interpretación completa del objeto visual como letra. Lo mismo se aplica todos los otros objetos de los sentidos.
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Aunque el Maestro Kukai fue históricamente el fundador de la escuela Shingon y no miembro de la tradición Tendai o del Loto, su figura doctrinal trasciende las barreras sectarias cuando se considera la unidad esencial del Dharma en su forma última. La Escuela del Loto Reformada reconoce en sus escritos no solo una coherencia con el Verdadero Significado del Sutra del Loto, sino también un complemento precioso al desarrollo de la doctrina esotérica desde la perspectiva de la Budeidad Innata y del Vehículo Único (Ekayana).
La razón fundamental de su inclusión entre los maestros doctrinales válidos no se basa en la pertenencia institucional, sino en el contenido espiritual y doctrinal de su enseñanza, que, leído desde el eje hermenéutico del Sutra del Loto, ofrece una profundización luminosa de sus misterios. La Escuela del Loto Reformada sostiene, en conformidad con los grandes principios de Tiantai y Saicho, que: "Todas las enseñanzas se ordenan hacia la revelación última del Loto; y todo lo que no lo contradice, lo prepara, lo apoya o lo ilumina desde otro ángulo, pertenece al Cuerpo del Buda Eterno."
En este sentido, los tratados doctrinales de Kukai —en especial obras como el Sokushin Jobutsu Gi ("Doctrina de la Budeidad en esta misma vida"), el Unji Gi ("Significado de la Letra Hum"), y el Shōji Jissō Gi ("Realidad Verdadera de Sonidos y Letras")— ofrecen una ontología del símbolo, del mantra, del cuerpo y del cosmos que, al ser reinterpretada desde la clave del Sutra del Loto, se revela como una extensión mística de su mensaje salvífico. Después de todo, el Gran Maestro Annen escribió sobre temas diferentes a Kukai, pues mucho del conocimiento esotérico dentro de Tendai como de Shingon era el mismo y se daba por conocido.
El Sutra del Loto proclama que: "Todos los caminos convergen en el Vehículo Único." Y la Escuela del Loto Reformada, al sostener la unificación de lo esotérico y lo exotérico (Kenmitsu Itchi), ve en Kukai un pionero de dicha unificación, aunque su lenguaje doctrinal difiera en términos de estructura. Además, no puede ignorarse que muchos de los grandes maestros de la tradición Tendai posterior —incluyendo a Annen, Enchin, Ryogen y Genshin— integraron y sistematizaron enseñanzas esotéricas que fueron transmitidas en paralelo. La división rígida entre Shingon y Tendai fue, en la práctica ritual y doctrinal, menos absoluta que lo que a veces se supone. La práctica de los rituales de Mahavairocana, los Mandalas de las dos divisiones, los Mantras y la visión de la Tierra como Mandala Viviente fueron incorporados por la escuela Tendai desde tiempos antiguos. Por ello, la Escuela del Loto Reformada —que se sitúa en la confluencia del Loto y del Esoterismo— no se limita a los nombres históricos, sino que reconoce a todos aquellos que, con corazón puro y mente iluminada, expresaron las verdades eternas del Buda mediante palabras, letras, formas y sonidos que conducen al Despertar.