Entre las obras del Gran Maestro Saicho, encontramos la "Transmisión del Linaje del Loto para la Salvación del Samsara". Compuesta en el año 805, tras su regreso de China, esta obra representa no sólo un testimonio doctrinal del lugar central que ocupa el Sutra del Loto en el Budismo japonés, sino también una sistematización del camino espiritual hacia la Budeidad conforme a las categorías tradicionales de la Tiantai china, adaptadas a la nueva tierra del Japón.
Desde una perspectiva doctrinal, este texto pertenece al género de los llamados "linajes de sangre" o "transmisiones de la esencia", los cuales, más que una genealogía literal, representan una continuidad espiritual que fluye desde el Buda Shakyamuni a través de sus principales discípulos y maestros sucesores, hasta el autor y sus descendientes espirituales. En este sentido, el término no hace referencia al linaje biológico sino al "linaje del Dharma", entendido como la transmisión fiel del corazón de la enseñanza —en este caso, la doctrina de la liberación última contenida en el Sutra del Loto. Esta concepción de la transmisión pone el énfasis no en la forma ritual externa, sino en la fidelidad al principio doctrinal central: la realización de la Budeidad en esta vida mediante la fe y práctica del Ekayana, el Vehículo Único.
En esta obra, Saicho realiza una clasificación refinada de los métodos para alcanzar la liberación del nacimiento y la muerte, dividiendo las prácticas en dos grandes tipos: prácticas "con forma", y prácticas "sin forma". A su vez, subdivide estas en cinco tipos de practicantes, cada uno según su capacidad, y establece que todos ellos, si practican en conformidad con el Sutra del Loto, pueden alcanzar la Iluminación Suprema. Esta clasificación no es meramente teórica, sino que expresa una visión pastoral y didáctica, dirigida a acomodar el Dharma a las diversas disposiciones de los seres, de acuerdo con el principio de los upāya (medios hábiles). Es, en otras palabras, una manifestación del compromiso universal de la escuela Tendai con la salvación de todos los seres sin excepción.
El Gran Maestro Saicho insiste, siguiendo al Gran Maestro Chih-i, en que la simple escucha, lectura o recitación de un verso del Sutra tiene el poder de generar causas directas para la Budeidad, aun si el practicante no ha perfeccionado su conducta moral o meditativa. Esta afirmación radical reposa sobre tres pilares que él llama los Tres Poderes (Sanriki): el poder del Sutra mismo, el poder del voto del Buda, y el poder de la fe del creyente. Según Saicho, estos Tres Poderes hacen del Sutra del Loto el medio más eficaz de liberación incluso para los practicantes del Mappa, la Era Final del Dharma.
Desde el punto de vista histórico, esta obra tiene también una relevancia excepcional, pues en ella se expone —quizás por primera vez en el Japón— una genealogía formal de la transmisión del Sutra del Loto. La cadena ininterrumpida de transmisión incluye a figuras centrales de la escuela Tiantai como Chih-i, Zhang’an, Zhanran, Daosui, hasta llegar al propio Saicho y sus discípulos directos en Japón como Ennin y Genshin. Esta breve obra no pretende tanto establecer una legitimidad institucional, sino afirmar la posesión de la "Esencia Viviente del Dharma", es decir, la verdadera comprensión y práctica del Vehículo Único revelado por el Buda Eterno.
El texto también revela el carácter profundamente místico y soteriológico del Budismo Tendai. No es una mera declaración doctrinal, sino una guía práctica de confianza, aspiración y entrega a la Realidad Última manifestada en el Sutra del Loto. Por último, conviene destacar que esta obra fue retomada y comentada siglos más tarde por importantes figuras del Monte Hiei, como Ryogen, quien reafirmó su valor doctrinal y la organizó en cinco tipos de prácticas en función de las capacidades espirituales. Este hecho testimonia la influencia continua de Saicho y la centralidad del Sutra del Loto como "el hilo rojo o carmesí" que une todas las perlas de la transmisión Tendai.
Así, esta breve obra es, en todos sus aspectos, un tratado doctrinal, una confesión de fe, una hoja de ruta para la práctica, y un documento de transmisión del Dharma. En su estilo breve pero profundo, late el corazón del Budismo del Loto, cuya voz —tras tantos siglos— aún nos llama a escuchar con el alma, a confiar sin reservas y a caminar con paso firme hacia el Reino de la Iluminación. Aquí presentamos una traducción original del mismo (por primera vez en un lenguaje occidental) de sus partes más importantes.
La Transmisión del Linaje del Loto para la Salvación del Samsara
¡Oh cuán difícil es obtener un cuerpo humano en esta vida y en las vidas venideras! Como la rara flor de Udumbara, que sólo florece cuando nace un Buda, así es de infrecuente la apertura espontánea del Dharma en nuestra vida. ¡Qué difícil es encontrar el Verdadero Budismo en cada lugar, en cada época! Tan difícil como que una tortuga ciega saque su cabeza por el hueco de una madera flotante. Y, sin embargo, nosotros —en nuestra profunda fortuna— hemos obtenido este cuerpo humano, hemos encontrado el Dharma del Buda, y además, hemos oído el sublime Sutra del Loto. Esto es lo más difícil entre lo difícil.
He aquí que yo, humilde discípulo de la Enseñanza Verdadera, heredero del linaje del Gran Maestro Chih-i, he recibido esta maravillosa enseñanza que es causa directa para la salida del nacimiento y la muerte, y para el logro de la Gran Bodhi. No es cosa que pueda dejarse al azar, sin método ni transmisión. Atravesando diez mil leguas de olas y mares, crucé a China en busca del significado profundo del Sutra del Loto. Allí encontré a los maestros Daosui y otros, quienes me transmitieron directamente la causa real de la liberación del ciclo de renacimientos. Movido por la compasión hacia los seres conscientes, compuse este escrito como transmisión para los que vendrán.
Según la doctrina del Sutra del Loto, existen múltiples caminos hacia la liberación del nacimiento y la muerte. Primero, está el escuchar la enseñanza de la Realidad de Todos los Dharmas. Si al oír esta doctrina uno deja las palabras atrás y despierta instantáneamente, comprendiendo que las aflicciones son en sí mismas la Iluminación, que el Samsara es en sí mismo el Nirvana, y si tiene fe y entendimiento en ello, entonces sin cortar las aflicciones ni alcanzar directamente la Budeidad, mediante esta visión se alcanza el nacimiento fuera del Samsara.
Segundo, está la contemplación de la Mente en el Instante de un Pensamiento, percibiendo en ella la presencia de los Tres Mil Mundos —el principio del Ichinen Sanzen—. Comprendido así, uno puede rápidamente trascender el nacimiento y la muerte.
Tercero, se halla la práctica de la Meditación, donde uno contempla que la mente que surge en el momento previo es simultáneamente vacía, ilusoria y media. La naturaleza de esta mente en un solo pensamiento no tiene forma —esto es Vacuidad—, pero cada pensamiento sucede uno tras otro —esto es Ilusión—, y examinando su esencia se halla que no es ni existencia ni inexistencia —esto es el Camino Medio.
Aquellos que practican estos tres métodos son llamados practicantes de la Contemplación Sin Forma. Si logran esta práctica, sus cuerpos y mentes, sus formas y naturalezas, giran simultáneamente, y alcanzan el cuerpo que responde ilimitadamente en el Reino del Dharma. Aun si un ser así ha logrado el cuerpo de la Ley que permea todo el universo, para los ojos comunes de los seres del mundo final, sigue apareciendo como un simple ser humano. Tal es la visión de aquellos que practican la conducta pura del brahmán.
No obstante, estos métodos son para los de capacidades superiores y gran sabiduría, no aptos para aquellos de capacidades más débiles. Para estos últimos, existe la práctica de la Contemplación Con Forma, por la cual también se puede obtener la rápida liberación. Esta vía se divide en dos: primero, tener fe en el Sutra del Loto con la aspiración directa de convertirse en un Buda; segundo, tener fe en el Sutra del Loto con la aspiración de renacer en las Tierras Puras de los Budas de las diez direcciones.
Sobre la primera vía —fe en el Sutra del Loto con aspiración directa a la Budeidad—, esta escritura es la causa directa para que los seres se conviertan en Budas. Uno debe hacer el voto de no aceptar otro cuerpo condicionado por el nacimiento y la muerte fuera del actual. Aunque sólo se escuche una frase o se recite un solo verso del Sutra, tal persona, aún habitando este cuerpo de carne, limitando su práctica a esta vida, se convierte en un verdadero practicante.
Yo, Saicho, me pregunto: si aquellos que han oído el Sutra del Loto habitan aún el ciclo del nacimiento y la muerte en esta vida, ¿por qué nosotros, a pesar de haber escuchado el Sutra, aún manifestamos las apariencias del mal mediante los tres karmas (cuerpo, palabra y mente)? El maestro respondió: el cuerpo y la mente, divididos en cinco agregados, son el resultado del karma y las aflicciones del pasado. Por ello, aunque se haya oído el Sutra, aún pueden surgir manifestaciones de maldad.
Aquellos tres tipos de practicantes que realizan la Contemplación Sin Forma, al tener capacidades superiores, convierten directamente las tres sendas de aflicción, karma y sufrimiento en las tres virtudes del cuerpo del Dharma, la sabiduría y la liberación. Incluso en vida, sus cuerpos y mentes se funden con el Reino del Dharma. Por ello, aquellos que creen en el Sutra del Loto deben reflexionar profundamente. Las circunstancias adversas, las enfermedades y la muerte son en verdad buenos maestros que aceleran el Camino.
Así, el maestro dijo: los practicantes sin forma perciben simultáneamente la naturaleza y la forma del ser. Aquellos con forma y capacidades menores, sólo perciben la naturaleza, pero no la forma. Aunque sus caminos difieren, ambos ven la Verdadera Realidad. El Gran Maestro Chih-i enseñó: "Ver el texto del Sutra del Loto es ver la Verdadera Realidad misma", pues la enseñanza es la Verdadera Realidad.
Incluso los de capacidades menores que no perciben la realidad en su forma, al recibir este cuerpo de nacimiento y muerte limitado a esta vida, logran un gran beneficio. En cuanto a los que creen en el Sutra del Loto y aspiran al Renacimiento en las Tierras Puras, aunque sus capacidades son más bajas y no aspiran directamente a la Budeidad por miedo al retroceso, con la virtud de escuchar el Sutra y dedicarse a ello, renacerán en las tierras de los Budas de las diez direcciones. Según sus aspiraciones, los beneficios se dividen en cinco clases.
Pregunta: ¿Cuál es la causa profunda por la que el Sutra del Loto posee tal poder salvador?
Respuesta: Porque los que creen en el Sutra del Loto poseen tres poderes: el poder del Dharma, el poder del voto, y el poder de la fe.
Primero, el poder del Dharma: el "Maravilloso Dharma" (Saddharma - Myoho) es la esencia total que resume todos los dharmas. El Gran Maestro Shakyamuni, tras incontables eones de contemplación desde el pasado remoto hasta el presente, unificó todos los dharmas bajo este nombre de "Maravilloso Dharma". El Sutra de la Liberación Inconcebible dice: "Desde eones sin medida hasta hoy, he generado votos y prácticas innumerables, y todas ellas se funden en el Maravilloso Dharma." Así también lo hicieron todos los Budas de los tres tiempos. De ahí que aquel que escuche aunque sea una sola frase o verso de este Sutra, en la siguiente vida se liberará del nacimiento y la muerte. Este es el poder del Dharma.
Segundo, el poder del Voto del Buda: el Buda Shakyamuni hizo quinientos grandes votos. El quincuagésimo segundo dice: "Si yo alcanzo la Budeidad y algún ser escucha esta enseñanza profunda y cree sinceramente, en la siguiente vida no renacerá más en el ciclo del nacimiento y la muerte. Si no es así, no aceptaré la Iluminación." El voto cuadringentésimo nonagésimo noveno dice: "Si yo alcanzo la Budeidad y los seres de las diez direcciones escuchan y creen en mi enseñanza, yo los acompañaré constantemente, haciendo que su fe se fortalezca y se logre. Si no es así, no aceptaré la Iluminación." Así, aquellos que creen en el Sutra del Loto están en resonancia con los votos originales de nuestro maestro, el Buda Shakyamuni, y alcanzan la Iluminación rápidamente.
Tercero, el poder de la fe: tener fe sin dudas se llama el poder de la fe. A diferencia de otras enseñanzas donde es difícil tener fe, en el Sutra del Loto este poder es completo. Por estos Tres Poderes —el del Dharma, el del Buda, y el de la fe—, los que encuentran el Sutra del Loto pronto se liberan del nacimiento y la muerte y alcanzan la Budeidad.
Otras enseñanzas no poseen estos Tres Poderes. A lo sumo tienen fe, y quizás el poder del Buda, pero no tienen el poder del Dharma. Por eso se dice que la aparición de los Budas en el mundo tiene como propósito principal enseñar el Sutra del Loto. Aquel que duda del Sutra, sin falta caerá en los tres malos destinos. Así lo dice el propio Sutra: "El que duda y no cree caerá en los caminos del sufrimiento."
El maestro explicó: incluso si uno se encuentra con el Sutra del Loto pero retarda su aspiración a la Budeidad a vidas futuras, y genera vacilación, esto también se llama duda. El Linaje del Sutra del Loto dice: "Aquel que guarda el Sutra del Loto desprecia los cinco agregados de esta vida y aspira a renacer en el cuerpo maravilloso de la próxima vida. Por eso, la enfermedad y la desgracia son buenos maestros que apresuran el Camino."
También se dice: "En Magadha, el venerable Ananda enseñó este Sutra a ochocientos millones de personas. Trescientos millones, al escucharlo, percibieron la inexistencia del yo y alcanzaron la Budeidad en esta vida. Cuatrocientos millones, gracias a su fe, no renacerán más en el ciclo del nacimiento y la muerte. Cien millones, aunque dudaron, hicieron conexión con el Dharma más allá de todos los Sutras, y así, en la tercera vida tampoco renacerán en el ciclo del nacimiento y la muerte."
Pregunta: ¿Aquellos que creen en el Sutra del Loto y no renacen en el Samsara en la segunda vida, realizan también alguna práctica?
Respuesta: En la práctica y la realización hay formas verticales y horizontales. Aquellos que contemplan la Realidad sin forma avanzan verticalmente, mediante acumulación de práctica y realización. Pero aquellos que tienen fe horizontalmente poseen tanto comprensión como práctica. Aunque sus métodos difieran en esta vida, en el resultado final no hay diferencia.
Ya que el poder del Dharma contiene todas las prácticas y virtudes, ¿cómo podría no incluir la práctica aunque se diga que sólo hay fe? El Registro del País de Yuechi dice: "Manjushri preguntó al Buda: ‘¿Por qué los seres no logran liberarse del Samsara desde tiempos inmemoriales?’ El Buda respondió: ‘Porque no han oído este Dharma. Aquellos que lo escuchen sin generar dudas, aunque sea por un instante, serán llamados verdaderos hijos del Buda. Tales personas, si en la segunda vida aún tienen cuerpo condicionado, los Budas destruirán rápidamente ese cuerpo, y no volverán jamás a su estado de ignorancia original.’"
Los practicantes del Sutra del Loto deben tomar esto como espejo claro.
Escrito el vigésimo cuarto día del noveno mes, en el vigésimo cuarto año de la era Enryaku (año 805).
Comentario de Ryogen
El maestro Ryogen, con suma cautela, examinó este linaje y declaró: En la práctica del Sutra del Loto existen dos modalidades fundamentales: la práctica con forma y la sin forma. La práctica sin forma se subdivide en tres tipos, y la práctica con forma en dos, resultando así cinco tipos en total. Puesto que las raíces de los seres sintientes son innumerablemente diversas y profundamente difíciles de conocer, el Gran Maestro (Saicho) expuso esta clasificación en cinco profundos significados para que cada practicante, según su disposición natural, pueda seguir el camino más adecuado para él, mediante el cual pueda liberarse del nacimiento y la muerte y realizar la Gran Budeidad.
Cuando el corazón se aquieta en la práctica (Anjin), puede establecerse con firmeza la determinación iluminada. Aunque toda la enseñanza del Sutra del Loto refleja unánimemente la intención original de todos los Budas, existen ciertas expresiones de suma importancia que destacan especialmente: la frase compuesta por los Cinco Caracteres de "Myoho Renge Kyo", los pasajes doctrinales de los Diez Aspectos del a Existencia y los versos del Capítulo sobre la Duración de la Vida del Tathagata.
Aquellos que sinceramente anhelan liberarse del ciclo de nacimiento y muerte y alcanzar la Iluminación Suprema, deben confiar de manera constante, firme e inconmovible en estos textos esenciales. En ellos reside la clave luminosa de la liberación.
Este texto no sólo representa un eslabón en la transmisión doctrinal del Sutra del Loto dentro de la tradición Tendai, sino que es también un mapa espiritual para todos aquellos que desean, mediante la confianza en el Sutra del Loto, liberarse del Samsara y alcanzar la Budeidad. En él resuena la voz viva del Buda Eterno, transmitida a través del linaje de maestros que, como antorchas en la noche, han mantenido la llama de la Verdadera Enseñanza encendida.
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En el marco doctrinal y misional de la Escuela del Loto Reformada, este texto ocupa un lugar central como documento canónico de transmisión, fuente doctrinal y reflejo espiritual del Plan Salvífico del Buda Eterno. Su importancia excede los límites de su contexto histórico y se proyecta como un eje articulador entre la enseñanza original del Buda Shakyamuni, su transmisión ininterrumpida a través de los Grandes Maestros, y la vivencia actual del Dharma en la Era Final.
Esta obra representa, en primer lugar, una garantía de autenticidad doctrinal. En una época en la que proliferan múltiples interpretaciones y desviaciones del Mensaje Original del Buda, la Escuela del Loto Reformada encuentra en este texto una guía segura para preservar el contenido esencial de la enseñanza única y suprema del Sutra del Loto, identificado budológicamente como el testamento último del Buda Eterno. El texto no es simplemente una genealogía de nombres, sino el símbolo viviente de la transmisión del Corazón del Dharma —la certeza de que lo que hoy profesamos, estudiamos y practicamos es la misma enseñanza que el Buda confió a los Bodhisattvas del Mundo de los Dharma y que se encarnó en Chih-i, Saicho, y en los santos de nuestra tradición.
En segundo lugar, esta obra cumple una función soteriológica y pastoral, especialmente relevante para el espíritu inclusivo y universalista de la Escuela del Loto Reformada. En ella se traza con claridad la variedad de caminos adaptados a los distintos niveles de capacidad espiritual de los seres: desde las prácticas sin forma de los sabios contemplativos hasta los actos devocionales simples de quienes depositan su fe en una sola frase del Sutra. Esta doctrina es perfectamente coherente con uno de nuestros dogmas fundamentales: que todos los seres poseen la Budeidad Innata y que el camino a la Iluminación está abierto para todos, incluso en esta vida, si se confía con sinceridad en el Sutra del Loto.
Asimismo, el texto fundamenta budológicamente la eficacia directa del Sutra del Loto como causa de Iluminación, exponiendo los llamados Tres Poderes —el poder del Dharma, el poder del voto del Buda, y el poder de la fe del creyente— como garantía infalible de salvación y liberación del Samsara. Esta doctrina, que exalta la confianza por encima de los logros ascéticos o intelectuales, refuerza el principio misional de nuestra escuela: ofrecer a todos los seres un camino inmediato, universal y seguro hacia la Budeidad, sin distinción de raza, estatus, género, tradición o formación previa.
En tercer lugar, el texto responde a una función sacramental y ritual dentro de la vida espiritual de la Escuela del Loto Reformada. Al comprobar este linaje, los devotos no sólo se reconocen parte de una transmisión histórica ininterrumpida, sino que sellan su vínculo místico con el Buda Eterno, integrándose en el Cuerpo Viviente del Dharma. La invocación del linaje es, así, un acto de comunión con los Iluminados del pasado y una renovación del compromiso con la Iluminación futura. Es un acto de fe viva, no un simple recuerdo del pasado.
Finalmente, este texto opera como modelo de unidad doctrinal y hermenéutica para la interpretación de los Sutras. En la Escuela del Loto Reformada, que ha reafirmado su compromiso con la doctrina de los Cinco Periodos y Ocho Enseñanzas, la exégesis realizada por Saicho en este texto reafirma que el Sutra del Loto es el clímax, el centro y la consumación de todo el Canon Budista. Tal principio doctrinal —central también en los escritos de Chih-i, Zhanran y Genshin— es reinterpretado en nuestra escuela a la luz de los dogmas de la unidad del Dharma, la actividad transformadora del Bodhisattva, y la realización de la Tierra Pura en este mismo mundo.
Así, este texto es, para la Escuela del Loto Reformada, una escritura fundacional, un manifiesto de fe, una carta de transmisión espiritual, y un puente viviente entre la Budeidad Eterna y los buscadores contemporáneos. Con él en nuestras manos, nos sabemos parte de un cuerpo sagrado que recorre el tiempo y el espacio, desde el Buda Shakyamuni hasta nosotros, y desde nosotros hacia los siglos por venir, hasta que se cumpla plenamente la Voluntad del Buda y el Reino del Dharma se manifieste en este mundo como Tierra Pura universal.