Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


domingo, 15 de noviembre de 2020

El Mundo del Despertar: Ciclo de Lecturas sobre el Sutra Avatamsaka – Introducción al Sutra de la Guirnalda de Flores II

 Tradicionalmente, el Templo Tendai de Puerto Rico tiene varios Ciclos de Estudio y Lectura sobre los Sutras – los Textos Sagrados canónicos del Budismo. Dado a la pandemia mundial, no nos hemos podido reunir. Pero todo problema conlleva una oportunidad, y en nuestro caso, nos brinda la bendición de hacer estas lecturas públicas en este blog, para el beneficio de la Sangha y de toda la comunidad Hispana.

Este año, comenzaremos por primera vez un nuevo Ciclo sobre el Sutra Avatamsaka, el primer sermón dado por el Buda tras su Despertar en el mundo. El mismo revelaba completamente el contenido de su Iluminación, pero dado a que los seres sintientes de este mundo no estaban preparados, el Buda modificó y redujo la complejidad y capacidad de sus enseñanzas, para preparar mentalmente a los seres para su eventual revelación. Este Sutra es uno de los más hermosos y complejos, y representa el punto más alto del desarrollo de la literatura religiosa budista. El mismo explica la naturaleza de los Budas y de la Budeidad, su rol en los universos, la metafísica del surgimiento de los mundos y las leyes que gobiernan el Cosmos, y la importancia del rol del Bodhisattva y la salvación de todos los seres sintientes. Es por eso que este Sutra – que fue el primer sermón dado por el Buda - es equiparado con el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana – los últimos sermones del Buda en el mundo. No obstante, dado a su voluminosidad e inaccesibilidad, el mismo ha estado fuera del alcance de muchas personas.

En nuestra primera entrada, vimos someramente los temas principales del Sutra Avatamsaka y su relación con el canon budista y en especial con el Sutra del Loto. En esta, nuestra segunda entrada, veremos un resumen breve de la primera mitad de sus capítulos y cómo encajan en el mensaje salvífico del Buda. El mismo se basa en el resumen hecho por el traductor Thomas Cleary en su obra, la cual es basada a su vez en la tradición comentarial. Al igual que nuestras series pasadas, el mismo no será completamente traducido en estas páginas, sino que mayormente presentaremos una sinopsis junto con una humilde exégesis propia basada en la larga tradición comentarial y las Enseñanzas Completas y Perfectas de la escuela Tendai. Todo error es enteramente mío.  


Como recordaremos, el Sutra Avatamsaka fue el primer sermón del Buda en el mundo, justo en el momento de su Despertar. No obstante, el mismo no es narrado por el Buda Shakyamuni, sino que es predicado por diferentes seres atemporales simbólicos de los diferentes aspectos metafísicos de la Iluminación.

En el primer capítulo, titulado “Los Maravillosos Adornos del Líder de los Mundos”, comienza narrando que en ese momento, el Buda se encontraba bajo el Árbol Bodhi en el Trono de la Iluminación, justo en el momento de su Despertar, pero a su vez, al accesar a la dimensión omnisciente y omnipresente de la Budeidad, el Buda estaba en todos lados, siendo uno con la Realidad misma Es por eso que el Buda se encuentra en el Océano de la Tesorería de los Mundos. En ese instante, una infinidad de seres iluminados en distitnas partes del Cosmos alaban su logro, y narran el Sutra. El mismo nos detalla la omnisciencia y la omnipresencia de la Budeidad, la cual abarca todo lo existente física y metafísicamente en el Cosmos, y cómo los Budas, como emanaciones del Universo, aparecen en los mundos para llevar un mensaje de unidad y dar a conocer las leyes universales del Cosmos, las cuales son adaptadas a las capacidades, naturalezas y necesidades de los seres sintientes. Esto hace eco de las enseñanzas reveladas posteriormente por el Buda Shakyamuni en nuestro mundo en el Sutra del Loto. Aquí, la palabra Buda y Budas se refiere a la Realidad misma, a sus emanaciones personales, y a la capacidad de todos los seres de alcanzarla. Es por ello que los diferentes seres iluminados que aparecen en el Sutra representan realmente diferentes aspectos y cualidades de la Iluminación del Buda, a la vez que representan la Naturaleza Búdica inherente en todos los seres.

En el segundo capítulo, titulado “La Apariencia del Buda”, vemos en detalle las características de la Budeidad, haciendo énfasis en la eternidad e infinidad del Buda en su sentido cósmico como la Realidad misma. Debemos recordar que uno de los Diez Epítetos del Buda es el “Tathagata”, que significa “Así Venido”, el que viene de la Talidad (Tathata). ¿De dónde viene? De la Realidad misma no predicada. Así, todos los Budas son emanaciones de la Realidad del Universo. Es por ello que el Sutra utiliza la palabra Buda como un término plurisignificativo y multidimensional que se refiere a la Realidad misma, sus emanaciones, así como el potencial inherente en todos los seres. Por ello, el Buda aparece en todos lados a todos los seres, pero es visto de acuerdo con las naturalezas, capacidades y necesidades de los seres sintientes, llevando mensajes paralelos de acuerdo con sus capacidades perceptivas; por ello, los Budas presentan diferentes enseñanzas y prácticas para encaminar a los seres a la realización de la Budeidad. Esto presagia igualmente las enseñanzas del Sutra del Loto de los medios hábiles, donde el Buda explica que no existen diferentes enseñanzas y prácticas, sino que son solo diferentes formas de presentar medios para alcanzar la Realidad, de acuerdo con la diversidad de los seres.

En el tercer capítulo, titulado “La Meditación del Bodhisattva Samantabhadra”, explica la metafísica del Bodhisattva, un ser que trabaja por la iluminación universal de todos los seres. El mismo utiliza la figura del Bodhisattva Samantabhadra como el ideal bodhisátvico, representando la total interrelación fundamental de todos los seres y fenómenos en el universo. Todos los seres iluminados, al estar en total contacto y unión con la Realidad (Talidad), sin la influencia distortiva de las preconcepciones, todos están unidos y conscientes unos de otros. La unidad de su propósito les permite aparecer en diferentes formas en diferentes partes en diferentes tiempos para llevar el Dharma o el mensaje de la salvación universal a todos los mundos, de acuerdo con las necesidades, capacidades y naturalezas de los seres sintientes.

En el cuarto capítulo, titulado “La Formación de los Mundos”, vemos que los universos y los mundos son formados en cada eón por el karma de los seres sintientes. Las características de cada mundo dependen en los estados mentales y las consecuencias de sus habitantes. Nuestra visión del mundo, así como nuestras actitudes y acciones, es lo que transforma y moldea nuestra experiencia.

En el quinto capítulo, titulado “El Océano de la Tesorería de los Mundos”, la palabra “océano” se refiere nuevamente al campo unificado del espacio y el tiempo que abarca todo en el Cosmos. Las “flores” se refieren a los pensamientos, palabras y acciones de todos seres, las cuales producen semillas kármicas. Este capítulo presenta una cosmología visionaria describiendo los sistemas de los mundos y cómo son purificados por los votos y hechos del Buda Vairocana – el Buda Cósmico o el Principio Fundamental de la Budeidad. Cada sistema mundial descansa sobre un océano de agua fragante, que simboliza la consciencia Alaya, o el repositorio de la conciencia colectiva universal, que es donde todas las acciones de los seres se almacenan. Es de estas impresiones que las imágenes del mundo surgen. Esto presagia las enseñanzas dadas posteriormente por el Buda en el Sutra Sandhinirmorcana o el Sutra Lankavatara. 

El sexto capítulo, titulado “El Buda Vairocana”, nos explica que el Buda Vairocana no es tanto un Buda Cósmico como es el Principio Fundamental de la Budeidad, la Esencia Cósmica impersonal de la cual todos los Budas emanan. Así, el Buda Vairocana es el aspecto eterno, cósmico y metafísico del Buda Shakyamuni. 

El séptimo capítulo, titulado “Los Nombres del Buda”, nuevamente enfatiza que los Budas predican el Dharma de acuerdo con las capacidades, necesidades y naturalezas de los seres sintientes. Es por eso que el Universo se manifiesta de muchas formas (diferentes Budas), adaptadas a cada situación. 

El octavo capítulo, titulado “Las Cuatro Nobles Verdades”, nos muestra que el Dharma es enseñado gradualmente por los Budas para llevar a los seres sintientes poco a poco a una comprensión mayor sobre las verdades metafísicas del Cosmos, y es explicado a veces desde su perspectiva mundana o realidad convencional (el sufrimiento existe), o desde la perspectiva última (la vacuidad del sufrimiento y de todos los fenómenos) para mostrar las verdades universales dentro de la realidad mundana.

El noveno capítulo, titulado “Despertar Lumínico”, nos muestra la existencia de diferentes mundos y universos, todos iluminados por la luz del Buda, la cual despierta a los seres de su ignorancia fundamental y los hace trabajar por la salvación universal de todos los seres, por medio del Dharma.

El decimo capítulo, titulado “Un Ser Iluminado Pide Clarificación”, explica la metafísica y la psicología budista en más detalle, explicando el principio de la total interconexión de todos los fenómenos: nada existe de forma independiente, sino que todo existe dado a una red interminable de causas y condiciones; todas las cosas en la existencia en realidad son una proyección en la mente generada por la constante asimilación de datos por los órganos de los sentidos; en realidad, todo está en constante cambio y movimiento. Es por eso que las condiciones de los seres es un resultado de sus acciones – en la realidad última, es el apego de la mente a sus propias formaciones mentales lo que provee un sentimiento de continuidad. Para poder despertar a los seres a esta realidad, los Budas utilizan diferentes enseñanzas y prácticas. Este capítulo hace énfasis en la necesidad de aplicar estas enseñanzas en la vida para poder comprobar su veracidad.

En el undécimo capítulo, titulado “Prácticas Purificadoras”, vemos una serie de oraciones y letanías que ayudan a encarnar el Dharma en nuestras vidas, permitiéndonos enfocar nuestras actividades mundanas a la realización de la total interconexión de todos los seres y fenómenos y el entrenamiento. Las mismas sirven para sacralizar cada actividad en nuestro diario vivir y guiar nuestras vidas de acuerdo con el Dharma.

En el duodécimo capitulo, titulado “Superior en Bondad”, se exalta la Aspiración a Alcanzar el Despertar (Bodichita), el monumental momento de conversión budista en donde un ser ordinario se convierte en un aspirante a Bodhisattva para trabajar por la salvación y liberación de todos los seres sintientes. En ese momento, la vida se convierte en un vehículo para la Budeidad. Este capitulo enfatiza la necesidad de la fe, el estudio y la práctica para la consecución del Despertar.

En el capítulo trece, titulado “Ascenso al Pico del Monte Sumeru”, y el capítulo catorce, titulado “Alabanzas en el Monte Sumeru”, el cual es la cima del mundo budista, donde vive Indra (o Shakra), el rey de los dioses, narra cuando el Buda asciende al Cielo y es recibido por los seres celestiales tras su Iluminación. Aquí, el Buda, como la encarnación de la Verdad Universal, es alabado por todos los seres celestiales. En el mismo, se explica que el Buda es la Esencia Cósmica y la Realidad misma; el Buda no está limitado las condiciones del mundo. La realidad convencional se denomina consta de concepciones y puntos de vista habituales. Definir el mundo a través de representaciones verbales y conceptuales es por su propia naturaleza limitante, restringiendo la conciencia, por lo que este capítulo enfatiza la necesidad de ver a través - ver más allá - de la realidad convencional para poder alcanzar el Despertar. Estos capítulos afirman que la base de la ilusión y la falsedad es la realidad, lo que significa que el engaño y la falsedad, al estar condicionados, no tienen ninguna realidad inherente o inevitabilidad; este mismo vacío de la realidad inherente es lo que se llama Realidad o Verdad Absoluta. 

En el capítulo quince, titulado “Las Diez Moradas”, vemos es una breve descripción de la Diez Moradas, que son las etapas o estados mentales de los Bodhisattvas. La primera morada es la de la Determinación Inicial, dirigiendo la mente en la omnisciencia, para ampliar sus horizontes. El segundo es Preparar el Terreno o el Cultivo; aquí se enfatiza el desarrollo de la compasión universal. También está involucrado el aprendizaje, tanto de personas y situaciones como del estudio formal. En tercer lugar, está la morada de la Práctica, para aclarar el conocimiento; aquí se enfatizan varios aspectos de la Vacuidad (indefinición, no absoluta). El cuarto es la morada del Nacimiento Noble, que significa renacimiento por medio del Dharma; aquí se enfatiza el conocimiento de los seres, los fenómenos, la causalidad, etc., así como el conocimiento, la práctica y la realización de las enseñanzas de los Budas. de todos los tiempos, con conciencia de la esencia de la Budeidad, que es igual en todos los tiempos. En quinto lugar, la morada de los Medios Hábiles, implica un mayor desarrollo del conocimiento y los medios para transmitir el conocimiento y trabajar por la salvación universal. Sexto, está la morada del Estado Mental Correcto, que implica desarrollar una mente que no vacila ante los aspectos aparentemente contradictorios de las cosas; aquí se enfatiza de nuevo la Vacuidad inherente de las cosas. Séptimo, la morada de la No Regresión, significa no retroceder independientemente de lo que uno pueda escuchar con respecto a diferentes aspectos de las cosas, y aprender los principios de reconciliación de oposiciones a través de la relatividad. En octavo lugar, la morada de la Naturaleza Juvenil, implica el desarrollo de impecabilidad, de libertad psíquica, y una vasta extensión de la gama de estudio y aplicación de las enseñanzas. Noveno, la morada del Príncipe de la Enseñanza, es una etapa de desarrollo del conocimiento discursivo y las ciencias particulares de la docencia. Finalmente, está la etapa de la Coronación o Unción, refiriéndose al logro del conocimiento de todas las ciencias y medios de liberación y el desarrollo de una esfera de la Budeidad.

El capítulo dieciséis, titulado “Práctica Religiosa”, describe investigaciones analíticas detalladas que eventualmente llegan a ser inaprensibles, quitando sistemáticamente la mente de los apegos, desmantelando la estructura de un mundo religioso formal para abrazar la verdad informe. Después de esto, el libro continúa planteando los poderes especiales de conocimiento de los Budas como reinos de estudio profundo, y concluye con exhortaciones para integrar la compasión con la comprensión de la ilusión.

El capítulo decimoséptimo, titulado “El Mérito de la Determinación Inicial para Alcanzar la Iluminación”, describe en términos grandiosos las virtudes de la aspiración a la Iluminación, destacando que esta determinación trasciende todas las aspiraciones limitadas y se dirige hacia la omnisciencia y la liberación e iluminación universal de todos los seres, porque en la Realidad, todos estamos unidos fundamentalmente y todos somos Uno. En este sentido, se mencionan específicamente muchos puntos o campos del conocimiento, entre ellos la "contención mutua" o inmanencia mutua de diferentes cuantos de ser y tiempo, aludiendo a la interdependencia de definiciones, y la interrelación de elementos y conjuntos estructurales. Otras esferas destacadas del conocimiento son las involucradas en el estudio de las mentalidades y los fenómenos mentales, siendo este tipo de conocimiento esencial para la ciencia de la liberación. La orientación correcta desde el principio se considera esencial para trascender verdaderamente la limitación del yo; sin esta resolución trascendente, el poder de los ejercicios espirituales exagera y refuerza las aflicciones del egoísmo y puede conducir a entendimientos incorrectos de las enseñanzas.

El capítulo dieciocho, titulado “Método de Clarificación”, presenta una serie de listas de elementos del camino de los Bodhisattvas. Primero, enfatiza el desarrollo de la determinación por la omnisciencia, que significa conocimiento de todo lo pertinente a la liberación. Luego, pasa a trabajar sobre la no indulgencia o la atención, en términos de los Diez Paramitas o Perfecciones que conducen a diez tipos de pureza, y de curas específicas de enfermedades espirituales.

El capítulo diecinueve, titulado “Ascenso al Palacio del Cielo Suyama”, es muy parecido al libro trece; aquí el Buda es recibido en el Cielo llamado Suyama, sin dejar, sin embargo, su Trono en el Árbol de la Iluminación y la cima del Monte Sumeru. Esto introduce el siguiente capítulo, el capítulo veinte, titulado “Elogios en el Palacio del Cielo Suyama”, en el que se enfatiza la omnipresencia de Buda. Este capítulo enfatiza la universalidad del Buda en términos de esencia metafísica y en términos de práctica. El cuerpo espiritual del Buda se ve aquí como el cultivo del potencial o la Naturaleza Búdica inherente a todos los seres sintientes en todos los tiempos. Aquí vemos una descripción ontológica maravillosa del Buda como Realidad Última o Esencia Cósmica cuando leemos: “El cuerpo no es el Buda, el Buda no es el cuerpo; solo la Realidad es el cuerpo del Buda, que comprende todas las cosas. Aquellos que pueden ver el cuerpo del Buda puro como la esencia de las cosas no tendrán ninguna duda sobre la Enseñanza del Buda. Si ves que la naturaleza fundamental de todas las cosas es como el Nirvana, esto es ver al Buda”. Este capítulo también es la fuente de la famosa frase: “La mente es como un artista, que representa los mundos. ... Si uno sabe que la acción de la mente crea todos los mundos, ve al Buda y se da cuenta de la verdadera naturaleza del Buda”.

La próxima semana, culminaremos nuestro resumen temático del Sutra.